Los Rectores y demás integrantes de los Consejos Universitarios de la mayor parte de las universidades autónomas y experimentales de Venezuela, son contrarios al gobierno nacional, y han venido haciendo de dichas universidades, trincheras refractarias al cambio que experimenta la sociedad venezolana de nuestro tiempo y crisoles de la contrarrevolución, paradójicamente han venido fortaleciendo el poder hegemónico que ellos poseen con la anuencia o complicidad del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior. ¿Por que hacemos esta aseveración?. Veamos:
Las autoridades universitarias amañan los concursos de oposición para la previsión de cargos docentes y de investigación, ello lo hacen manipulando la conformación de los jurados para garantizar que ingresen aspirantes preseleccionados, mediante criterios clientelares, partidistas o nepóticos, un caso patético es lo que ocurre en el núcleo de la UPEL-MARACAY, donde el nepotísmo llegó al extremo de que para ingresar como personal docente, es condición sine qua non, tener relación filial con algún miembro de las autoridades institucionales, pero ocurre que los recursos financieros para la creación o reposición de dichos cargos, los pone el ejecutivo nacional a través del Ministerio de marras, es decir las autoridades universitarias contrarrevolucionarias asignan las que ocupan los cargos según sus propios y particulares intereses políticos conspirativos y el estado venezolano pone los reales, tremendo negocio para los opositores, para revertir tal situación le solicitamos al Ministro Luis Acuña, que condicione el aporte de los fondos públicos para los cargos a ser provistos por concursos de oposición o contratación de personal docente y de investigación, a la ejecución de procedimientos transparentes y de carácter estrictamente académicos y profesionales, como vía de garantizar el ingreso de profesionales universitarios de calidad y de compromiso con la academia y con una Universidad al servicio de la sociedad venezolana en cuanto a su desarrollo científico técnico y humanístico.
Lo contrario señor ministro, sería contribuir con una Universidad al servicio de la conspiración, sin pertinencia socio-educativa y desfasada de los cambios sociales que experimenta Venezuela en el marco de la revolución bolivariana.
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