El artículo siete de la recién promulgada Ley Orgánica de Educación refiere de manera expresa el carácter Laico de la educación, lo cual quiere decir que nuestra educación es totalmente independiente de cualquier corriente religiosa y deja en manos de la familia la formación espiritual de sus miembros, lo cual refuerza la patria potestad de los padres, hecho que se fundamenta en la constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela donde se declara la libertad absoluta de culto.
Tomando en cuenta algunas referencias, el Estado Laico, es aquel donde los puntos de vista de la iglesia, cualquiera que esta sea, no se ponen delante de la formulación de leyes ni en la formulación de las políticas que un estado soberano tenga a bien determinar para la consolidación de una nación democrática, por el contrario el estado clerical corresponde al pasado oprobioso de los pueblos condenados al sometimiento y al miedo a la liberación; razón tuvo Carlos Marx cuando en su momento y contexto histórico refirió que la religión es el opio de los pueblos.
El principio Laico, plantea la separación entre el Estado y la Iglesia siendo concebido en el Concilio Vaticano II, dejando atrás 17 siglos de sumisión ante el otrora poder eclesiástico; Un Estado Laico, como el definido en nuestra constitución trata a todos los ciudadanos por igual tanto a creyentes de cualquier religión como a los no creyentes, afirmando además que un Estado laico no significa un Estado Ateo.
Para quienes se oponen al laicismo de la educación, se les recuerda que este es un principio que forma parte del pensamiento liberal burgués siendo el mismo indisociable de la democracia, y tomando expresiones del filosofo Fernando Savater “en la sociedad laica tienen acogida las creencias religiosas en cuanto derecho de quienes las asuman, pero no como deber que pueda imponerse a nadie…no convertir los dogmas en obligaciones sociales para otros….”
De tal manera que debe quedar claro que cuando se utiliza el término educación laica se asume que la enseñanza oficial y privada mantiene la independencia de la misma respecto a cualquier religión.
Para lo incautos y quienes son engañados en su buena fe, les confieso que DIOS no saldrá de las escuelas, pues el creador y gran planificador del universo posee el don de la ubicuidad, y seguirá allí alimentando la fe en nuestros corazones para seguir formando el hombre nuevo.
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