En otro artículo, en el cual planteamos la necesidad de otro modelo de la educación universitaria, propusimos la creación del Banco de la Universidad Venezolana. La construcción de una nueva arquitectura financiera y presupuestaria que beneficie la solución de los crónicos problemas de la universidad venezolana e impulse los proyectos de desarrollo institucional y comience a promoverse la inversión productiva en condiciones de seguridad y sostenibilidad, desafía al Estado y a la misma gerencia universitaria a buscar otras alternativas.
El Banco de la Universidad Venezolana no tiene nada que ver con el concepto de la intermediación especulativa del capital, es una opción para enfrentar en estos tiempos un mal que por años ha generado conflictos que ya se han hecho cíclicos. Esta Banco público, que nacería con una importante inversión del Estado, tendría un aumento vertiginoso del capital si consideramos las capacidades científicas, tecnológicas y de innovación existentes en las instituciones que se colocarían al servicio del aparato productivo nacional.
La relación de la universidad con el mundo del trabajo no solamente tiene implicaciones en la formación integral del estudiante sino también económicas, en este caso al servicio del colectivo universitario, beneficios que se revertirían hacia el mismo avance de la institución. De ello se desprende que además de las funciones tradicionales de investigación, docencia y extensión, la universidad asuma también la función de producción y en consecuencia tener ingresos alternativos al presupuesto ordinario asignado por el Gobierno central.
Este Banco de la Universidad Venezolana pudiera tener entre otras funciones, las siguientes: recibir y administrar las asignaciones presupuestarias de las universidades, prestar servicios bancarios al público según lo establecido en la legislación vigente asegurando la intermediación financiera y eficiencia en el ahorro y la inversión; recaudar, administrar y fiscalizar los tributos que le correspondan según acuerdos con la administración central, regional y municipal; administrar recursos inherentes a la seguridad social de los trabajadores universitarios, convenir pagos con los acreedores de las universidades, mantener programas de financiamiento a planes para el desarrollo social de los universitarios y público en general, convenir con otras instituciones el suministro de bienes y servicios para los participantes o afiliados al banco, participar en todas las iniciativas y beneficios del sector bancario según la legislación correspondiente y convertirse en parte de un sistema de banca social integrando la nueva institucionalidad con fundamentos éticos y solidarios.
Este tema, que representa un nudo crítico a considerar en el diseño del nuevo modelo del sistema universitario venezolano, tiene que ser abordado sin reserva alguna y encontrar vías novedosas de fortalecimiento del presupuesto universitario y financiamiento a los proyectos de infraestructura, mantenimiento, desarrollo científico; además de impactar en el “buen vivir” de los trabajadores universitarios.
El Presidente Chávez consiguió la solución al pago de la deuda que mantenía el Estado con los jubilados universitarios a través de los petrobonos, era una deuda que se decía impagable. La problemática económica universitaria tiene que tener una solución, por eso propongo para la consideración esta propuesta.
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