La reciente autorización de la canonización de José Gregorio Hernández, este 25 de febrero, por el Papa Francisco ha resonado profundamente en Venezuela, donde el "Médico de los Pobres" es venerado como un intercesor milagroso, especialmente en asuntos de salud. Este evento adquiere un significado aún mayor dado el contexto de la propia recuperación del Papa, quien recientemente superó una enfermedad respiratoria. ¿Alguien ayudó?
La fecha en la que se celebrará la canonización de Hernández, todavía no ha sido definida.
En Venezuela, la figura de José Gregorio Hernández, negado durante muchos años por la iglesia oficial y sostenida por la convicción popular, trasciende las fronteras religiosas ya que además fue un científico con aportaciones a la medicina en nuestro país y por su generosidad manifiesta en la atención a pacientes de bajos ingresos. Su nombre es invocado en hospitales, hogares y calles, donde los venezolanos acuden a él en busca de alivio y sanación. Su devoción se ha arraigado en la cultura popular, convirtiéndolo en un símbolo de esperanza y fe en medio de las dificultades.
La noticia de su canonización ha sido recibida con júbilo en todo el país. Para muchos, este reconocimiento oficial por parte de la Iglesia Católica es una confirmación de lo que ya sentían en sus corazones: que José Gregorio Hernández es un santo.
La coincidencia de la recuperación del Papa y la canonización de José Gregorio Hernández ha sido interpretada por algunos como una señal que la invocación al santo venezolano tuvo algo que ver en su recuperación. Así algunos creen que la intercesión del "Médico de los Pobres" pudo haber jugado un papel en la mejoría del Sumo Pontífice, fortaleciendo aún más la fe en su poder sanador.
Más allá de las interpretaciones individuales, este evento ha unido a los venezolanos con un sentimiento común de alegría y esperanza. En un país marcado por la intervención de los Estados Unidos contra los venezolanos en aquel país y en el mundo, la figura de José Gregorio Hernández se erige, recordándoles que la fe, la constancia y la esperanza pueden prevalecer incluso en los momentos más oscuros.
Claro hay que agregar que en lo terrenal hay que trabajar por el socialismo.
