La conciencia y autonomía Universitaria

Resulta a todas luces complejo el tratar interesantes temas. Sin embargo, vamos hacerlo, pretendiendo contestar preguntas fundamentales que constantemente se están dejando escuchar en el ambiente universitario del país: En cuanto a la Conciencia Universitaria, nosotros vamos a contestarla con un concepto-dado desde nuestra posición de estudiantes-que podríamos resumir así: ella no viene hacer sino un sentimiento interior por el cual hemos de valorar y conocer nuestras acciones con respecto a la universidad.

Ahora bien, partiendo de esta premisa conceptual nos abocáremos a seguir hablando de la conciencia. Pensamos desde ya, que sería apresurado lanzar un juicio de afirmación o negación definitivo, por ser múltiples los factores, hechos y circunstancias que concurren al fenómeno, más político que biológico, más sentimental que racional, de su nacimiento, desarrolló y muerte. Indudablemente, eso sí, que a través de toda la historia de la humanidad y consecuencialmente la venezolana, ha existido un sentimiento de superación política, intelectual y científica, en la mente del universitario y aún o cuando una aureola de idealismo ha rodeado siempre su actividad, ello no obstado para que teorización princilista haya llegado a la práctica, como lo demuestran los grandes movimientos revolucionarios donde ha dejado sentir su intelecto ductor. Pero, hay otro hecho también indudable y es él de que no siempre la universidad ha marchado según el rumbo que el estudiante le ha trazado, si no que en muchas oportunidades, por el contrario, se ha quedado rezagada, envuelta en intrigas de apellidos y títulos nobiliarios, pactando con estratos antirrevolucionarios y ello por culpa de unos pocos y a causa del oligárquico predominio de reaccionarios sectores sociales dentro de ella, que han llegado a tal extremo en su descarado de conseguir la total y absoluta "autonomía " universitaria que les garantice la inmunidad para su indigencia profesoral y su desvergüenza ciudadana.

De allí se ha originado el dilema universitario mundial, la clásica división en grupos; por un lado, aquello que pretenden conseguir la universidad como peculio familiar que simplemente fabrica títulos y sirve de mampara a maquinaciones y componendas anti-libertarias que pretenden aislarla del medio social en el cual ha de cumplir su función; por el otro, los idealistas que siempre hemos sido levadura de revolución y nos imaginamos la verdadera universidad, y estamos en su búsqueda, aquella que se preocupa por la superación del individuo y del medio donde se encuentre; aquella que viva y sienta en carne propia los problemas del pueblo que ha de llenar sus aulas, hambriento de conocimientos y la luz que da la ciencia y lleno, francamente-satisfecho, de la esperanza en un futuro mejor.

Entonces, existe en Venezuela una conciencia universitaria? Tenemos que dar una respuesta bipartita: en primer lugar, resulta claro que en cuanto se refiere al sentimiento si ha existido y prueba de ello la tenemos en la franca decisión de la lucha de estudiantes que acompañaron a José Feliz Rivas, contra el oprobió y la tiranía, desde la independencia hasta nuestro días. Pero, y aquí viene la segunda parte, encontramos la configuración definitiva de ese movimiento, en donde un pequeñísimo grupo no quiere sumarse a esta búsqueda a esta lucha. Pero estamos en pie de lucha los Universitarios con nueva conciencia socialista en formación y avanzando a pasos agigantados, lo cual nos llena de sano optimismo.

En la Asamblea Nacional se les advirtió a los oligarcas, mostrándole nada más el conocimiento universitario, el verdadero sentimiento por su patria, el amor por su gente independientemente a cual partido político apoye o simpaticen, estos oligarcas parecen haber encontrado su derrotero seguro, el cual, creemos nosotros, ha de estar señalado por el acompasado latir del corazón, del pueblo, indicado reloj para marcar las horas de trabajar mancomunadamente, profesores, estudiantes y pueblo, para alcanzar pronto la lucha por las verdaderas reivindicaciones estudiantiles, ya que todos hemos de ser universitarios en el concepto más integral que de dicho término pueda darse; y no ese pequeñísimo grupo de estudiante jugando a defender una corporación.

Pero debemos tener siempre presente que el estudiante ha de ser el eje y preocupación en la prodigiosa tarea de forjar la Venezuela del mañana, aquella en cuya definición haya de estar el pueblo, tradicionalmente olvidado en su rancho de miseria y su conuco de hambre.

Hemos de pagar nuestro tributo universitario a la patria, a fin de poder decir, con la nueva conciencia revolucionaria queremos dejar encendidas esa luz para que quede prendida como antorcha de los venideros estudiantes con verdadera conciencia la revolucionaria.

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José Antonio Velásquez Montaño


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