De ser una huelga que ya no tiene sentido, algunos miembros del sector universitario se empecinan en mantener un paro de actividades que afecta a numerosos estudiantes de la universidad andina; paro este que comenzó cuando sectores de la comunidad universitaria reclamaban con justeza el incremento y ajuste salarial desmejorado por la inflación económica acompañada con la especulación y acaparamiento de los productos de primera necesidad, ante esta situación el gobierno Bolivariano a través del Ministerio del Poder popular para la Educación Universitaria logro establecer acuerdos con los sindicatos que representan a esa vasta y privilegiada masa laboral, lográndose dar un incremento en algunos casos hasta mas de cien por ciento de lo solicitado, máxime cuando el candidato Capriles apenas les había ofrecido de haber llegado a ser presidente un cuarenta por ciento de aumento.
Es justo reconocer, que desde el comienzo del gobierno revolucionario y socialista del comandante Chávez, siempre se le ha dado un trato de justicia y equidad al sector en cuestión, reconociendo y comenzando a realizar los pagos efectivos de la antiquísima y gran deuda que heredamos de los gobiernos de la cuarta república, época en la cual dichos sectores eran reprimidos por la fuerza publica en desacato y contrariando la constitución del momento, encerrando a sus osados dirigentes en el famoso “triguito”; ese reconocimiento al pago de la deuda con las universidades lo viene haciendo el gobierno en forma afirmativa, deuda que nunca fue reconocida por los gobiernos del pasado reciente, muy a pesar de que sus dirigentes fueron egresados de las aulas universitarias, a la cual practicaron “visitas” de allanamiento con violentas embestidas sin templarles el pulso en varias oportunidades cuando apenas asomaban los movimientos por defender la universidad autónoma, popular y democrática; a los estudiantes que se declaraban en verdaderas y autenticas huelgas donde muchos colocaron sus vidas en peligro y las posteriores consecuencias de la misma, eran visitados no por los connotados visitantes de la oscura fascista derecha de hoy día y cubierta por los medios internacionales, la visita de entonces la realizaban las bandas armadas de acción democrática y el Copei con su grupo nefasto y asesino cobra negra, visitas espantosas, aterradoras y horrendas protegidas por los cuerpos policiales de entonces; es de recordar, que fue bajos los gobiernos de la cuarta república que lograron imponer a sangre y fuego una reforma a la ley de universidades con la finalidad de adaptarla a sus necesidades de control del aparato universitario, imponiendo el modelo tecnocrático de la educación y sumisas ante los modelos económicos del gran imperio del norte, quienes imponían los pensum de estudios que le fueran más provechosos para engrosar sus capitales y controlar socialmente a la población venezolana.
Hoy la universidad esta llamada y obligada a iniciar un proceso propio, conveniente y oportuno de revisión adaptado a los nuevos tiempos y realidades, revisarse a si misma con las aulas abiertas y hacer posible muchos de los estudios y propuestas de cambios curriculares que siempre por proteger parcelas de poder mantienen ocultas en las gavetas de la misma. La universidad no debe por los tiempos que vivimos seguir enclaustrada en la edad media, hasta los conceptos de claustro deben de revisarse y evitar seguir consumando lo dicho en alguna oportunidad por el gran académico de origen chileno, Carlos Mathus: “ LAS UNIVERSIDADES SIEMPRE HAN LLEGADO TARDE A LAS TRASNFORMACIONES”.