Paro patronal universitario versus libertad de cátedra

Por estos días, hace 13 años ya, la muchachada revolucionaria ucevista levantaría con fuerzas, las banderas de la Transformación Universitaria, expresando ésta lucha, en la toma del salón de sesiones del Consejo Universitario. Así como hoy, vemos al fascismo desatado quemando árboles, asesinando perros, arremetiendo contra preescolares y escuelas, degollando motorizados, contaminando aguas, asesinando Guardias Nacionales, asediando sus compatriotas por el solo hecho de pensar diferente, entre otras barbaridades cometidas en estos 47 días de locura fascista; pues bien, en esos días de toma del salón de sesiones del CU-UCV pudimos apreciar un adelanto de lo que hoy vemos con asombro y vergüenza: la barbarie. El Gobierno del Comandante Chávez, en marzo de 2001, se dividió en dos toletes, por un lado la vicepresidencia dirigida entonces por la camarada Adina Bastidas, quien no dudó en dar su total apoyo a la rebelión estudiantil solicitando la transformación de la universidad. Por el otro lado, el ministerio de educación dirigido entonces por Héctor Navarro y Luis Fuenmayor, quienes se plegaron en apoyo a la “institucionalidad” del rector Giannetto. Tal división en fuerzas de la Revolución Bolivariana, sin duda, debilitó la justeza de la lucha, destinándola al fracaso, como efectivamente ocurrió. Los factores reformistas, que actúan como quinta columna a lo interno de la Revolución, se impondrían en coalición con la derecha fascista, imposibilitando toda posibilidad de cambio en esas instituciones que aún se mantienen en la época de la colonia, siendo dirigidas por verdaderas monarquías en pleno siglo XXI. La realidad es que, pasados 13 años de aquella gesta estudiantil, sus banderas hoy ondean con más fuerza que nunca y, los vientos de cambio, de modernidad, de esas estructuras arcaicas, reclaman a la Revolución Bolivariana un minuto de su atención, de su mano amiga.


Al igual que nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez Frías, pero esperemos que, con una visión totalmente distinta, nuestro Presidente Nicolás Maduro, ha percibido la necesidad imperiosa de hacer cambios profundos a lo interno de esas estructuras universitarias caducas. Así, en Encuentro de Diálogo con las y los estudiantes el pasado miércoles 12 de marzo, les manifestaba: “No podemos aceptar que nadie convierta las universidades en procesos dictatoriales”, ante la preocupación de una estudiante por la arremetida contra la Docente Palmira Guevara quien, ejerciendo un derecho de palabra ante el CU-UCV emplazó a la rectora Arocha a distanciarse de las güarimbas, recibiendo como respuesta una reprimenda de ese cuerpo de decisión universitaria y una posible sanción por ejercer su derecho a la Libre Expresión, el Presidente legítimo de la República, Nicolás Maduro expresó: “No aceptemos injusticias en las universidades, si (la profesora) fue sancionada por el derecho a disentir, que pague por daños morales la rectora de la UCV, si los hubo”, instando a su equipo de gobierno a investigar el caso. Igualmente, en dicha actividad de Gobierno, el Presidente Maduro planteó realizar una marcha de todo el movimiento estudiantil del país para solicitar el voto paritario y democracia en todas las universidades. “Es un buen punto para ponerse de acuerdo con los estudiantes de oposición”, manifestó Maduro y propuso también exigir que “los rectores rindan cuenta cada 6 meses del presupuesto que les asignan el Estado”. (Correo del Orinoco, 12-03-2014).


No será con una marcha que, los cambios necesarios de la estructura universitaria se impongan, será necesaria la activación de todas las reservas morales con que cuentan nuestras Casas de Estudios, bien solía reprendernos Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz 1964: “Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”. La activación de esa fuerza moral que existe en nuestras instituciones universitarias, debe dejar de ser silenciosa y alzar su voz, sin miedo a una sanción disciplinaria, sin temor a ser castigada/castigado por esos “procesos dictatoriales” que se han impuesto como la única voz existente en nuestras universidades. Y tal como lo ha expresado el Presidente Maduro, todo el poder del Estado venezolano debe activarse para permitir que esas fuerzas morales, se expresen con absoluta libertad contra esos “procesos dictatoriales” que han permitido que, las sombras se impongan sobre las voluntades Democráticas de las comunidades universitarias del país.


Hasta la fecha, la lucha por la Democratización de las universidades autónomas del país se ha restringido al ámbito judicial. El TSJ en Sala Electoral, ha estado a la altura del momento presente. No podemos decir lo mismo de su Sala Constitucional, quien se ha colocado como un dique a las necesidades de cambios que reclama nuestra institución universitaria. Esa energía positiva que ha manifestado el Presidente Maduro, necesitamos que se concrete en actuaciones bien precisas hacia el objetivo Democratizador. Recordemos que, cuando nuestro Comandante Chávez nos planteó la necesaria Constituyente para reconstruir el modelo político societario, fundar la Quinta República, lo hacía sobre la base de la estructura legal de la vieja sociedad y fue allí, donde encontró una rejilla que le permitió convocar a referendo. Las fuerzas del pasado, esas que mantienen “procesos dictatoriales” a lo interno de nuestras universidades públicas, no reconocen otra Ley que no sea la Ley de Universidades, esa que implantó Rafael Caldera después del allanamiento militar de la Universidad Central de Venezuela en 1970. Tal para cual. Incluso, en el TSJ reposa un recurso de nulidad de la LOE y, muy en particular de su artículo 34. Convocamos a las fuerzas progresistas universitarias a mirar esa Ley, en especial su artículo 20, que habla de las Atribuciones del Consejo Nacional de Universidades (CNU), en su Numeral 16: “Convocar a elecciones en los casos en que el Consejo Universitario o la Comisión Electoral no lo hubieren hecho en la oportunidad legal correspondiente. A este efecto dictará cuantas medidas fueren necesarias para que se realicen los comicios respectivos, y cuidará en todo momento de que el proceso electoral se desarrolle normalmente…” La burocracia que actualmente dirige nuestras universidades públicas, autoridades universitarias, se mantienen sobre la legitimidad de una Orden expresa emanada del Máximo Tribunal de la República a quien, por cierto, califican de ilegítimo y reclaman su pronta designación. Si el TSJ es ilegítimo, dicho por la AVERU, pues esas autoridades también son ilegítimas. Es hora, Presidente Maduro, de verificar cuán ciertas sus intenciones con el proceso Democratizador de nuestras instituciones universitarias. QUE EL CNU SE ACTIVE EN ARTÍCULO 20 Y HAGA LA CONVOCATORIA GENERAL A ELECCIONES EN NUESTRAS INSTITUCIONES UNIVERSITARIAS CON PERÍODOS VENCIDOS DESDE HACE 3 Y 4 AÑOS. Pero, además, como lo establece la Ley de Universidades vigente, tome la medida de elaborar el Reglamento Electoral que regirá dichos procesos electorales, en consonancia con lo dictaminado por la LOE en artículo 34. No es hora de dilaciones, el momento es ahora Presidente Maduro.


Y mientras se dilucida esa expectativa del Pueblo universitario, la burocracia universitaria (autoridades) mantienen el Paro Patronal Universitario, mediante la forma de la “flexibilización de actividades”, la no toma de asistencia a clases y la paralización de las evaluaciones. El antecedente de dicha actuación de la burocracia universitaria, lo fue el paro-sabotaje petrolero de 2002-2003. Para aparentar tener abiertas las universidades, mantienen la actividad administrativa. Los Paros Patronales no tienen sustento en ninguna de nuestras legislaciones, lo que los convierte en ilegales. Y decimos esto último, para que se considere el caso de un Docente que, valiéndose de su derecho a la Libertad de Cátedra desatendió la obligación ILEGAL del Consejo Universitario de su universidad y continuó dando clases, de común acuerdo con sus alumnos e incluso aplicó evaluaciones y concluyó el semestre exitosamente contrariando la pretensión de la burocracia universitaria (autoridades) de hacerles perder sus semestres a las y los estudiantes de las universidades autónomas.


La Libertad de Cátedra es una de las piedras angulares de la Autonomía Universitaria, como bien solía decir el Rector Magnífico Francisco De Venanzi: “La autonomía universitaria es el sistema que mejor protege el pensamiento crítico y por ello representa un aporte significativo en la consolidación de los factores que orientan la integración universal. Su significado es tanto más valioso cuanto mayor el grado de independencia académica que se refleja, en última instancia, en la libertad de cátedra y de investigación…”, más adelante en su excelente obra: Mensaje al Claustro, el Rector Magnífico nos aclara quienes sí podrían estar violando la autonomía universitaria con sus actuaciones: “En nuestro criterio, es evidente que para que las instituciones superiores del saber cumplan sus labores en la mejor forma, no pueden estar bajo control de grupos sectarios que traten de mediatizar la enseñanza o la investigación en función de intereses políticos, económicos o religiosos determinados. La dirección universitaria debe ser esencialmente respetuosa del libre juego del pensamiento, interpretando en su mejor forma el significado del sistema autonómico…” Sentenciando, palabras más adelante, en su Mensaje al Claustro que: “Una institución universitaria que nada nuevo aporta a la ciencia y la cultura, que permanece indiferente ante la demanda del esfuerzo creador que le plantea su ambiente natural y social, y que no asume en este sentido su responsabilidad ecuménica, languidece y vegeta dentro de una rutina esterilizadora…” Palabras de tanta actualidad, las del Rector Magnífico De Venanzi, expresadas en su Rendición de Cuentas a la comunidad que lo eligió en mayo de 1963, tan solo hace 51 años atrás.


Hoy, que las fuerzas de la reacción contra la Universidad Autónoma y sus Principios de Democracia y Libertad, parecieran provenir NO del Gobierno, sino desde sus propias entrañas, de la burocracia (autoridades) que las dirige, las palabras del Rector De Venanzi, sus orientaciones, merecen toda nuestra atención. Esto lo expresamos, después de conversar con estimados docentes universitarios como el caso del camarada Eric Omaña, especialista reconocido a nivel nacional en los temas de la Seguridad y Salud en el Trabajo, quien nos comentaba su preocupación por posibles retaliaciones que pudieran provenir de la burocracia de la Facultad de Medicina, UCV, pues, como Docente Responsable no solo que, no asumió el Paro Patronal Universitario sino que, en conjunción con sus alumnos y alumnas culminó exitosamente el semestre de su materia, cumpliendo con los requisitos de Ley para que éstos aprobaran el curso.


El 36 de la LOE, define y regula la Libertad de Cátedra como: “El ejercicio de la formación, creación intelectual e interacción con las comunidades y toda otra actividad relacionada con el saber en el subsistema de educación universitaria se realizarán bajo el principio de la libertad académica, entendida ésta como el derecho inalienable a crear, exponer o aplicar enfoques metodológicos y perspectivas teóricas conforme a los principios establecidos en la Constitución de la República y en la ley”. La Recomendación Relativa a la Condición del Personal Docente de las Enseñanzas Superior de la UNESCO, organismo de la ONU del cual Venezuela es parte, plantea entre sus Recomendaciones a los países miembros que: “Las instituciones de enseñanza superior no deben utilizar la autonomía como pretexto para limitar los derechos del personal docente de la enseñanza superior mencionados en esta Recomendación o en los demás instrumentos internacionales que se enumeran en el Apéndice”. Pasando a enumerar, entre los principios que deben garantizar los países miembros, el siguiente: “garantizar que no se obstaculice con actos de violencia, intimidación o acoso, el desempeño del personal docente de la enseñanza superior, ya se trate de su labor en el aula o de sus actividades de investigación”. Garantía que, en todo caso, es posible que sufra menoscabo no solo de Gobiernos no contestes con la Autonomía Universitaria sino también de cierta burocracia universitaria consolidada en “proceso dictatorial”, como la definiera el Presidente Maduro, a la cual le incomodan no sólo la Autonomía Universitaria bien entendida, sino la Libertad de Cátedra y, las libertades en general, consustanciadas como están, en el totalitarismo y la autocracia que han implantado a sus comunidades.


Una medida fuera de toda Ley como lo es el Paro Patronal Universitario, NO puede establecer verdaderas “cacerías de brujas” contra todo aquel/aquella que piense distinto, contra la Libertad de Cátedra e imponer, como lo hicieron en 2002 y 2002 con el paro-sabotaje petrolero, medidas retaliativas que, a fin de cuentas, perjudican es, al estudiante con la pérdida de su semestre o año escolar, retardándoles en su egreso como futuro profesional de la Patria, un daño incuantificable. De allí la importancia, del compromiso del Presidente Maduro ante las y los estudiantes de la Patria, de no aceptar injusticias en las universidades y, de investigar los casos que pudieran presentarse para que: “pague por daños morales la rectora de la UCV”.


Y entre luces y sombras, finalizamos con De Venanzi: “Abrigamos la esperanza de que los alumnos a lo largo de sus estudios hayan asimilado estas bases doctrinarias y apreciado los resultados de su aplicación y puedan proyectar su voluntad de perfeccionar el futuro nacional contribuyendo a adelantar las reformas sociales que sean requeridas asegurando la supervivencia de las instituciones democráticas”. (Alocución a las promociones de graduados de la Universidad Central de 1962, Palabras para una gestión universitaria, p. 64). Cuánto compromiso con la Democracia, cuánto contenido discursivo que contrasta con los discursos de odio y a destruir la Democracia, que se escuchan en los actos de graduación, por parte de esa burocracia que mantiene “procesos dictatoriales” en nuestras universidades públicas. La necesaria Transformación Universitaria, está más viva que nunca…

Caracas, 30-03-2014



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Henry Escalante


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