Sea, que usted pertenezca o no a la generación en la cual Caldera allanó y clausuró la UCV a punta de tanquetas; la de Pérez I y II con sus innumerables estudiantes muertos, torturados y perseguidos; la de Lusinchi con sueldos suspendidos por pedir un aumento decente; La de Caldera II, con los salarios suspendidos casi 4 meses (en 1997) por pedir un pírrico incremento de 20%…este libelo es para USTED. Pero espere, todo tiene que hacerse de manera metódica, científica y siguiendo un modelo o patrón para que la cosa sea exitosa o al menos no tan exageradamente descarada y vergonzosa:
- Busque financiamiento: logre de manera hábil que sus acciones huelguistas sean financiadas a sueldo completo por el propio patrono, en este caso el Estado. Eso de recibir un salario por trabajar no está en onda, ahora la nota es pararse pero que siga fluyendo el respectivo pago. Así las cosas, cualquiera podría declararse en rebelión hasta el infinito si el malvado régimen no sólo no aplica la receta Lusinchi o Caldera, sino que le da por aumentar salarios hasta en 140%.
- Sea Neutral: impulse una campaña sistemática a través de todos los medios posibles, para convencer a la población mundial de que su lucha no es política. No importa si lo ven abrazado, marchando o montado en tarima con el líder opositor de su preferencia, sálgale al paso a los críticos chavistoides tarifados y repita constantemente el siguiente mantra: El paro no es político, el paro no es político, el paro no es político, el paro no es político, el paro no es político, el paro no es político, el paro no es político (ad infinitum) y verá cómo al instante disipará todas las posibles dudas sobre la claridad de sus acciones huelguistas y se convencerá a sí mismo que la política o el complot no son su motivación.
- Deje que otros trabajen por usted: es decir, convenza a las víctimas, en este caso los estudiantes que perderán semestre o año para que se arrojen al piso en frenéticas huelgas de hambre y así usted será beneficiado con un aumento salarial que compense sus desvelos y sacrificios. También convoque a los despreciados obreros y a los igualados empleados administrativos para que hagan bulto en sus marchas, concentraciones, pupitrazos, carajazos y similares. De ese modo usted podrá dedicarse a sus lucrativas actividades privadas, conspirar calmadamente, darse sus paseítos por New York New York o simplemente ir de shopping mientras sus subalternos se joden.
- Sea paciente: enfrente a todos aquellos que tienen la loca idea de que las Universidades son entes para la formación de los recursos humanos que el país requiere y que sin proceso educativo, de investigación y de extensión éstas no tienen razón de ser. Convénzalos (sobre todo a los brutos chavistas y a los ñángaras) de que no importa destruir el sistema de educación universitaria, llevar al atraso a millones de estudiantes y sabotear nuestra nación, con tal de lograr los objetivos propuestos por las cúpulas sindicales de docentes, administrativos y obreros.
- Multiplique y renueve constantemente sus objetivos de lucha: así confundirá al contrario. Comience la pelea pidiendo discusión del convenio, luego pida aumento salarial. Si las dos primeras cosas le son concedidas, no se amilane, solicite ahora autonomía, democracia, pluralidad, vacaciones en las Islas Polinesias con yate de lujo incluido o cualquier pendejera que se le ocurra. Total, lo que importa es mantener la calle caliente, el bolsillo lleno y la conciencia ciega.
- No cargue con la culpa: Como usted es un feroz combatiente por los derechos, seguramente de vez en cuando se le antoja un leve sentimiento de culpa por tener ya tres meses sin trabajar y cobrando su sueldo íntegramente, con los muchachos perdiendo clases, la investigación atrasada y las universidades a la deriva. ¡No se deje tentar por el maligno virus de la culpa! Agárrese sus vacaciones completas en agosto, el paro puede esperar hasta septiembre. Disfrute su bono vacacional con aumento que se lo ha ganado con creces. Si alguien intenta acusarlo por el desastre nacional que está dejando el paro universitario, recurra a frases originales, tales como:
- Lo siento, soy menor de edad.
- Me tendieron una trampa.
- Yo no sabía que era delito.
- El paro se nos fue de las manos.
¡Felices vacaciones universitarias, feliz continuación del paro ,
Dios o quien haga sus veces, y la Patria os lo premiarán!