¡Qué tal, camarada! Reiteramos nuestro compromiso con el hermoso proceso revolucionario de cambios que transitamos, que construimos, que amamos.
Realmente las manifestaciones callejeras, más que en una tremenda ladilla se han convertido en una actividad tan molesta para las colectividades que hay que echarle un parao total.
Ni hablar de las guarimbas, etc.
En ningún caso se debe pensar en que pretendo conculcar parcialmente una forma de libertad de expresión consagrada en la Constitución. No, lo que voy a proponer es ordenarlas.
Fíjate, camarada, todas las manifestaciones de la oposición, producto de la mediática acción terrorista, se van transformando en angustias. La principal de ellas es pensar cómo desembocará una marcha ya que sabemos que sus fines son estrictamente políticos y en especial para salir de Chávez. Que no haya heridos, mucho menos un muerto, que es lo que busca el “liderazgo” opositor.
¡Más nada! Ninguna reivindicación, claro, las reivindicaciones las va proporcionando el Gobierno nacional en la medida en que las analiza. Ello conforma una esperanza cierta en todos los órdenes.
La segunda, tan compleja como la anterior, tiene que ver con la cotidiana tranquilidad ciudadana. Que no es más, o menos, que la alteración del libre tránsito peatonal y vehicular que incluye la complejidad en la tramitación de documentos y diligencias de variado género, el abominable incremento de los ya enormes e insoportables congestionamientos de tráfico, las colas, pues.
Así como la libertad de funcionar los comercios, con las pérdidas que acarrea, que pareciese no les importa como parte de la masa antichavista, así como las que acarreó el Paro, el inacabado paro.
Nota: la mayoría de los comerciantes –con sus excepciones- son antichavistas ya que ellos dicen que el gobierno no les ha dado nada, que han invertido su propio dinero, que se han “sacrificado –no mencionan la explotación de sus trabajadores- y, por el contrario, dicen estar azotados por el Seniat, acostumbraditos a evadir impuestos.
Esas manifestaciones desenfrenadas también alteran a la economía informal, a quienes sí les duelen las interrupciones ya que, entre otras cosas, no tienen dólares fuera del País que les permitiría tolerar la “paradera”, como a los “escualicomerciantes”.
Perjudican a los estudiantes de todos los niveles y perjudican a los representantes (miedo, y fastidio por las colas para buscar a sus muchach@s). Los transportistas para movilizar sus cargas, la entrega de encomiendas, etc. En fin, nadie puede transitar libremente.
Repito: ¡conforman una enorme ladillez!
En la zona norte metropolitana de Anzoátegui (conurbación Barcelona, Lechería, Pto. La Cruz, Guanta) cada vez que un grupito de estudiantes de la UDO (a veces no más de diez) decide alterar el orden, se encapuchan con franelas y, sin importarles sus compañeros que están en clases, que quieren estudiar y movilizarse, sacan unos pupitres (que son de todos) y los tiran en la avenida (que por falla de diseño la ubicaron pasando por frente a una universidad) y los encandelan junto a los cauchos que producen humo.
Y como estas ciudades se quedaron en el aparato en cuanto a la solución vial, se forma la “gran tranca metropolitana” Horas de estancamiento, horas hombre perdidas, recalentamiento de carros de gente humilde, autobuses y busetas con personas, niñ@s y ancian@s, que van apretados con el calorón de acá y peor en estas fechas.
Limitación total para el traslado de enfermos; más complejo con los que van en emergencias, sirena y luces. Rogando con que no ocurra una tragedia y la necesidad de acudir a unos bomberos que no llegarían nunca. Por esto me disculpan: ¡La cagada total!
Las propuestas para estos casos de manifestaciones, salvo las de movimientos para las elecciones, con sus tarimas, por los canales y características tradicionales, y que apreciaría fuesen discutidas, se basan, estimo, en seleccionar una ruta, tal vez dos, que se emplearía exclusivamente para tales fines.
Nada de estar pidiendo “desde aquí hasta aquí, pasando por aquí…” Nada. La ruta será siempre la misma. Y al final, el permiso para que una delegación, precisada en su conformación y cantidad, para el pantalleo de entregar un documento, en el organismo correspondiente.
Eso sí, preferiblemente en horarios que alteren lo menos posible la ya activa agitación cotidiana.
Me atrevería a proponer que en Caracas fuese los domingos y la ruta por la avenida Cota Mil, o sea la ave. Boyacá, cerrada ese día por inalterable tradición y que los funcionarios correspondientes se dispongan a ser recibir a la comisión designada.
En el caso de la UDO, y de otras universidades, como acostumbran a secuestrar vehículos, preferiblemente de carga que asaltan y a veces queman, y aún cuando es un acto delictivo de agresión y contra la privacidad y la libre empresa, las policías, ni la GN, no pueden entrar, provocaría darles una sorpresa con un moderno Caballo de Troya, o sea un camión que simule cualquier cosa. Puede ser que lleve una propaganda como “Computadoras PC- PM”, y ponérselos papita para que lo secuestren.
Ah, la sorpresa es que junto con unas computadoras (para darle legalidad) habría un contingente de PM. De la metropolitana de cualquier estado, que actuarían sin haber entrado ellos mismos. Es un chiste, por supuesto. Una sonrisita, por favor.
Creo que hay que hacer, ya, un gran debate sobre la Autonomía Universitaria. Empresas financiadas por el Gobierno, que funcionan como unos vaticanitos.
Si se les deja el carácter de manejar su presupuesto, presentarlo antes del ejercicio para su aprobación. Primero por comisiones plurales de profesores, estudiantes y trabajadores, y luego por las oficinas presupuestarias del Estado.
Y una contraloría permanente, interna, de la Nación y la contraloría social-estudiantil (conformación equilibrada)
Igualmente con el equilibrio en la metodología eleccionaria y controlada por el CNE
En cualquier caso, se debe permitir la presencia de vigilancia policial. Un cuerpo formado y evaluado para tratar con estudiantes, que además de contribuir a reducir los robos y atracos que permanentemente azotan a los miembros de las comunidades universitarias e instalaciones –personas ajena a la universidad- controle las loqueras estudiantiles.
Si quien manifestar, soliciten su permiso.
Es más si quieren, porque disfrutan quemando cauchos, les buscamos un espacio abierto, con transporte para cauchos y todo eso, facilidades para que las televisoras los filmen y les hagan un reportaje cada vez. Y los regresen.
Inclusive, respetándoles sus actos de cobardía, pueden ir encapuchados.
Pudiésemos generar un gran muro de la protesta para dar rienda suelta a las expresiones de todos: ¡Fuera Chávez!, ¡Abajo Cecilia García Arocha y su combo! ¡No queremos a Diosdado! ¡Cállate Ledezma, vete ya! Que incluiría costumbre de televisarlo y repintado cada quince días para nuevos mensajes de descarga emocional.
Pero con mis paredes y mis muros de las ciudades no se metan.
Ni con mi tranquilidad en el libre tránsito.
¡Patria –con amor-, Socialismo –con el alma- o Muerte -por la vida!
Y si actuamos con honestidad y los funcionarios también con eficiencia… seguiremos ¡venciendo!