Uno de las premisas revolucionarias es que para iniciar una revolución se requiere del malestar del pueblo y que comience una conciencia revolucionaria, es decir, una conciencia de la transformación social. Pero ello no basta. Puede iniciarse un proceso revolucionario, pero para consolidarlo hace falta la formación del pueblo en los valores de la nueva sociedad.
De allí la necesidad de urgente, pero esencial necesidad de lograr una transformación profunda de la educación venezolana en todos los niveles. Se ha avanzado algo, pero quedan vestigios poderosos enquistados en el sistema escolar de primaria y secundaria. Se ha avanzado en educación universitaria en la inclusión de cientos de miles de estudiantes al sector universitario. Sin embargo, las universidades llamadas “tradicionales” mantienen su estructura, modelo y/o paradigmas intactos.
Las universidades “tradicionales” siguen eligiendo autoridades de la misma manera de hace décadas u obstaculizando la posibilidad de que se aplique la Ley Orgánica de Educación, entre sus artículos 32 al 36 donde se toca el tema universitario. Mantienen a las autoridades con períodos vencido que usando estratagemas jurídicas impiden que el pueblo universitario elija a las autoridades, tal como lo contempla el artículo 34.3 de la LOE. Es más en esas universidades (el mundo al revés, al decir de Galeano) se persigue a los revolucionarios y revolucionarias por serlo, o por declararse chavistas. Los casos de la ULA y la UCV son patéticos en ese sentido.
Allí se impide todo tipo de cambio que provenga del gobierno bolivariano y creemos que es hora de que el estado como tal se pronuncie decididamente en tal sentido. No pueden ser las universidades un estado dentro del estado que, usando los recursos que le provee el gobierno lancen todo tipo de acciones para derrocar al mismo gobierno.
Así que está en manos del ejecutivo nacional propiciar formas de intervención (Así suene feo no es la intervención tipo Caldera en 1969 en la UCV) para que estas universidades se pongan a tono con los cambios de la sociedad venezolana. Queda en manos de la Asamblea Nacional generar la Ley de Educación Universitaria basada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la LOE. Queda en manos de la Sala Constitucional del TSJ pronunciarse sobre la legalidad de la LOE y ordenar a todas las universidades que eligen autoridades que procedan a las elecciones de las mismas con la participación en igualdad de condiciones de toda la comunidad universitaria. Y en última instancia queda en manos del Consejo nacional de Universidades resolver esas situaciones para que no se siga desconociendo la legalidad venezolana por quienes se creen superiores a la institucionalidad de la patria.
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