Una de las características esenciales para el desarrollo y acción de las praxis educativas es la existencia intrínseca de valores que direccionalizan "la intención educativa" y se convierten en el piso estratégico de la fachada cultural-ideológica que permea la estructura y funcionamiento de los sistemas educativos, que el Estado y los sectores sociales hegemónicos presentan a través de los procesos socializadores y que tienen una influencia determinante en el modelaje de conductas y consciencia social entre las y los integrantes de una sociedad…
El conocimiento como eje central y protagonista de los procesos de enseñanza-aprendizaje, y sus resultados, tiene su bitácora estratégica en el como se apropian los saberes, desde una relación dialéctica entre valores y anti valores como: ¿Solidaridad o egoísmo? ¿Colectivismo o individualismo? ¿Humanismo o mercantilismo? ¿Transformar o resistencia al cambio? ¿La lógica de la justicia social o la lógica del capital?...
La axiología educativa es una dimensión moral y ética de la educación, que impacta en los comportamientos individuales y colectivos, que se legitima en la sociedad impulsada por el pensamiento educativo dominante que orientan la acción educativa, en donde subyacen las justificaciones políticas, con toda una simbología y narrativa social y se amalgaman en la nación desde su unidad cultural y sentido de pertenencia…
Por lo tanto, la axiología devela a partir de los valores, el rostro ideológico-político de la praxis educativa, ya que expresa la intención, propósito y razón del quehacer de los saberes instrumentales y transformadores que realizan las socializaciones del conocimiento, dirigidas al vinculo central entre el ser social con su entorno y sus niveles de consciencia…
Las cosmovisiones axiológicas educativas se convierten en los lentes que permiten ver e interpretar la realidad social desde las especificidades éticas que asumen las y los individuos en esa indisoluble relación que existe entre la sociedad y lo educativo…