; &nb sp; & nbsp;   ; &nb sp; & nbsp; Orlando Albornoz, 1991
Los sabios, ilustrados y muy cultos miembros de la oposición en consenso con esa exquisita, culta y sabia clase media que odia con ganas todo lo que esté asociado con barrios; la henos visto irse de frente contra el carácter laico del Estado y de la educación. Es una especie de fin de mundo real y hasta rectores de destacadas universidades nacionales con sus respectivos títulos de Doctores y post-Doctorado es “empataron” en el proyecto de quitarle el carácter laico al Estado Venezolano.
El sociólogo Orlando Albornoz, que también es Doctor y ha sido profesor investigador de la Universidad de Berkeley, Harvard y Oxford, ofrece en su libro “Reforma del Estado y Educación” cuya publicación se realizó en 1991, la siguiente idea.
“La revolución burguesa de finales del siglo XVIII, proclamó tres principios básicas en materia educativa: Laica, obligatoria y gratuita. Son principios históricos que simbolizan la rebelión contra los privilegios antiguos, del clero y de la nobleza. En lo que pudiéramos llamar la revolución pragmática, de la Venezuela de 1986, observamos un proceso de privatización de la educación que lleva a nuevos privilegios (….) Es decir, que nuestra educación es cada vez menos laica, menos obligatoria y menos gratuita. En otras palabras, se impone un proceso de privatización que vulnera los derechos y deberes constitucionales (…) El proyecto democrático popular queda desvanecido y los nuevos privilegios se alzan como barreras que no son tarifarias, como socales, componentes de una concepción ideológica definida en términos que aluden a la injusticia social” (subrayado nuestro)
¿Cómo es eso que tanta sabiduría no les de para entender que el “Estado laico” y una “educación laica” son parte de la propuestas iniciales mas elementales y simples del capitalismo? ¿Cómo es que un Estado laico y una educación laica es una propuesta comunista que intenta sacar a Dios de las escuelas? Para los que tenemos la idea de concebir la LOE como una ley revolucionaria, preguntémonos: ¿Esta Ley es efectivamente un instrumento revolucionario y propio del socialismo del siglo XXI? ¿Estamos o no estamos haciendo corresponder la educación con una idea decimonónica, hecha tradición en todas las legislaciones del mundo?
Hay dinámicas a lo interno de la sociedad venezolana generadoras de privilegios y desigualdades que la LOE no abordó. Si no se “quiebran” esas dinámicas; los milagros no aparecerán y la sociedad no se transformará en una sociedad con mayor nivel igualdad, equidad y justicia. El esquema de financiamiento de la educación que es un aspecto generador de privilegios y desigualdades no fue efectivamente muy bien trabajado en la LOE.
No basta decir en una norma o en un proyecto particular, que hay interés por disminuir las diferencias, inequidades e injusticias sociales. Es importante también acompañar esa norma con otras que hagan posible construir las rutas para llegar al objetivo y en ese aspecto; la LOE no avanzó en nada. La norma que se planteo para lo del financiamiento es muy genérica y no abre camino para “quebrar” una dinámica de financiamiento que ofrece más oportunidades a los que han acumulado mayores privilegios.
Veamos que decía y sugería Orlando Albornoz en 1991 sobre el tema de financiamiento a la educación.
“Tenemos una pirámide presupuestaria escolar-educativa absolutamente inversa, si los propósitos de nuestra sociedad son los del desarrollo de una sociedad moderna. En efecto, no solamente invertimos demasiado en educación-escuela, sino que lo hacemos de manera tal que la escuela superior recibe una proporción mayor que la escuela básica, hecho que determinará una pirámide escolar deforme”. (Subrayado nuestro)
No estoy muy convencido que la LOE sea efectivamente un instrumento revolucionario. Es evidente que la ley ofrece al Estado un mayor margen de operatividad pero eso no parece ser suficiente. Los temas que los sabios de la oposición han transformados en puntos conflictivos (educación laica, Estado docente, Fines de la educación y otros tantos) son “viejas banderas” del capitalismo que estos ilustrados nuestros (tan exquisitos) cuestionan por ser sabios muy ignorantes o porque simplemente su función es oponerse a todo. Desde la perspectiva mediática, la LOE-2009 aparece como el lobo con la capa de caperucita, pero calificarla como una ley socialista-comunista no es una calificación justa y tampoco lo es, colocarle de este lado el calificativo de ley revolucionaria.