A un mes de la no renovación de la concesión a RCTV, se hace necesario reflexionar sobre la actitud asumida por un sector de nuestra juventud, estudiantes de algunas casas de estudios privadas y públicas.
El receso político (letargo) de la juventud venezolana es, sin lugar a dudas, un hecho sociológico digno de estudio. Las Universidades venezolanas por su carácter elitesco y excluyente, condicionó, durante los últimos 25 años (un poco más), la actitud crítica de los estudiantes, sin obviar ni pasar por alto la trasculturización de los valores morales de nuestra juventud. La satanización, así como la perversión del carácter racista de algunas de nuestras universidades, es un claro ejemplo de la sumisión con que se redimieron nuestros jóvenes.
Apatía política, escepticismo respecto a la eficacia y moralidad de las instituciones, desmovilización social, son características de los estudiantes que se han formado en estos últimos 20 años en nuestras universidades junto con otras distorsiones, como el valor concedido a la amistad, al amor, a la expresión personal, respeto a la naturaleza, solidaridad, paz, tolerancia. El egoísmo y la individualidad han sido factores preponderantes en la actitud que han asumido, incluso después de graduados, hecho manifiesto en el odio que hoy los motiva, como variante fundamental de su discurso.
La carencia de principios de nuestros estudiantes ha sido ultrajada por la maldad de aquellos que han perdido el discurso político, se han apoyado de manera infame en la poca instrucción política de nuestros jóvenes para tratar de generar el caos y con ello, calentar las calles y lograr desestabilizar al país. Sin lugar a duda ha sido una buena jugada de aquellos que han querido arrebatarles el sueño a las grandes mayorías de los venezolanos que estamos convencidos del proyecto político que lidera Chávez. Nuevamente subestiman a la Revolución Bolivariana, la capacidad de liderazgo y preparación de los jóvenes estudiantes que hoy abrazan este proyecto les ha dado una lección de sabiduría, de preparación política incuestionable, de compromiso racional con las ideas que mueven el alma de este maravilloso Gobierno Revolucionario.
Los jóvenes revolucionarios han querido abrir las puertas del debate, y no han encontrado eco en aquellos estudiantes que han sido vilmente utilizados por la maldad de una oposición carente de principios morales. Estos jóvenes han aupado un discurso absurdo bajo las banderas de la libertad de expresión y sus derecho civiles, algo que no es cuestionado por el Gobierno Revolucionario, no creo haya país en el mundo donde exista la libertad de expresión a PLENITUD. Por ser un discurso absurdo no han encontrado voces de respaldo, sólo han sido promovidos por la traición y los oscuros y pervertidos planes de una oligarquía que se resiste a entender que hoy Venezuela es otra. Para esta tarea han contado con una camada de periodistas insensatos, cargados con un ODIO EXTREMO y escatológico, racista e inhumano, casi todos de la nómina de Globovisión y del canal al cual no se le renovó la concesión.
La complacencia con que han tratado a estos jóvenes estudiantes sólo es comparable con la otorgada al filósofo del Zulia en la pasada contienda electoral, un hombre que nunca pudo articular más de 10 palabras coherentes. El dinero no ha sido problema, se han contratado agencias publicitarias para que piensen por estos jóvenes (las cabezas visibles), con el único objetivo de articular sus discursos, ademanes, slogan y la cantidad de impurezas que vituperan al unísono y que son difundidas por Globovisión. Los otroras actores y actrices de aquella televisión han sido los que se han encargado de cohabitar con nuestros jóvenes, con lágrimas incluidas, y toda la intransigencia aprendida a través de los años en los talleres de actuación, sus lágrimas no son creíbles.
A esta lucha se han querido sumar los periodistas “libres e independientes” de Globovision, de aquella televisión, y por supuesto, los renegados de siempre, aquellos que ya sólo les queda un espacio en la radio, una voz de disidencia indecente.
Las marchas, como todas las acciones emprendidas, han sido estructurales, sin la receptividad que ellos esperaron. En lo internacional, las respuestas no han sido lo programado. La vagancia intelectual de estos descendientes del ODIO es semejante a la disociación con que manejan su cotidianidad, hecho que los ha llevado nuevamente por el despeñadero sin retorno, cercano a la realidad que florece muy a pesar de ellos.
Estos seres humanos genéricos y homogéneos (oposición) han contribuido a disociar una buena parte de nuestra juventud, la que sin discurso ha irrumpido en los espacios mediáticos para, en el mejor de los casos, hacer del ridículo una forma de autocompasión.
Todos han sido testigo de la pobreza del discurso de estos jóvenes que se han proclamado defensores de la libertad de expresión y los derechos civiles, discursos sólo comparables con la brutalidad extrema del candidato azul, hecho que pone de manifiesto la incapacidad de aquellos que son contrarios al discurso de la Revolución, han utilizado de manera infame y desproporcionada a nuestra juventud, la han alimentado de ODIO y la reprimen en sus principios fundamentales, como lo es el derecho a pensar y a discernir. La han ahogado premeditadamente en la laguna de la miseria que remonta el alma de estos apátridas.
Han cercenado su autonomía de pensamiento y el don de critisismo espontáneo y natural como cualidad innata de nuestros jóvenes, subyugándolos de pasiones insanas para atormentar su capacidad de razonamiento, haciéndolos más moldeables y atemorizantes a los designios de los testaferros del Imperio.
Marchas esteriotipadas y programadas, muy comparables a la película Fresas de la Amargura. Estilos de protestas muy americanizadas, carentes de la volatilidad propia del estudiante latinoamericano, venezolano. Queda pues la tarea inmensa de recuperar a estos jóvenes que indecentemente han sido manipulados. Prueba de fuego para la Revolución Bolivariana.
Patria Socialismo o Muerte…
Venceremos
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chamosaurio@gmail.com
Nota: Es hora en la cual los periodistas deben de quitarse la CARETA y emprender su lucha política de manera abierta y partidista contraria al gobierno nacional, ya basta de hipocresía disfrazada de libertad de expresión y de periodismo independiente.