La universidad no cabe en una casa

Si bien es cierto que los gobiernos de la Revolución Bolivariana, en especial durante el período del Presidente Chávez, han prestado especial atención a la educación; tampoco es menos cierto que en la práctica ha privado la improvisación. Situación que se explica parcialmente por el rechazo a la teoría de parte de sectores educativos poderosos dentro del chavismo y a la adopción del pragmatismo estadounidense de John Dewey en su versión diluida promovida por personajes adecos como Luis Beltrán Prieto Figueroa. Ante esta situación de emergencia sanitaria en que nos encontramos, la más grave que hemos experimentado en nuestra historia, no vemos cambios sustanciales en esta actitud hacia la educación. Una vez mas somos testigos de como la improvisación se impone en materia educativa. Se lanzan consignas políticas como "Cada hogar una escuela" y la "Universidad en casa", sin pensar muy bien en su significado y consecuencias, y después se busca como llenarlas de contenido.

La improvisación ha quedado en evidencia al ver como profesores en televisión comenten errores garrafales. ¿Es que acaso es muy difícil preparar un guion para una clase? Si se hubieran preparado los guiones y se hubieran revisado se habría evitado tanto escándalo. Otra consecuencia más del desprecio por la teoría. El Ministerio del Poder Popular para la Educación cuenta con una dirección dedicada a la producción de material educativo, podría solicitar apoyo a productores de televisión para la preparación de las clases. Como decía Napoleón, eso me contaron: Vístanme despacio que estoy apurado. Era preferible comenzar unos días más tarde y preparar bien las clases. Pero prefirieron comenzar con una especie de "reality show" educativo que no ha salido nada bien hasta ahora. En la educación universitaria la situación no es más alentadora.

La consigna política es la "Universidad en casa". Ahora están viendo como la rellenan de contenido. La lluvia de declaraciones con mensajes erróneos nos apabulla. Unos hablan de educación a distancia, otros de educación on-line, etc. Hay colores para todos los gustos. Lo cierto es que muchos manifiestan su visión limitada, y muchas veces equivocada, de la educación a distancia. Algunos creen que porque usan Google Classroom ya son expertos en educación a distancia. Nada tiene que ver esta opción pedagógica con la educación en situación de confinamiento, de aislamiento. Tampoco es la educación a distancia lo mismo que la educación virtual, aunque tienen elementos comunes. La educación a distancia como yo la concibo tampoco es una opción pedagógica centrada en el estudiante visto como un Robinson Crusoe, más bien está muy alejada de las concepciones individualistas de la educación. Además, un programa de educación a distancia para que funcione, es decir para que resulte educativo, no se puede improvisar. Pero si se puede diseñar rápidamente, son dos cosas diferentes.

Por último, tenemos que la universidad no cabe en una casa. Si fuera así, podríamos concluir que las universidades son innecesarias. Una nefasta consecuencia es que se podría justificar un mayor recorte del gasto en educación universitaria porque esas instituciones ya no serían necesarias. Una universidad no se puede empaquetar y meter en una casa. La educación universitaria es mucho más que aprender de unos libros y de unas video clases. La universidad es mucho más que eso. Estamos enfrentando el peligro de una sobre simplificación, de una trivialización de la educación universitaria.



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Julio Mosquera


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