Examen sobre la creación de nuevas universidades venezolanas

Existe actualmente la tendencia, en principio edificante, hacia la creación de nuevas Universidades venezolanas. Hay motivos suficientes para ello en el crecimiento de la población de algunos estados, y la creacion de otros, en el fortalecido desarrollo cultural, economico, social e industrial. Sana la intención y de una pureza singular, el pueblo venezolano exige sin embargo un detenido examen, para evitar que en el futuro la organización universitaria pueda desviarse de su verdadera naturaleza.

La Universidad bien claro es comprenderlo, no significa sólo la última fase de los estudios, o como diríamos la etapa culminante de la educación superior. La Universidad y en este sentido quizás conservamos el principio de la universitas medieval es una comunidad intelectual, rectora de la cultura, en cuyo seno se nutren los representantes de la vida cultural de los pueblos. Pero a la vez que comunidad intelectual universitas es la Universidad Studium Genérale y realiza en cada uno de sus miembros la síntesis de su propia vida, su verdadera inclinación. Asi, un universitario no es simplemente el médico, el abogado, por el solo hecho de ser un profesional. Ser universitario es poseer, a la vez que un conocimiento especializado, la visión social del deber, la formación humanística superior a la del simple técnico de una especialización, es comprender el destino de su misión y orientar la ciencia hacia nuevas conquistas y realizaciones. Una misión asi no puede colocarse ligeramente en un instituto si no ha sido producto de una meditada formación y a la vez, de una larga experiencia. No puede señalarse entonces como causa suficiente para la creación de una Universidad las posibilidades materiales de la región que aspira a su beneficio.

La historia nos demuestra que la vida de la Universidad está ligada al destino mismo de los pueblos. La tradición universitaria no puede improvisarse y cuando una Universidad ha vencido los obstáculos opuestos a su marcha e impone su existencia, es porque ya ha abandado sus raíces en la profundidad misma del ser espiritual, social y material de los pueblos. La Universidad fue tanto en el Viejo Mundo, como en nuestro País la respuesta a una larga inquietud. Las primeras Universidades europeas bien poco se diferenciaban de los seminarios de donde habían surgido. Y bien sabemos que la Iglesia fue durante la Edad Media la depositaría y directora única de la cultura que renacería más tarde en el pórtico de la Edad Moderna. La Universidad fue obra del tiempo que fortaleció las bases de la enseñanza general y exigió la especialización hacia ciertas disciplinas, y es por un devenir lógico que surgen las primeras Universidades. Así surgió el Studitim Genérale de Bolonia, especializado en las disciplinaa jurídicas y en el cual el estudio del derecho romano existía ya en el siglo XII; y la Universidad de Salerno, especializada en los estudios de Medicina. Desde el comienzo se comprendió que el destino de la Universidad dependía de la concurrencia de factores indispensales y que no fue sólo obra de la mente de los hombres la dirección que cada universidad tomaba, sino que era el fruto de un destino lógico. La tradición romanista, en una Universidad (Bolonia), su ambiente esencialmente jurídico, su tradición legislativa, fueron causa de su inclinación por los estudios jurídicos.

En otra Universidad (Salerno) predominaron los estuios médicos, porque Salerno era lugar de intersección de las culturas latina y bizantina, estaba bajo las influencias árabes y contaban con el aporte de la vulgarización de los Aforismos de Hipócrates en una traducción de la época y en general existía una serie de circunstancias que concurrían a la exigencia de un Studium Genérale en las principales ciudades de fines de la Edad Media.

La Historia de la Universidad en Venezuela debe servirnos asimismo de ejemplo. Ellas se formaron a través de una larga preparación y su fortaleza y oposición a los obstáculos demuestran que su destino era inseparable del destino mismo de la Patria.
Guiado por un noble anhelo, el Proceso revolucionario, junto con los movimientos sociales y el pueblo venezolano, hacia la creación de nuevas Universidades, han sentado principios que resultaran benefisiosos para la futura formación universitaria. Es erróneo creer y ello se ha sostenido como fundamento que las posibilidades materiales de una región son causa suficiente para la existencia de una Universidad. Podrán serlo, y de su apreciación se desprende un valioso conocimiento, de las escuelas de carácter puramente técnico. Un Estado, socilista por excelencia, reclamará escuelas en ese sentido, y se justificaran la existencia de dichas escuelas. Pero por el hecho de que una región tenga a disposición magníficos hospitales, clínicas, laboratorios, no se hace, por sólo esa circunstancia, acreedora de la condición de ciudad universitaria especializada en estudios médicos.

Para la creación de nuevas Universidades y para que su cometido sea el esperado y de un beneficio eficaz, debería consultarse al pueblo para saber que universidad quiere, o que universidad necesita, como ya lo dije anteriormente, un profesional nada más no necesita de conocimientos, tambien es importante una formación integral.

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José Antonio Velásquez Montaño


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