Si no se le hubiese vencido la concesión a RCTV no habrían marchado los bellos hijos de papi, los niñitos mimados de la burguesía; no habrían usado el símbolo de la paz, no habrían volteado la bandera, no habrían salido a hablar de intervenciones en las universidades ni de peligros en sus autonomías. Pero es que además en sus peticiones coinciden plenamente con Condolezza Rice, con la NED, la USAID, Manuel Rosales, la cúpula eclesiástica, y demás equivalentes y equivalencias.
Fatalmente, estos estruendosos agites acabaron siendo shows de RCTV, escenificados en plenas calles y plazas. Produjo en un medio altamente frívolo, cursi y alienado como nuestras universidades la reacción de un montón de niños bien acicalados que tuvieron oportunidad de lucir al por mayor sus prendas de marca: el último grito de los headphone, zapatitos, franelitas addidas, gorritas,... ¿En la historia estudiantil de Latinoamérica, cuándo se vieron estas manifestaciones y protestas a favor de una corporación norteamericana?
Pero de aquellos shows estos desinfles morales y estos vergonzosos repliegues sin pena ni gloria.
1- Lloraba Amanda Gutiérrez y el Bobolongo de El Nacional chilla en titulares que los estudiantes sacaban toda la dignidad de Venezuela para rebelarse contra la tiranía.
2- Gimoteaba la Bicha, y saltaban el rector Antonio París diciendo que se quería arrinconar a la UCV.
3- En la ULA, UCAB, USB, LUZ, UDO y las universidades privadas, a cada lloriqueo de Norkys Batista, a cada rabieta de Marieta Santana, a cada estridencia lacrimógena de Tinedo, saltaban los equipos reptorales con remitidos y declaraderas por los medios poderosos proclamando que la autonomía está en peligro, que el gobierno allana los espacios universitarios y se prepara una estruendosa intervención de esos predios sagrados del saber.
Los bellos niños de la derecha marchaban a la AN y preguntaban que dónde estaba el señor de los Helados, que ellos querían helados, bomboncitos y caramelitos. Fue Miguel Ángel Rodríguez, el supremo repartidor de helados de RCTV quien dio la orden de que había llegado de invertir la bandera para salir a protestar, y los guardianes de la autonomía universitaria salieron a marchar. La Bicha con sus bichos salieron a recorrer las universidades, con su carritos de helados, siempre recordándoles de que para comer helados ricos y gustosos debían gritar todo pulmón de que en Venezuela se estaba violando la autonomía universitaria, vivíamos baja la amenaza de una intervención a las universidades y nadie tenía derecho a expresarse libremente. Esa es toda la guerra de marchas que se ha desatado en el país, porque a Miguel Ángel Rodríguez le dio la gana de decir que el papaíto de los helados, don Marcel Granier, estaba bravo y si no se le hacía caso sacaría a todos los carajitos de las escuelas, liceos y universidades a quemar a Venezuela. Y eso es lo que quieren hacer, y están tratando.
