Más allá del análisis estructural o coyuntural –como bien Ud., respetado lector lo estime-, la situación socio-económica que vivimos en todo el ámbito de la Republica Bolivariana de Venezuela, tiene consideraciones de acontecimientos de máxima importancia e insoslayables que merecen atención de hijas e hijos de esta Patria Libertaria de legado heroico. Libertad que se ha logrado a costa de grandes sacrificios por nuestras generaciones proceras de mujeres y hombres de pueblo, donde no se escatimó la ofrenda sanguínea por la defensa y mantener viva la flama de la antorcha del fuego Patrio soberano. En esa piedra fundacional, debemos fijarnos todas y todos y recordar, las generaciones actuales, que esa roca sostiene la Patria Mirandina, Bolivariana, Sucrense, Robinsoniana y la totalidad de pueblos en rebeldía que lucharon a muerte contra el invasor para lograr su soberanía. Pueblos originarios, mestizos y afrodescendientes, mujeres y hombres que pagaron con sus vidas, para contar con la Patria venezolana que tenemos hoy. No es cosa fácil simplificar en esta breve narrativa la historia de todos los tiempos anteriores de país, que todo lo ha ganado a costa de sacrificios transgeneracionales y que hoy lucha por una nueva configuración de país de cara a tiempos contemporáneos de compromisos locales, regionales, nacionales y allende nuestras fronteras. Todo ello enmarcado en el compromiso por una era planetaria de equilibrio para la humanidad entera.
Este preludio anterior, lo hago en condición previa para adentrarme en un tema que viene ocupando mis actividades desde hace más de cuarenta años; el mundo universitario, en términos amplios. Muchas de las cosas que pasan en el país en su integridad –pensando como universitario-, es de agrado podamos atenderlo con una disposición de ánimo y la experiencia casi milenaria de nuestra institución educativa; en su síntesis mejor labrada, su transformación y cambio permanente. Esto lo digo desde la posición ecléctica que merece ser considerado el análisis de una institucionalidad legada desde el occidente eurocéntrico, teniendo presente todos los cambios, incorporaciones y adecuaciones que ha sufrido en el tiempo; cosa nada sencilla de analizar y asimilar. Recuerdo según las diferentes referencias en consideración, que hubo a lo largo de toda la historia de la humanidad varios centros geográficos del origen de formas educacionales avanzadas: constituyéndose en formaciones primeras, que niegan la exclusividad de la Universidad europea en términos formativos. Sin embargo, y es justo reconocerlo, la Universidad eurocéntrica que heredamos, íntimamente ligada a los procesos de conquista y colonización de nuestra Pacha Mama, nos vino con esa carga hegemónica impuesta a sangre y fuego por las clases sociales invasoras y esclavistas sobre nuestros pueblos originarios. Esa Colonialidad, pulula, copiosamente instalada en la cotidianidad de la vida universitaria actual. Nuestra América de pueblos originarios, mestizos y afrodescendientes, ha dejado constancia de hechos que marcaron el rumbo de nuestra Universidad, ganando un perfil y acento Latinoamericano y caribeño. Más allá de los cambios impulsados por la juventud en rebelión del mayo francés, en este lado del Atlántico, recordad Córdoba, recordad Tlatelolco, recordad las luchas de nuestras Universidades venezolanas, que ha logrado con sacrificios de sangre llegar a los tiempos actuales, de sociedades que luchan por su emancipación y una verdadera justicia social de los pueblos; esa es la Universidad que reivindicamos en momentos de definiciones y sacrificios por la construcción de una nueva historia de transformaciones y cambios sociales profundos y permanentes que exigen los pueblos. Esos sacrificios magnánimos de nuestra juventud y comunidad Universitaria, ha sido reconocido y plasmado por la acción soberana constituyente en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), del año 1999, en su artículo 109. Lo que tanto se exigió y luchó en el aula y en la calle, lo ha recogido y legado esta revolución patriota Bolivariana. Luego de esos logros concretos, muchos se han escudado en esa Autonomía Universitaria, para cometer los más viles desmanes y atropellos contra el Pueblo Soberano y su erario público, por encima del estatuto moral, ético y jurídico Universitario y nacional. La actuación del Gobierno Bolivariano en toda su historia y desempeño ha sido respetuoso de lo establecido por la CRBV, en lo concerniente a la Autonomía Universitaria, más allá de las limitaciones financieras que atraviesa el país. La inviolabilidad del recinto universitario ha sido norma del Gobierno Bolivariano, cosa muy distinta ocurrió con la época de los gobiernos social demócratas y social cristianos. Tanto es así, que los esfuerzos por recuperar la infraestructura física de la rapiña de vándalos, desatada contra las Universidades y sus funciones ha recibido un impulso y apoyo real de reconocimiento por parte de instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales; la Universidad Bella es obra concreta en momentos actuales. También –a pesar de la situación país-, se sigue fomentando y creando nuevas Universidades con opciones diversas, ajustadas a crecientes necesidades de soluciones nacionales. Se acaba de crear la Universidad de la Energía, esperemos sea de buen provecho y resuelva en su raíz el tema energético nacional con novedosas propuestas de soluciones reales del país.
Todo el mundo Universitario nacional se ha diversificado en propuestas formativas y de soluciones a problemas nacionales, que deben seguirse fortaleciendo y consolidando en el tiempo. Las misiones Alma Mater y Sucre, creadas por el Presidente mártir Comandante Hugo Chávez Frías, deben seguir transformando nuestras Universidades en verdaderos emporios de producción epistémica con pertinencia, donde se piense y cree la nueva subjetividad colectiva nacional del país que soñamos, utopiamos y queremos. Evidentemente, la carga de Colonialidad como pesado lastre en la subjetividad colectiva, debe ser revisada críticamente con mucha atención, para proceder a tomar los procedimientos teóricos y prácticos para su abordaje y superación en tiempo perentorio. En ese proceso de progresividad sin pausa, debe enmarcarse la valoración para emprender una verdadera Descolonización de nuestras Instituciones de Educación Universitaria (IEU), a los fines conscientes y determinantes de desmarcarnos de un vergonzoso pasado de odio y muerte. Proceso que debe ser centro de atención medular de todas las IEU, con fines teleológicos de proyección formativa crítica sobre toda la nación venezolana.
Las IEU, deben fijarse dentro de sus más genuinos propósitos estructurales y sociales una producción epistemológica emergente soberana. Alejada de mediatización e influencia con rasgos Coloniales y neocoloniales transmitido desde cualquier centro de poder hegemónico global. Todo lo contrario, debe promoverse políticas formativas, de investigación vinculadas con el entorno social comunal, donde prevalezca la pluralidad de saberes, conocimientos y pensamientos enmarcados por la cooperación y complementariedad. Todos estos esfuerzos deben tributar a fines de fortalecer la madurez y bienestar social, económico y político del pueblo venezolano en todas sus fachadas. Las políticas del Gobierno Bolivariano de diversificación de la Universidad plural en todo el ámbito nacional deben consolidarse en mayor fortalecimiento para estos propósitos nacionales. La contribución de las IEU con el país, debe ser sustancial y consustanciadas con las necesidades más sentidas de la población venezolana.
Al cierre de este, mi modesto texto de inspiración y creación propia –alejado de apoyo alguno de la IA-, quiero hacer un reconocimiento público al esfuerzo, persistencia y compromiso patriota demostrado por un gran colega universitario el Dr Miguel Alfonzo Díaz; profesor Titular jubilado de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Miguel cuenta con todo el aval y mérito académico, de investigador docente y ha tenido una gran trayectoria en la lucha por la Universidad que hoy pretende producir los cambios internos que la atan a hechos de rasgo alguno que desmeriten su legado de contribución al país venezolano. Rescatar la dignidad, autonomía y soberanía de la UCV es la gran tarea que se plantea el equipo rectoral que encabeza Miguel Alfonzo Díaz, y que hoy aspira dirigir la más tradicional e histórica Universidad venezolana. Colegas Ucevistas, solicito la mayor confianza y el mayor apoyo posible este viernes 26 de mayo, al compatriota bolivariano Dr Miguel Alfonzo Díaz y su equipo rectoral para dirigir los próximos tiempos, la Universidad que vence las sombras; la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Tucupita, Delta Amacuro
Fachada Atlántica de Venezuela