Día del Maestro en Venezuela. La biexplotación físicomental de docentes y asalariados

El más conspicuo de los biexplotados[1] sería el mismísimo Andrés Bello, un autoexiliado que abandonó la causa patriótica de maras, no supo ver en sus alumnos caraqueñitos y mantuanitos ningún valor que no fuera el de ser una amenaza para los intereses realistas y conservadores que lo acompañaron durante el resto de su alienada vida traicionera y posmórtem.

He ahí la anquilosa y derechista razón de siempre por la cual sigue siendo Chile lo que es: un país servil a los intereses burgueses de viejo cuño. Y sobre estas ideas, pensamos que la reciente elección de la actual Presidenta podría, ingenuamente, haber respondido a una nueva trampa de la rederecha chilena domada por el imperio que siempre los ha gobernado para extraerles sus riquezas como han hecho en toda América. Esta estrategia les vendría al pelo en razón de la conflictiva situación politicoeconómica que confronta un Chile que se niega a pisar tierra suramericana, como buenos apátridas que siguen siendo la derecha de allá. Esta presidencia sería un drogadizante período que pódría desinflar esas actuals presiones al borde de su estallido. Los cruentos 27 años pinochetistas no fueron en balde, lo fueron para que el resto actual de los chilenos patriotas supieran a qué atenerse .

Las loas en favor de Andrés Bello así lo confirman[2]. Por ejemplo, las universidades de la derecha mantuana y servomantuana-escuálida-exhiben con mucho “orgullo” antinacionalista la imagen de Bello en sus paraninfos y tapan así la de Simón Rodríguez. Jamás vi, como estudiante de carrera universitaria, una ni siquiera imagen de Simón Rodríguez, salvedad hecha del nombre del Grupo Escolar Simón Rodríguez, sito en la parroquia Santa Rosa de esta Valencia diz que del Rey.

Además de ese tipo de explotación mental, tenemos la explotación física, o concreta, es decir, la de quien no recibe paga completa por su trabajo cumplido, sino la parte chucuta llamada plusvalía. Pero, esta segunda explotación no puede, para nada ni en nada, desligarse de la explotación abstracta o mental, porque, como dice un refrán fronterizo del modo feudal saliente y el burgués entrante, allá por las primeras décadas del Siglo XVI, pero muy muy aleccionador: “No hay tierra sin señor, y el dinero no tiene dueño”. De tal manera que para que hubiera prendido ferazmente el modo feudal, tenía que haber siervos dispuestos a trabajar bajo esas condiciones, y para que haya explotación burguesa debe haber en el mercado gente dispuesta a serviles incondicionalmente a los ricos  burgueses, ricos así sea con dinero ajeno.

Por supuesto, los docentes no han escapado a esta biexplotación: han sido el personal más humillado, más perseguido y peor remunerado de la Historia apátrida cumplida hasta y por ahora. Los ha biexplotados la derecha, en contra de sus monoexplotados docentes de izquierda y en favor de los biexplotados docentes de la derecha.

Efectivamente, el docente de izquierda tiene el aval para sí y para nuestra nueva e incipientemente sociedad, que, por lo menos, ya dejó de ser explotado mentalmente y solo nos queda deslastrarnos del yugo de la explotación concreta, esa que nos aplica el comerciante, mayoristas y detallistas con sus abusos y libérrimos precios en alza permanente; nos la aplica la banca privada con sus abusos administrativos; nos la aplica el mismo Estado Burgués cuando   sigue arrastrando valores malsanos heredados de las repúblicas prechavistas; nos la  aplican las Alcaldías con sus desuniones sociales y su carga de valores individualizantes en lugar de humanizantes o comunitarios.  


[1] Nos referimos a la doble explotación capitalista que sufren el trabajador venezolano y el de otros países infestados de relaciones burguesas. Ella consiste en el acuerdo pasivo y alienante que todo dominado mantiene como integrante de una clase inferior-así de siente el asalariado, desde antes de entrar a la fábrica o empresa burguesa en general donde se le aplicará la explotación física como operador de tales o cuales faenas técnicas. S obre este tema trataremos en la Primera separata de mi trabajo PRAXIS de El CAPITAL.

[2] Ya desde el año 1935, el futuro bipresidente de la Venezuela colonialista y entreguista de entonces, Rafael Caldera, hizo méritos ante la mantuanidad nacional con su panegírico: Andrés Bello, editado por esas editoriales burguesas, de ayer y hasta de hoy.

 


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Manuel C. Martínez


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