He leído con preocupación que la admisión a las universidades del Estado será decidida de ahora en adelante sobre la base de una prueba vocacional. Mi preocupación no se basa sólo en el hecho que el eugenista Fuenmayor, ex director de la OPSU y con muchas influencias en el gobierno esté detrás de esta propuesta. Lo más importante es que la sola consideración de esa propuesta demuestra una incoherencia entre las políticas y las acciones, y las teorías en que sustentas estas últimas. El Presidente Chávez ha dicho hasta el cansancio que se eliminarían las pruebas como único requisito para decidir la aceptación de un estudiante determinado en una carrera determinada. Los eugenistas se han resistido a llevar adelante esa política. Primero hicieron lobby y usaron tácticas dilatorias para tratar que el Presidente se retractara y aceptara como inevitable la aplicación de pruebas de aptitud. Ese objetivo lo lograron parcialmente y pudieron aplicar la PAA este año y le dieron más tiempo a las universidades del Estado para que continuaran con sus prácticas discriminatorias. Llegaron finalmente a un callejón sin salida, el nuevo Director de la OPSU no se daba por vencido, sin embargo decidió, asesorado por los eugenistas, lanzar una propuesta que responde a sus concepciones de la distribución de la inteligencia, la cual consideran innata, en la población y hacen uso del lenguaje con la intención de confundir a la población. Por ejemplo, en lugar de “prueba” hablan de “instrumento” y el lugar de discriminar basándose en la “aptitud” ahora usan la “vocación”.
El uso de la vocación para justificar la discriminación en la distribución de la riqueza y la injusticia en el acceso al empleo y al estudio no es nada nuevo. A comienzos del siglo XX, el psicólogo Hugo Münsterberg, designado jefe del laboratorio de psicología de la Universidad de Harvard en 1892, fue el propulsor de la vocación en los Estados Unidos. El título de uno de sus libros sobre esta materia, Psychology and Industrial Efficiency (Psicología y Eficiencia Industrial), es revelador de sus intenciones y de quién eran sus patronos. Münsterberg aplicó numerosas pruebas a secretaria, mecánicos, telefonistas, ect., basándose en información suministrada por los patronos sobre las habilidades necesarias para hacer esos trabajos. Su intención era diseñar pruebas para determinar si una persona encajaba o no en una determinada ocupación de manera tal que el patrono se beneficiara lo máximo posible de esa persona. Más recientemente se usa la voación para justificar situaciones de injusticia social. Por ejemplo, Turner y otros (2006) reportan que la situación de pobreza y de acceso a la educación y al empleo por parte de los indígenas estadounidenses se debe a un problema de vocación. Las estadísticas son impactantes, la tasa de desempleo entre los indígenas es 2 ó 3 veces mayor que la de los blancos caucásicos, estos son clasificados como pobres de 2 a 3 veces más que los blancos caucásicos, la taza de culminación de la educación secundaria entre los indígenas es 50% mientras que las de los blancos caucásicos es del 90% y la tasa de exclusión de la educación universitaria entre los indígenas es mucho mayor que la de cualquier otro grupo étnico. Para Turner y otros (2007) esta situación no se debe a condiciones estructurales del capitalismo, sin a la vocación de los indígenas. Por tanto, la solución no está en cambiar el sistema capitalista sino en la aplicación de unas pruebas de vocación para que los indígenas sean ubicados en las escuelas correctas y en los empleos adecuados para que puedan ser explotados eficientemente por sus amigos blancos caucásicos. Estos últimos tendrían vocación para gobernar y los indígenas para obedecer. Lo mismo piensan los eugenistas tropicales comandados por Fuenmayor.
No creo que el Socialismo del Siglo XXI llegue muy lejos cabalgando sobre teorías psicológicas y pedagógicas desarrolladas para satisfacer las demandas del capitalismo del Siglo XX. No creo que todos los psicólogos y pedagogos de nuestro país sólo manejen esas teorías y sean incapaces de superarlas y asumir otras más acordes con la construcción del socialismo. Revolución en educación no es sustituir una forma de discriminación por otra.
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