“Después de un incendio es difícil arreglar las cosas de nuevo. Es aun más difícil, después de una gran derrota política determinar el camino de nuevo”. Tal pareciera que en esa coyuntura se encuentra nuestra clase trabajadora universitaria. “Cuanto mayor es la magnitud de la derrota, más difícil es para el pensamiento político saltar a nuevas posiciones, desarrollar una nueva perspectiva y subordinar a ella la dirección y el ritmo del trabajo posterior. La historia de la ciencia militar, como la historia de la lucha revolucionaria, registra un gran número de derrotas suplementarias producto de que la dirección, al no haber valorado la dimensión de la derrota fundamental, intentaba enmascararla con ataques extemporáneos. En la guerra, los intentos criminales de este tipo conducen a una destrucción masiva de fuerzas vivas, ya minadas moralmente por los reveses anteriores. En la lucha revolucionaria, los elementos más combativos, ya desgajados de las masas por las derrotas anteriores, caen víctimas de aventuras. La actual catástrofe de Alemania es, indudablemente, la mayor derrota de la clase obrera en la historia. (…) ¡No al autoengaño! Una derrota encubierta con ilusiones significa la ruina. La salvación reside en la claridad. Sólo una crítica despiadada de todos los errores y faltas puede preparar la gran revancha”. (¿Cuánto tiempo pude durar Hitler?, L. Trotsky, 22 de junio de 1933).
Sabemos por Heráclito de Éfeso que “la misma agua no pasa dos veces por el mismo cauce”, que un conflicto no sigue una línea recta que lo conduce a su victoria o a su derrota, que en su cauce hay situaciones de avance y de retroceso, que solo el análisis concreto de cada situación es la guía más certera para minimizar las derrotas y ampliar las victorias; por ello, en alguna oportunidad nos referimos a la importancia que tendrá el liderazgo histórico, la experiencia acumulada en luchas previas, tendrá en el desenlace del conflicto. Sin duda que el conflicto universitario ha tenido sus variantes, hasta días previos su dirección estaba en manos de las y los camaradas obreros/obreras y empleados/empleadas, pasado el proceso electoral del pasado 14A, la dirección la viene asumiendo las y los profesores a través de la FAPUV. ¿Qué pasó allí?, importante desentrañar esa pregunta, para poder vislumbrar el desenlace que tendrá ese conflicto.
Retrociendo en el tiempo, tenemos que la actividad fulminante para quienes venían en la línea de imponerle a la clase trabajadora universitaria un ajuste salarial pírrico y excluirlos de la discusión de la propuesta de Normativa Laboral Unificada, las federaciones de maletín y su jefa política Yadira Córdova, fue la marcha universitaria que, inicialmente, fue convocada para los días en que muriera nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez y, que dado el efecto de su deceso fue suspendida para el mes siguiente, en respeto a los días de duelo que tal conmoción causó al país todo. El 04 de abril fue la fecha escogida, día en que miles de universitarios y universitarias de todo el país se dieron cita en el rectorado de la UCV para marchar hasta la Asamblea Nacional y desde allí desplegarse en comisiones para la entrega de sendas comunicaciones en la Vicepresidencia de la República, la Asamblea Nacional y en el Minpptrass. La contundencia de la marcha fue tal, que desde entonces, no levantaron más la cabeza los traidores de la clase trabajadora universitaria, tuvo la misma ministra Córdova que dar la cara en su campaña permanente contras las y los trabajadores universitarios y su contumaz conducta criminalística: “Paros universitarios obedecen a intereses políticos no a denuncias salariales…” (Informe21.Com, 25-06-2012). “Las protestas de los trabajadores de la UCV son injustificadas…” (Informe21.Com, 22-03-2012). Toda una campaña de criminalización de las luchas de las y los trabajadores universitarios desde su ingreso al despacho el 14-01-2011. Eso, mientras que, mantenía una estrecha alianza política con las autoridades de la derecha fascista que dirigen importantes universidades autónomas. Para las y los trabajadores que luchan por sus derechos y reivindicaciones plomo parejo; pero, para la derecha fascista universitaria convertida en autoridad, flores y besos. La propia matavotos.
La marcha universitaria de abril exacerbó ese odio que siente la ex ministra Córdova hacia las y los trabajadores universitarios. Las reseñas que hizo AVN de la marcha así lo reflejaron, importantes dirigentes del chavismo como el caso del Prof. Earle Herrera se dedicaron a desacreditar la marcha: “Se levantan banderas de justas reivindicaciones sectoriales pero lo hacen en plena campaña electoral. “Es difícil encontrar autoridades más derechistas que las de la UCV”. (VTV, 07-04-2013). Obvio el desconocimiento de lo que viene ocurriendo en el sector universitario, acusa a las autoridades de la UCV de estar tras la marcha, si fuese así, obvio que, la ministra entonces estaría detrás de la marcha también dada su alianza extra natura con la Arocha. Y nos preguntamos, ¿qué mejor escenario que una campaña electoral para demandar soluciones a un conflicto? Tonto argumento el esgrimido por el Prof. Herrera. En todo caso, la marcha cumplió su objetivo, el conflicto universitario se hizo visible ante las altas esferas gubernamentales, se rompió el cerco mediático impuesto por los medios públicos. Las promesas de conversar, pasado el proceso electoral no se hicieron esperar. Se abrían, con ello, nuevas oportunidades de salida al conflicto. Exitosa, sin duda, fue esa marcha, para las aspiraciones de la clase trabajadora.
Llegado el 14A, las y los venezolanos nos manifestamos a través del voto sobre cuál de las dos opciones políticas en pugna, nos habrá de regir en los próximos seis años, Socialismo o barbarie capitalista. La opción socialista propuesta por Nicolás Maduro se impondría por una brecha que rompía los márgenes a los que nos acostumbró a ganar el Comandante Infinito Hugo Chávez, apenas 300 mil votos. Sin duda, los resultados expresaban un avance significativo para la derecha fascista que, apenas conocidos los resultados se manifestó violentamente agrediendo a compatriotas chavistas, los iconos del chavismo en materia de logros sociales como los CDI, ambulatorios de barrio adentro, edificaciones de la Misión Vivienda, toda una orgía de odio y muerte fue desatada tras las palabras del candidato perdedor de llamarlos a “drenar sus arrecheras”. Diez compatriotas muertos y decenas de heridos, además de casas del PSUV quemadas y asediados CDI, edificios de la Misión Vivienda, y hasta los médicos cubanos, en un ataque de xenofobia solo comparable con las razzias hitlerianas contra los judíos. Veíamos el verdadero rostro de quien no solo les había ofrecido la nacionalidad a las y los médico cubanos, sino que se había comprometido en respetar las Misiones Sociales impulsadas por el Comandante Infinito Hugo Chávez, el rostro del fascismo. “La burguesía ha conducido a su sociedad a la bancarrota completa. No es capaz de asegurar al pueblo, ni el pan ni La paz. Es precisamente por eso que no puede soportar el orden democrático por mucho tiempo más. Está constreñida a aplastar a los obreros con la ayuda de la violencia física. Pero no puede terminarse con el descontento de los obreros y campesinos mediante la policía únicamente. Enviar al ejército contra el pueblo, se hace pronto imposible: comienza a descomponerse y termina con el paso de una gran parte de los soldados al lado del pueblo. Por ello, el gran capital está obligado a crear bandas armadas particulares, especialmente entrenadas para atacar a los obreros, como ciertas razas de perros son entrenados para atacar a la presa. La función histórica del fascismo es la de aplastar a la clase obrera, destruir sus organizaciones, ahogar la libertad política, cuando los capitalistas ya se sienten incapaces de dirigir y dominar con ayuda de la maquinaria democrática…” (¿A dónde va Francia?, L. Trotsky, 1935).
En apenas 24 horas, la derecha nos dejó ver lo que harían si llegaran a reasumir el poder en la Patria de Simón Bolívar. La exitosa votación que obtuvieron días atrás la echaban al basurero de la historia, mostrándonos su verdadero rostro. Mientras, en filas chavistas, no salían de su asombro por el resultado tan estrecho, ¿cómo explicarlo?. Devaluación, incapacidad en dar respuesta al sabotaje eléctrico, ineficiencia gubernamental, malas gestiones en alcaldías y gobernaciones, prepotencia y soberbia, “el que no está conmigo es mí enemigo”, en tiempos de Stalin se les daba el calificativo de “enemigo de todo el pueblo” y hasta a la muerte se le sentenciaba, las misiones sociales fueron metidas en el congelador, a la clase trabajadora se le sometía a rigurosa devaluación de sus condiciones de existencia, el sabotaje económico ayudaba mucho en esa orientación, retrasos en el Metro acentuaban la arrechera del pueblo, en fin, un gobierno paralizado ante la ofensiva de la derecha contra el pueblo. Nicolás solo aullaba, no actuaba.
Tratar de explicar el avance de la derecha bajo el inocente argumento esgrimido por el camarada Nicolás: “Hay un sector de nuestros compatriotas que se confundió en la última elección, primera vez que pasa, y votó por los enemigos de la patria, pequeño, pero lo hicieron (…), ya le hemos hecho un llamado, bienvenidos, vamos a seguir trabajando. Ellos están contentos porque ganamos nosotros, a pesar de que perdieron su voto, votaron por la burguesía, un sector pequeño” (Noticas24.Com, 26-04-2013). Es un craso error. Más aún, cuando en importantes bastiones obreros del país en los estados Bolívar, Zulia, Anzoátegui, Carabobo y Aragua, la opción obrera de Maduro pierde con el candidato de la burguesía. El análisis debe ir a fondo. La historia nos da importantes lecciones: “La prueba no tardó. El plebiscito del Sarre fue montado, por así decirlo, para mostrar qué restos de confianza en la Segunda y en la Tercera Internacional guardaba el proletariado alemán. He ahí los resultados: puestas ante la necesidad de elegir entre la violencia triunfante de Hitler y la putrefacta impotencia de los partidos obreros en bancarrota, las masas dieron a Hitler el 90% de los votos y al frente común de la Segunda y Tercera Internacional (si se exceptúan la burguesía judía, los negociantes interesados, los pacifistas, etc.) probablemente no más del 7%. (…) Las masas trabajadoras han votado por Hitler porque no veían otro camino. Los partidos que durante decenas de años las habían despertado y reunido en nombre del socialismo, las han engañado y traicionado. ¡He aquí la conclusión común a que han llegado los trabajadores!” (¿A dónde va Francia, La lección del Sarre, L. Trotsky, 1935).
La situación política nacional cambió radicalmente en esas 24 horas. Así fue percibido por todas y todos los venezolanos, excepto por la dirigencia sindical de la clase trabajadora universitaria que prosiguió llamando a paro, cuando la necesidad imperiosa de todo un país era defenderse del ataque del fascismo, desatado por la derecha derrotada electoralmente. La tarea urgente de venezolanos y venezolanas era la autodefensa. Si el fascismo hubiese ganado esa batalla, después irían en cacería furibunda contra sus enemigos históricos: la clase trabajadora y sus organizaciones de clase, federaciones y sindicatos. La lucha por la vida pasaba al primer plano de las reivindicaciones. De nada vale exigir aumento salarial cuando la lucha es por la vida. Eso no fue comprendido por la dirigencia sindical mayoritaria de la clase trabajadora universitaria. Momento de confusión, que fue advertido por la dirigencia de la FAPUV que, de inmediato, asumió las riendas de la clase trabajadora universitaria en lucha. Apenas Capriles dejó colar la especie de paro, se montó FAPUV en la especie de paro indefinido, pero apenas habló de tomar las calles para “drenar las arrecheras” se montaron en la especie del no paro para utilizar las y los estudiantes universitarios como carne de cañón para sus fines de calentar las calles. Tratando con ello, de reeditar lo que fue su conducta en abril de 2002, de pleno apoyo al golpe fascista de Pedro Carmona Estanga, su “Carta Pública a Venezuela”, publicada en la pág. D/5 del diario El Nacional, es su manifiesto ante la historia de su descarnada intención fascista. Y FAPUV, no ha cambiado desde entonces.
Pero, no solo cambiaba la situación política nacional, con la proclamación de Maduro como nuevo presidente de la República Bolivariana de Venezuela y la pretensión de la derecha fascista de derrocarlo, una de las primeras medidas del nuevo presidente sería el cambio ministerial, un nuevo mensaje se le enviaba a la clase trabajadora universitaria: la salida del ministerio de Yadira Córdova, la salida de finanzas de Giordani y su pase a Planificación, entraba Nelson Merentes a Finanzas y la ratificación de María Cristina en Minpptrass, se frustraba con ello, la aspiración de Carlos López de ir como vice ministro a Min. Trabajo por la vía de la designación de Osvaldo Vera como ministro. Estos cambios, por sí mismos, daban una connotación de cambio sustancial a favor de la clase trabajadora universitaria. El nuevo ministro de educación universitaria, Pedro Calzadilla, profesor de la Escuela de Historia, como lo es, el camarada Samuel Moncada, quien fuera también ministro de esa cartera, rompe la tradición de exministros fuenmayoristas. Viene de ejercer funciones en Cultura, con una gestión caracterizada por el diálogo y búsqueda de soluciones a los problemas ingentes de las y los trabajadores de ese ministerio que, en tiempos de Farruco, se caracterizó por una alta conflictividad laboral. Por lo demás, en Finanzas, Merentes es un camarada siempre abierto al diálogo, de seguro acelerará el estudio económico financiero que realiza ese ministerio de la propuesta unificada de Normativa Laboral, dormida por Giordani. No estimamos en dudar que, esos camaradas gestionaran soluciones a la problemática universitaria. De hecho, apenas tomó su cargo, Calzadilla se reunió con organizaciones sindicales e hizo anuncios importantes que concretará en los días por venir: “Estamos ya en las puertas de finiquitar y formalizar esa tarea, que va a dar una respuesta y va a constituir una referencia histórica en la relación laboral del Estado con las universidades” (Correo del Orinoco, 26-04-2013). Se refería el nuevo ministro a la Normativa Laboral, reivindicación que viene reclamando con insistencia la clase trabajadora universitaria.
Inclusión y no exclusión debe ser la consigna, ministro Calzadilla, en la línea de nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez y su legado por reivindicar. La ministra María Cristina, sin duda, lo acompañará en esa dirección. La conflictividad en el sector universitario, en mucho, ha sido inducida desde el propio ministerio del área, ese que hoy le toca dirigir y esperemos que sea para bien. Una dirigencia sindical no se construye desde las cómodas oficinas de un ministerio, es desde las bases, esas que hoy han abandonado por decenas a quienes hoy usted llama “mayorías”, pero que, en los hechos, no lo son. Sino explíquenos, el por qué se han negado a hacer el referéndum consultivo que les han retado hacer. Quien es mayoría, no dudaría un instante ante tal reto.
Nos parece altamente positivo que la dirigencia de obreros/obreras y empleados/empleadas hayan optado por el diálogo constructivo, en contraposición a la conducta indefinida de la FAPUV; que conduce a sus agremiados por el vía loca del paro indefinido. Estimamos, que esta rectificación, tardía, pero rectificación al fin y al cabo, debe ser valorada positivamente por el ministro Calzadilla, no debe verse como una muestra de debilidad, sino como una muestra de rectificación en positivo, como una muestra de buscar la solución a una problemática que, el propio ministro reconoce que ha sido mal tratada por sus predecesores: “Estamos atendiendo estas solicitudes y reclamos laborales, nosotros sabemos que hay un retraso en los ajustes que en el sector universitario deben hacerse, y por lo tanto hay toda la disposición” de solventar la demora…” (Correo del Orinoco, 26-04-2013). La actual coyuntura en que se encuentra encerrada la situación universitaria, solo es posible aperturarla con el diálogo constructivo, ese que caracterizó la gestión de nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, sin exclusiones; desterrar el sectarismo, como propusiera días atrás el camarada Presidente del Psuv, Diosdado Cabello. Aislar a los fascistas y reunificar a los chavistas, aunque estén descontentos hoy en día, enorme tarea tiene el ministro Calzadilla por delante. Llevar la paz a un sector que en los 14 años de Revolución Bolivariana, apenas en los meses de gestión del ministro Moncada pudo disfrutar de paz laboral. Esperemos que traiga paz y armonía al sector universitario. Transformación Universitaria y Democratización en la elección de sus autoridades, que el TSJ se pronuncie de inmediato y le de vigencia plena a la LOE, a su artículo 34. Eficiencia o nada.
henryesc@yahoo.es
Caracas, 28-04-2013