A pesar de tantas burlas a las leyes nacionales, sus sugerencias
sociales, su prolífera y acertada pedagogía hacia las masas más humildes
se verían reforzadas si hace un uso más a menudo y extenso de su atribución
19, Art. 236 de la Constitución vigente.
Estamos hablando de que de la misma manera que usted está facultado con
máximo nivel jurídico y sin casación alguna para conceder indultos a
sentenciados firmemente condenados por los Tribunales correspondientes, y
hasta para amnistiar criminales y malos ciudadanos, como fueron muchos de
los saboteadores petroleros que toda Venezuela conoce, asimismo usted está
implícitamente facultado para acciones de menor jurisdicción administrativa.
El caso es que en Venezuela existe un Fondo de Jubilaciones. Este
organismo ha incurrido impune y sostenidamente en hechos ilícitos contra
los afiliados de las Universidades Públicas.
Efectivamente, al personal jubilado de esas casas de estudio se le ha
venido reteniendo forzosamente la misma cuota dineraria de jubilación que
religiosamente le descontaron de su sueldo durante sus años como
funcionario activo.
Como si ya las retenciones de sus prestaciones y fideicomisos por parte de
las autoridades universitarias, según versión del Ministro Acuña (Programa
"Despertó Venezuela, días pasados recientes) no fueran de peso suficiente
para apersonarnos de dicho personal, no conformes con esa mala praxis
académica las pensiones de jubilación se vienen amputando cada quincena sin
que haya instancia jurídica alguna a quien acudir en una sociedad
salvajemente capitalizada y aburguesada.
Acudimos a usted para que de alguna manera haga valer sus facultades
constitucionales y termine la labor que dejó inconclusa el ex Ministro
Samuel Moncada cuando destapó la pestífera olla de unas autoridades
académicas que han saqueado al Fisco nacional durante más de 40 años y lo
siguen haciendo bajo la férula de una supuesta Autonomía Universitaria buena
para todo menos para enriquecer endógenamente el acervo tecnocientífico ni
la moral de nuestros ciudadanos. Sin más, por ahora, reciba usted un cordial
saludo de quien ha sabido compartir sus aciertos y explicar sus yerros.
marmac@cantv.net