Se trata de la agradable noticia que nos hace llegar el Decano de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis de la Universidad de Los andes, Prof. José Rafael Luna. En efecto, recientemente el Consejo de Facultad de Farmacia y Bioanálsis decidió incorporar en su seno un miembro de la comunidad universitaria representante de los ATO, es decir, del personal administrativo, técnico y obrero.
Este hecho marca un hito en la historia de las universidades autónomas venezolanas, sobre todo porque reafirma los cambios que en tiempos de mayor justicia social se vienen desarrollando en el país. No había existido, por los menos en los tiempos recientes, una facultad en todo el país donde se le diera cabida a un obrero o a un empleado para que participara en una instancia de cogobierno universitario como esta. Por demás marginados, obreros y empleados no imaginaban algunas décadas atrás, que los cambios profundos que se vienen suscitando en el país podía ponerlos en circunstancias de poder político tan positivas como estas.
La composición actual de un Consejo de Facultad de una universidad autónoma, incluye a profesores de escalafón, algunos estudiantes y egresados. No aparece dentro de esta estructura, la presencia de un obrero o un empleado, cuestión por demás aberrante. Este sector marginado de la comunidad universitaria, siente y padece de los mismos problemas del resto de la comunidad. Obreros y empleados tienen los mismos sentimientos de afecto y pertenencia por su universidad, como los tienen estudiantes y profesores. Su presencia dentro del sistema universitario es vital, esencial, para lograr el óptimo funcionamiento de la educación universitaria. En consecuencia, como miembros indispensables de la comunidad universitaria que son, tienen perfecta cabida en las instancias de poder del sistema.
Este primer paso, que se dio en una facultad de la gloriosa Universidad de Los Andes, es uno de los tantos por venir que dignificaran a este importante sector de los trabajadores universitarios. No sólo a los trabajadores de la ULA, y de ahí su relevancia, sino a todos los trabajadores el sistema universitario nacional. Viene, eso sí, una gran lucha por mantener y fomentar en las restantes facultades de la ULA, y porque no, en todas las facultades de las casas de estudios universitarios del país, la presencia de un representante de los obreros y empleados. Claro, por ahora. La nueva Ley de Educación Universitaria, tal vez cambie positivamente esta correlación y se logre una incorporación más significativa de obreros y empleados en los organismos de cogobierno.
Indiscutiblemente que tal participación no debe ser sólo realidad en los consejos de facultades, también en los consejos de escuelas, pero más aun, en los consejos universitarios; tal como lo hemos venido solicitando, formalmente, desde inicio de año en el Consejo Universitario de la ULA. Tal vez pronto también el Consejo Universitario de la ULA marque la pauta a nivel nacional, permitiendo en su seno la presencia de representantes de los obreros y empleados. Gran anhelo de los trabajadores.
Sólo resta invitar a todos los obreros y empleados del país a nuclear esfuerzos para que en el futuro cercano puedan ocupar en cada Consejo de Escuela, Consejo de Facultad y Consejo Universitario un puesto bien merecido, que no sólo les dignifique su trabajo, sino que también les permita participar en las discusiones y tomas de decisiones que coadyuven a reorientar las políticas del sector universitario y ajustarlas a la realidad actual, de profunda transformación, que se vive en el país.
Felicitaciones Decano Luna, por coadyuvar con este pequeño, pero significativo, paso que ha dado la clase obrera universitaria venezolana. ¿Qué otro decano en el país está dispuesto a asumir el mismo reto en su facultad?.
*Prof. Titular ULA, Delegado MPPEU
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