Recientemente hemos visto en el Estado Apure ciertas manifestaciones de los jóvenes estudiantes, de algunos núcleos de universidades nacionales, solicitando diversos requerimientos que van desde aspectos de infraestructura, pasando por dotaciones hasta llegar al asunto del transporte interno o propio de cada Institución académica. También han incorporado el propósito de cambiar los actores que dirigen o regencian dichos recintos. Esto no es nada nuevo y seguramente tampoco serán las últimas protestas o reclamos de las comunidades universitarias desde dentro y hacia fuera de los espacios de clases.
Las protestas o manifestaciones universitarias han sido y son muy comunes en los países latinoamericanos y resto del mundo, así como también sucede que en la mayoría de los casos de las disputas por el control del poder político los estudiantes son protagonistas, algunos muy conscientes y otros ingenuamente o manipulados, pero en definitiva han sido y seguirán siendo partícipes de la dinámica político – social por Dos principales razones: Una porque son una importante masa de seres humanos cuya actuación impacta la opinión en las calles; y, la otra porque se supone que en la comunidad universitaria están los más avezados actores de las comunidades, además que la natural rebeldía juvenil es un "explosivo" manipulable, bastante útil y de muy bajo costo.
Tan cierta es la utilidad de los jóvenes universitarios en la querella por el control político, que en cada espacio académico existen los movimientos estudiantiles representantes o filiales de las organizaciones político-partidistas de las distintas corrientes principales: Izquierda y Derecha, así como sus derivaciones anarquistas regionales o locales. En definitiva son actores imberbes de cuya masa se irán decantando y surgirán los liderazgos que luego estarán sustituyendo a futuro los protagonistas actuales de la pugna gubernamental.
Viendo en retrospectiva general el caso venezolano podemos destacar las luchas de la juventud patriótica contra la Colonia española, cuya figura descollante fue Simón Bolívar, su Excelencia El Libertador; tiempo después la resistencia contra la Dictadura y la muy recordada generación del 28; la Unión Patriótica en la caída de Pérez Jiménez; la lucha armada de la década del 60 y la juventud universitaria que acompañó al Comandante Chávez en 1992 y siguió apoyándolo mucho tiempo después. Pero igualmente son protagonistas los que realizaron las violentas protestas contra Chávez en su tiempo y más recientemente contra Nicolás Maduro, quienes también son jóvenes y entre los cuales hay muchos estudiantes.
La gran mayoría de las veces cuando las protestas universitarias surgen con mayor fuerza y carga de violencia es porque hay cerca un proceso electoral o porque la disputa por el control político se acrecienta, lo más lamentablemente es que en nuestras universidades ha venido decayendo el nivel del debate político - ideológico, particularmente porque pareciera que entre aquellas generaciones del pasado los dirigentes de Izquierda y de Derecha se preparaban mejor y sus niveles intelectuales exigían de más profundidad o erudición para la confrontación con los adversarios, mientras que en el presente la imitación, el copiar y pegar, el retuiteo y el reenvío por facebock de contenidos digitales, elaborados a tal propósito, hacen inútil y superfluo el análisis situacional y la caracterización objetiva de las realidades.
Ayer, el 21 de Junio de 1918, la Juventud Argentina de Córdoba se dirigía en un manifiesto a los hombres libres de Sudamérica, exponiendo: "Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara." hacían ellos referencia al exagerado carácter clerical y refractario de la universidad en aquel entonces. Agregaban en el mismo documento, puntualizando aquellos jóvenes del extremo Sur de nuestro continente, algo que en este presente tiene mucha vigencia y que personalmente recomiendo asumir a los jóvenes universitarios de Apure: "La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla." (…) "Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden."
Si bien ayer como hoy la juventud siempre debe elevar su voz de protesta y reclamos cuando sienten o presumen que la casta dirigente intenta obscurecer los espacios universitarios, la juventud también debe tener suficiente conciencia para no autodestruirse permitiendo que su liderato tome decisiones erróneas y actuaciones que impidan la difusión de la Luz en la casa destinada a emitirla. Cerrar totalmente una universidad es amputar al debate o temerle asumirlo, además de evitar que el pensamiento se exprese. Particularmente a los que se dicen revolucionarios de izquierda, pero también para los adversarios de la derecha recalcitrante, les dejo una frase reiterativa pero muy ilustrativa del "Che" Guevara, quien decía: "O nosotros somos capaces de destruir con argumentos las ideas contrarias, o debemos dejar que se expresen. No es posible destruir ideas por la fuerza, porque esto bloquea cualquier desarrollo libre de la inteligencia."
Así que allí dejo esa reflexión para quienes se dicen portadores de los estandartes del liderazgo universitario y parecieran más bien marionetas de intereses subalternos. La querella intelectual queda abierta para quien desee gallardamente aceptarla.