El talón de Aquiles en la transformación universitaria

Todo cambia, todo se transforma,  pero los cambios y transformaciones necesitan de una brújula que  oriente,  que indique el camino para ir enderezando entuertos, errores, desviaciones  o equivocaciones; por eso toda revolución  no es otra cosa (como dice Fidel) que tener sentido del momento histórico, casi siempre ha requerido de el sujeto  transformador, así nos lo indica la historia.

Por eso la interrogante ¿dónde está  y si estuviere qué ha hecho o qué está haciendo el sujeto principalísimo impulsor de la transformación universitaria?

Creo que se hace necesario detenernos un instante o el tiempo que sea necesario para escudriñar sobre este asunto que ciertamente preocupa, ya que pareciera que nos hemos quedado en el llamado, en la invocación en las consignas sobre la necesidad de transformar el hecho universitario, pero sin calor de masas en movimiento, en acción de rebeldía irracional o racional; solo mucha teoría intelectual de buena fe, muchos deseos que con el  transcurrir del tiempo no transforma en la magnitud que quisiéramos.

Que bien nos sentimos cuando desde la barrera estamos viendo, escuchando y leyendo la titánica  o heroicas acciones que allende la patria están llevando a cabo los movimientos estudiantiles de Chile y Colombia, quienes desde una posición anti neoliberal exigen derechos conculcados por el afán de la maximización de la ganancia de quienes conciben que todo se paga,  se vende o se compra.

Esos movimientos estudiantiles (léase sujeto transformador), que surgieron en otros países de América Latina y la propia Europa, hoy por hoy pareciera no los tenemos aquí en nuestra patria, creo que existieron en otros tiempos pero ahora que lo requerimos como antes, es como si no existieran, y ahí deriva  en parte la dificultad que debemos despejar para asumirla y buscar ¿el cómo hacer? para que resurja de entre la apatía o el desgano ese sujeto transformador que tanto se requiere en estos tiempos que hemos  dado en llamar  de transformación Universitaria.

Sujeto transformador que no va a surgir de la revolución de colores, porque quienes impulsan esa acción se hallan bien, están conforme con el sistema que a éllos y por que no decirlo igualmente a nosotros nos impusieron con el transcurrir del tiempo, y menos aún porque sabe y entiende que ese es el modelo que aún después de más de década y media de proceso revolucionario se sigue imponiendo  curricularmente en la praxis académica de todos los niveles el troquel que la denominada Cuarta República formó, a través de los contenidos bibliográficos que al día de hoy siguen siendo los mismos en la mayoría de los casos.

La representación cuarto republicana que domina las universidad llamadas Autónomas junto a las privadas, no están interesadas en cambiar  absolutamente nada, lo tiene todo para perpetuar la concepción del sistema socio-político-económico capitalista que éllos proclaman y defienden a capa y espada dentro y fuera de  sus recintos universitarios. Su lucha está en defender lo que tienen. Desde ahí realizan su gran negocio y su contrarrevolución.

Por otro lado el sujeto que acompaña las consignas del proceso chavista, que no acaba de asumir su verdadero rol protagónico, solo como por efecto  alka seltzer  en ciertos instante se moviliza ante el llamado de quienes política y  académicamente han estado tratando de darle fuego a la necesidad de una verdadera transformación universitaria, la cual ha venido siendo exigida  en los planteamientos del propio conductor del proceso revolucionario y quienes desde muy cerca de él, producen ideas y planteamientos teóricos para la transformación universitaria que muy poco a nada han o son asumidos por el verdadero sujeto transformador que sigue ausente como es el movimiento estudiantil progresistas.

Movimiento estudiantil progresistas que pareciera estar igualmente conforme con lo que existe; conquistas en bienestar estudiantil producto de luchas de otros tiempos logradas por otros movimientos universitarios que costó sangre sudor y lágrimas y que hoy es disfrutado por el sujeto pasivo  en que se ha convertido gran parte del estudiantado venezolano tanto de derecha como de izquierda.

Ahora bien, esa pasividad, esa falta de rebeldía  y de librepensadores que se ha convertido el alienado y principalísimo  sujeto transformador,  tiene mucho que ver con el talento intelectual que mueve los hilos del conocimiento dentro y fuera de las aulas universitarias, facilitadores llámense docentes, asesores o profesores igualmente la mayoría de éllos, pareciera estar contestes con la educación o conocimiento que imparte y con el producto final que creen formar y quizás pudiera ser que muchos de los académicos, ni se han dado cuenta que son productores de copias al carbón con valores o anti valores idénticos a los suyos o a los que les enseñaron sus antecesores. (De troqueles cuartos republicanos, solo salen o se reproducen modelos con conductas cuartos republicanas)

De allí que se hace urgente y necesario replantearse el diseño o esquema de búsqueda de lo que hemos dado por llamar transformación universitaria y ello pasa por transformar el estado de inconsciencia en que  sabemos se halla el sujeto transformador de estas lides como es lograr una herramienta académica y de saberes que forme al hombre del presente para un futuro mejor en convivencia comunitaria y donde se tenga sentido de pertenencia y aprehensión de los que somos y aspiramos ser.

Quiénes no tienen conciencia de lo que significa el amor  Patrio, mal pueden sentir o saber el por qué luchar y dar la vida si fuere necesario por la Patria. Y eso de alguna manera lo ha logrado el sistema o modelo de educación que por años se ha impartido en nuestro país, donde se ha despolitizado el hecho académico, bajo el argumento falaz de que la política es dañina en la formación académica, lo cual han logrado adormecer, o  como  diría  Prieto Figueroa, “castra o crear talentos eunucos” Seres que no piensen, sumisos, alienados que incluso lleguen a admirar y añorar otra patria que no sea la suya.

Por eso otra vez la interrogante: ¿Cómo hacer, si quienes (Con las excepciones del caso) tienen el rol de formar al nuevo republicano, algo así como al hombre nuevo, son en muchos de los casos los primeros que no quieren cambiar? Quizás por estar conformes con lo que han estado haciendo hasta ahora, al considerar que es más fácil, menos engorroso seguir haciendo las cosas como aprendieron y cómo lo han venido impartiendo (enseñando) o haciendo hasta el día de hoy.

Entonces el problema es el hombre que esta dentro de las cuatro paredes de los que históricamente hemos conocido como universidad, que en el tiempo y en el espacio es como si hubiera involucionado o por lo menos estancado  al amarrarse o dejarse absorber o atrapar ideológicamente por la concepción aberrante del capitalismo que refuerza la diferenciación entre las clases sociales, una minoritaria que se aprovecha del esfuerzo, del trabajo de las grandes mayorías empobrecidas a las que excluye del conocimiento y por esta vía impone sus reglas de juego del egoísmo, consumismo y paternalismo alienante.

Esa academia que prefigura reproducción de moldes idénticos, que se guía por  programas que se dictan y luego se evalúan casi textualmente, al exigir del estudiante que haga un vaciado casi de memoria de los contenidos,  forma de medir “el conocimiento” que no es el suyo, sino del autor de texto o del tema que se somete a examen;  sistema memorístico de copia al carbón de  ideas o conocimientos de otros, convierte al estudiante casi en un zombi acrítico, que no rompe esquemas, que no vas más allá de plasmar en su discurso oral o en su examen escrito lo que su memoria alcanzó a retener; no hay aporte creativo, porque de hacerlo, corre el riesgo de ser incomprendido y por lo tanto aplazado, esto en razón a que su evaluador igualmente es producto de un sistema educativo “memorizante” y por lo tanto acrítico.

No se enseñan, ni se estudia para entender, ya que el sistema está creado bajo la premisa  de que no hay necesidad de detenerse a escrudiñar  nada sobre el asunto que se dicta o se manda a copiar, porque la idea es esa, copiar al pie dela letra, lo que esta dicho o escrito; es algo así como que  el investigar, el romper esquemas, es solo de unos pocos, de  quienes el sistema ha seleccionado para éllo. El resto que son la mayoría, debe conformarse con tener  solo la capacidad de hacerse o memorizar el “conocimiento” de los privilegiados.

Esta es una manera de sometimiento, de esclavitud, de anacronismo que ha estancado el desarrollo intelectual de grandes mayorías de pueblos, a quienes los esquemas académicos impuestos por sus dominantes desde el llamado claustro los ha reducido a estancamiento en el conocimiento.

SE REQUIEREN SUJETOS  CRÍTICOS, REBELDES Y LIBRES PENSADORES

En la sumisión del sujeto transformador por naturaleza está en gran parte el meollo del asunto, hacía él, y sobre él, debemos incidir, para romper amarras de sumisión a la que muchos de nosotros no terminamos de escapar, porque de alguna manera u otra tenemos dentro de nuestro comportamientos vicios, que no es otra cosas que “el pecado original” con que los troqueles que nos formaron hicieron  huellas sobre nuestras conciencias; por eso siempre invocamos que la esperanza de cambio de transformación de conquista de una sociedad más justa está en las generaciones futuras; porque solo cuando los pueblos tienen acceso y se empoderan del conocimiento se originan transformaciones; Es decir se vive en revolución.

En este sentido, considero que la transformación comenzará a observarse y sentir cuando el sujeto transformador comience a reclamar de sus facilitadores académicos puntualidad en sus horarios de clase, cuando el estudiante exija de sus profesores mayor dominio y actualización de los conocimientos que se les imparten, cuando el catedrático ponga los pies sobre el planeta tierra y entienda que la razón de la universidad es el estudiantado, ya que son el presente y a éllos  pertenece el futuro.

Esto en razón a que en muchas oportunidades concebimos la transformación Universitaria graficada en una Ley, reduciendo el hecho transformador a eso, dejando de lado que en muchos casos los cambios comienzan con la modificación de conductas o actitudes ante la vida cotidiana, olvidando o dejando de lado que la transformación universitaria  comenzará a surgir cuando en ese mundo maravilloso donde debe estar el conocimiento universal tengamos estudiantes críticos, rebeldes y libres pensadores que pregunten, que problematicen las interrogantes de los temas humanísticos o científicos que  imparte el docente frio, impenetrable que en nombre de la autonomía de cátedra lleva décadas dictando y repitiendo conceptos superados, o narrando historias trucadas a conveniencia de quienes durante más de un siglo se adueñaron y regalaron la república;  como si aquello fuera una obra de teatro, donde el actor protagonista es el profesor y los estudiantes simples espectadores silentes que deben escuchar, copiar y aprender al caletre lo que él dice o dicta.

Transformación universitaria no la podemos reducir a la paridad electiva de los estudiantes respectos a los profesores, en el acto de escogencia de sus autoridades, eso sería una conquista democratizante en el seno de las universidades; transformación verdadera es cuando el llamado movimiento estudiantil luche y exija mejores docentes, mejor bibliografía para sus bibliotecas, más y mejores laboratorios para sus investigaciones y formación científica, ahí  estaríamos a la puerta del resurgimiento de un nuevo tipo de universidad que estaría al servicio de la educación y/o preparación de los talentos humanos que requiere el desarrollo presente y futuro del país.

Claro está ello pasa por reformar  programas y pensum de  menciones que están desfasadas del contexto histórico y científico que en estos tiempos ha logrado la humanidad; asumiendo el riesgo de errar en la búsqueda de la invención del país que desde la concepción robinsoniana muchos otros desde hace igualmente  muchos años han estado buscando; es necesario atreverse y ellos solo es posible si entendemos que el problema de alguna manera, somos muchos de nosotros, que teóricamente proclamamos la necesidad y urgencia de cambios, pero al mismo tiempos, somos los primeros que nos negamos a cambiar, al dejarle la carga a unos pocos e incluso a uno solo, y bien sabido es que toda revolución, si bien es cierto requiere de conductores o de un líder conductor, igualmente necesario es el sujeto colectivo transformador que en su estado de conciencia sabe y entiende el rol protagónico que se mueve como motor  demoledor de las vetustas estructuras de lo establecido para dar  paso a lo nuevo, es decir al hecho transformador. 

EL LÍDER COMO TURBO DE LA TRANSFORMACIÓN

Sin embargo paradójicamente, en los últimos tiempos casi sin el concurso del sujeto transformador por excelencia, hemos visto avances importantes en lo cualitativo y por qué no decirlo en lo cuantitativo en el campo de la vida universitaria, y ello ha sido factible por la acción de esa especie de turbo que acelera la dinámica coyuntural de la propuesta  revolucionaria que vivimos los venezolanos en estos tiempos, por iniciativa del conductor del proceso han aparecido y puesto en marcha acciones ciertamente con visión o intención transformadoras en el mundo universitario, a saber: Misión Sucre, Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y Misión Alma Mater, con sus programas Nacionales de Formación (PNF); así como la creación de cerca de treinta (30) nuevos centros de educación universitaria con programas de medicina integral, en convenio con universidades como la Rómulo Gallegos, La universidad latinoamericana, Universidad del Deporte, Universidad de la Artes, Universidad de los Trabajadores, Universidad Nacional experimental de la Fuerzas Armadas (UNEFA), Universidad de la Seguridad (UNES) y entre otras más de diez (10) Universidades Politécnicas Territoriales (UPT), donde se viene generando un cúmulo de experiencias que buscan romper amarras para zafarse de la concepción tradicional que se tiene de la universidad.

(Claro está que algunos troqueles cuarto republicanos que dirigen algunas de estas instituciones, no les han permitido jugar el rol que corresponde a tan hermosa iniciativa de cambios, de transformaciones, de hecho en revolución, y muchas de esos centros de nivel universitario, se han quedado como entelequias funcionando a copia al carbón de los vicios de las llamadas Universidades autónomas.

Universidades concebidas por el líder del proceso revolucionario para la inclusión y creación de un verdadero estado de conciencia del sujeto- educando, y a quien  corresponderá asumir en adelante transformaciones más radicales que vayan en la búsqueda de la formación del Nuevo Republicano, que no es otra cosa que el sujeto transformador con conciencia de aprehensión y pertenencia que asuma en la práctica el significado de lo que es La patria, Independencia y autodeterminación  de los pueblos; es decir, un nuevo tipo de universidades que deben estar al servicio del desarrollo integral del país; y para nada una universidad que prepara casi mecánicamente recursos humanos,(cuando lo correcto es crear, formar talentos humanos); como producto que sale a la venta, en el mercado de los medios de producción, para que coadyuve a engranar la red de la producción de cosas llamadas productos que de igual manera  van al mercado de la oferta y demanda  estimulada por el consumo  que genera plusvalía al dueño del medio y por lo tanto del capital.

Por eso se requiere romper esquemas casi dogmáticos, y asumir recomendaciones que dejará para la posteridad (que es ahora), nuestro Simón Rodríguez, hagamos del sistema de educación en todos sus niveles,  espacios para estimular la  investigación,  búsqueda de la verdad a través del razonamiento mutuo de educando y educador, donde se estimule  actitudes proactivas del estudiante, para que sea crítico, librepensador, sujeto capaz de discernir ideas, de preguntar y repreguntar, no importa cuantas veces lo haga, de ahí nacerá el sistema educativo creador, inventivo, donde el conocimiento empoderado en el común será herramienta  para la liberación y no dogma para explotación y sometimiento de los pueblos.

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(*) Diputado (s) Bloque de La Patria. Estado Táchira.



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Macario Sandoval

Equipo PSUV-Táchira.

 macariosandoval@hotmail.com

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