Hay una realidad cada vez más evidente. Si bien es cierto que los padres deberían ser los primeros educadores, conjuntamente con la escuela y la educación formal, la educación informal que se refiere a todos aquellos aspectos de lo social, lo familiar, lo sexual, lo interpersonal, que escapan a la influencia tanto de la familia como de la educación institucional, ha recibido un reforzamiento tecnológico con la aparición de los dispositivos móviles y las redes sociales, ejerciendo una gran influencia en el desarrollo de los jóvenes, en su proceso de socialización, que es innegable y merece un análisis muy completo por parte de todos los sectores del país, para conocer el fenómeno y plantearse una normativa para manejarlo.
La calle siempre ha moldeado las mentes de la juventud y de los infantes. Solamente el proceso educativo desde la casa hasta la escuela ha representado o una oportunidad o una amenaza para todos los estudiantes, el cual cada quien lo afronta a su manera y muy pocas veces informa en su casa o a sus padres sobre muchas cosas que les pasan.
Los celulares como medio de comunicación universal viene a llenar un espacio de utilidad y diversión que tiene muchos aspectos importante pero que ha recibido una sobreatención comercial, al visualizarlo por los generadores de mensaje como un espacio en el cual podían actuar, comerciar, influir, sin que hubiera ningún control sobre ellos, antes por el contrario es un espacio que al igual que la calle brinda la oportunidad a los jóvenes de actuar sin la participación o el control de los padres.
Cumplen los celulares otros papeles no previstos, como es la influencia sobre las personas, no solo de los jóvenes, al trascender su papel utilitario para la comunicación pues permite también influir y moldear las mentes de las personas. Y los celulares pueden realizar esta operación de moldear nuestras mentes por varios factores como son: la exposición constante que permite el acceso a una enorme cantidad de información, ideas y valores a través de sus dispositivos, a menudo sin ningún tipo de filtro y el acceso sin limitaciones a todos los contenidos que se encuentran en Internet que es prácticamente todo el saber humano.
Es de indicar que en este momento mundial de avance fascistas, una de sus líneas de ataque a las autoridades es limitarlas e impedir sus esfuerzos de conocer, dirigir, normar los contenidos y usos de la información que circula por las redes sociales a través del celular. Aunque la característica central del fascismo es su alto nivel de censura y agresividad, en el caso de los celulares se oponen con todos sus energías a su control, por precisamente haberse convertido en un instrumento que le permite llegar a todos los usuarios, con sus mensajes divisionistas, sectarios y anti nacionales, que le dan cuerpo a su presencia política.
La influencia de los dispositivos depende en gran medida del contexto en el que se utilizan y de las relaciones sociales del joven, por lo que se debe tomar en cuenta otro factor y es que los jóvenes necesitan tenerlo, mostrar que tienen un celular y mientras más caro mejor. Por lo tanto creo que a la hora de regular su uso debe ser hacia los más niños, quienes reciben indiscriminadamente todo tipo de mensajes, sin regulación de los padres y representantes. Los maestros, los adultos, representantes en general deben adaptarse a este entorno y desarrollar estrategias para acompañar a los jóvenes en su navegación digital.
Estamos por lo tanto ante una confrontación donde solo se le pone atención a uno de los factores presentes en ella como son los medios, pero se olvidan de un aspecto de singular importancia, no solo para Venezuela en las circunstancias que le correspondido transitar, como es la escuela ya que conductas que antes eran consideradas inapropiadas o peligrosas pueden parecer normales y aceptables porque se ven constantemente representadas en las redes sociales. Además les enseñan la mentira y el engaño.
La escuela surge como el espacio, la institución, la misión, de llenar de valores la mente y la conducta de los jóvenes para un uso adecuado de la tecnología y el desarrollo de algo que no pueden proporcionar las redes, como son las habilidades sociales, relaciones cara a cara, afectos, para lo cual es necesario tomar acciones especiales, complementarias, reforzadoras, dignas, que conviertan cada vez más a la escuela como un centro insustituible de formar de venezolanos capaces de crear auroras de presagios de paz, amor y solidaridad. Y con amplio manejo de la tecnología. Claro y siempre contando con nuestros maestros ahí.