En reconocimiento al centenario de su nacimiento, Juan Vicente Torrealba acaba de recibir la Orden Libertadoras y Libertadores de Venezuela. También una réplica de la espada de Bolívar, en acto celebrado en el Palacio de Miraflores y encabezado por el presidente Nicolás Maduro, el 23 de febrero. ¿Tales distinciones le hubiesen sido conferidas si al menos en uno de sus temas hubiese promovido el atropello a la mujer y la destrucción de otros valores humanos? ¡Nunca!
La reflexión viene porque –guste o no- representa Torrealba una referencia artística-cultural en el país. Dicho de otra forma, es un ejemplo a seguir al menos en ese campo. Al parecer, de esto no se han enterado en algunos colegios donde impulsan el gusto por el reguetón y sus insanas letras.
Conozco de una escuela bolivariana, en Caracas, donde ocurre esto. Su directiva fue alertada de la situación, al final del lapso pasado, cosa de la que existe constancia. Justo por ello resulta inexplicable que haya sido justo el reguetón el "ritmo" que haya privado en la fiesta de carnaval celebrada el viernes 24 de este mes. Todo indica que la iniciativa de los representantes al término del año 2017-2017 pereció en el vacío.
¿En cuántas otros planteles bolivarianos se habrá vivido una situación similar a la antes planteada? ¿por qué reguetón y no música infantil si se trata de escuelas de educación primaria? ¿existe conciencia de los antivalores que se siembran en nuestros hijos e hijas con estos procederes? De ser así, ¿por qué se insiste en lugar de atajarlo?
"Nada de reguetón y esas cosas. Los padres de los alumnos no permiten ni refrescos en las fiestas", comentó una madre consultada al respecto, cuya niña de seis años cursa en un centro ubicado en San Bernardino.
El Ministerio del Poder Popular para la Educación, tiene la palabra.
¡Chávez vive…la lucha sigue!