Mérida...¡ay Mérida! ¿que tiene Mérida? ¡Alerta!

Pasear por las calles o avenidas de Mérida es una experiencia mágica. No sabe uno si está en una Universidad con una ciudad dentro, o cómo bien lo dijo Mariano Picón Salas “una universidad con una ciudad por dentro”. A ratos bucólica, arropada por la inmensidad andina, a ratos moderna y cosmopolita. Una experiencia definidamente mágica. Su gente buena, la alegría bulliciosa de sus estudiantes. Ese cantadito que uno no sabe si hablan cantado o cantan hablando. La Ciudad de los Caballeros y las damas más bellas, eso y muchas cosas más es Mérida.

La lucha histórica de su gente por aparecer en el mapa con algo más que un puntito, lo lleva a uno a recordar aquel tiempo en que decidió la gente andina que había llegado la hora de hacerse visibles. No otra cosa fue la “Invasión de los sesenta”. Irrumpieron los andinos contra la invisibilización impuesta por la oligarquía central. Hoy también percibe uno esa cierta ansia y reclamo del alma andina. Bien saben los merideños de su importancia en el quehacer académico. No en vano la Universidad de los Andes es, en todos los órdenes, un emporio de conocimiento, investigación y cultura.

De pronto, sin aviso y sin protesto, la oligarquía central, apátrida, soberbia y rastrera ha descubierto Mérida. Es legión el número de visitantes comprometidos con la conspiración internacional que ahora hacen de Mérida el lugar de su acción. Reuniones, conferencias, foros, marchas…. Allí están todos o casi todos: Américo Martín, Álvarez Paz, Quirós Corradi, Teodoro Petkoff, Miguel Enrique Otero y pare usted de contar. ¿Qué tiene Mérida que hoy despierta tanto interés en estos vende patrias?. Marcel Granier también la ha convertido en su centro generador de “noticias”. Adelantándose al eterno presente en todo lo malo que ocurre está Globoterror y ahora le ganó Granier, ha colocado un equipo en la ULA a tiempo completo. Incluso para estar presente –curiosamente por adelantado-, en “casuales” intercambios de disparos entre estudiantes.

¿Qué tiene Mérida?, ¿Qué buscan en Mérida?. Sin duda lo que buscan en toda Venezuela: desestabilizar el gobierno legítimo del Presidente Chávez. La pregunta más bien es ¿Por qué Mérida?. La razón es sencilla. La querida y magnífica Universidad de los Andes vive hoy su hora más menguada. Una caterva de inmorales la dirigen sin el menor amor por la casa de todos o la Academia. Una banda mafiosa que ha colocado la Universidad y todo su prestigio al servicio de los planes más oscuros y ajenos al quehacer académico la dirige hoy. Torpes e inconscientes, ganados por el dulce encanto de la burguesía, han permitido que la Universidad sea hoy guarida de bandidos. De SUS bandidos. No imaginan el precio que ellos mismos deberán pagar por semejante tropelía. Estos monstruos que hoy protegen, como cuervos, les sacarán a los ojos.

Por esta simbiosis macabra de autoridades inmorales, “estudiantes” con comillas y paramilitares, es que la enloquecida oligarquía económica y política ha elegido a Mérida y la ULA. También, y de modo acertado, eligen Mérida no porque la situación de la ULA sea distinta a la de nuestra querida UCV, sino porque saben que en Mérida no existe capacidad de respuesta pronta y contundente. Esa es la clave de esta elección. Un punto bien importante para las fuerzas revolucionarias y el gobierno. ¡Hay que respaldar las luchas en el interior del país! ¡Hay que hacerlas visibles y ofrecer debida respuesta!.

Aún así, los conspiradores de todas las horas están equivocados. No podrán con las reservas morales de docentes y estudiantes patriotas. No podrán con el pueblo andino y venezolano. Serán derrotados de nuevo. Enloquecidos y ciegos perdieron la Fuerza Armada en el golpe de estado de abril de 2002; perdieron luego su mayor fuente de poder económico: PDVSA, cuando ensoberbecidos hasta la médula lanzaron el criminal sabotaje petrolero; perdieron las calles cuando encerraron en sus urbanizaciones a su incondicional –hasta ese momento-, clase media; y ahora perderán las Universidades autónomas. Las están llevando a la aventura y el abismo- Caerán en ese abismo arrastrando el poder que aún les queda. Pasará esto, porque un país no puede tolerar un cáncer moral en las principales casas de estudios donde se forman las generaciones de relevo. Hoy por hoy eso son: un cáncer. Un cáncer que propaga filosofía y modos de ser y hacer egoístas, capitalistas, insolidarias, vacuas, frívolas, agringadas y apátridas. Ellos mismos, como en los casos antes reseñados, están colocando sus cabezas en la guillotina sin la elegancia y hasta exquisitez con que lo hizo Luís XVI. Lo están haciendo como lo que son: burdos, torpes, ciegos y arrogantes. ¡Amanecerá y veremos!


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Martín Guédez


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