Los actos pedagógicos en su accionar como praxis educativa tienen desde la docencia una triada de propósitos: la enseñanza, la instrucción y la formación, y ésta explicación se dibuja en un triangulo estratégico para visualizar el hecho educativo como apalancador en la construcción del conocimiento.
Como profesor universitario, desde hace mucho tiempo utilizo a las triadas para expresar ideas, teorías y conceptualizaciones (otra triada) como una postura pedagógica estratégica, la cual consiste en relacionar a tres ejes temáticos que tienen vínculos teóricos entre sí y lograr cercarlos en una triada para evitar la dispersión en la explicación en los objetivos pedagógicos, enseñar y caracterizar, para lograr en el estudiantado una mayor precisión en el aprendizaje…
Esto permite ir construyendo en el horizonte una triada vital en el hecho pedagógico, que consiste en lograr el comprender, entender e interpretar.
El uso de las triadas se ha convertido en “mi marca de presentación” que logra formar un extraordinario vínculo entre lo pedagógico y lo didáctico, lo cual permite una mayor fluidez en la compresión de los constructos teóricos y logran una descomplejización en el abordaje del conocimiento.
Con las triadas intento generar un espacio reflexivo sobre la manera en que se visualizan a las conceptualizaciones, en las cuales debe ser más importante comprender e identificar las características esenciales de las ideas a través de tres ejes temáticos y no en la memorización de las definiciones.
La realidad concreta de los actos pedagógicos deben estar direccionalizados por una triada educativa para la edificación del conocimiento: el ser, el saber y el hacer.