“La escuelas, los centros y sus colaboradores deberían trabajar juntos dentro y entre las comunidades escolares para compartir pensamientos, puntos de vista e ideas en la medida que desarrollan el Currículo para la Excelencia.
La construcción del currículo es un proceso colaborativo que puede ser utilizado para involucrar y comprometer a los estudiantes, los padres y otros colaboradores en la comunidad escolar cuando revisan y rediseñan el currículo de la escuela o centro.”
Al leer esta declaración de principios sobre la participación de las comunidades en la elaboración del currículo de la escuela, seguro que los intelectuales al servicio de la propuesta neoliberal y opositores al Gobierno Revolucionario pegaran el grito al cielo y se opondrán inmediatamente a tal propuesta. Seguramente que recurrirán a algún artificio legal para declarar que tal propuesta es inconstitucional. También argumentarán que la propuesta es inviable, porque las comunidades no tienen formación para opinar en materia de currículo. Los más recalcitrantes oposicionistas, apoyados por hordas de padres y madres de extrema derecha gritarán: “Con mi escuela no te metas”, “Fuera las manos de los colectivos armados de las escuelas”, “SOS Educación”, “NO a la injerencia de los Consejos Comunales en las escuelas”, etc., etc. Seguro que usted lector o lectora podrá agregar una larga lista de creativas consignas en contra de la propuesta de la participación de las comunidades en la elaboración del currículo de la escuela a la que asisten sus hijos.
Pero su posición cambiará inmediatamente, sin ruborizarse, cuando le diga que tal propuesta es hecha por el Gobierno Escocés. En su sitio oficial dedicado a la reforma curricular (ver: http://www.educationscotland.