En Venezuela estamos construyendo la nueva sociedad, bajo una responsabilidad social donde el sector empresarial debe aumentar su credibilidad y alcanzar una verdadera estimación del pueblo por su preocupación en reducir la taza de desempleo. El bolivarianismo esta proyectando la empresa socialista para enfrentar los monopolios comerciales y el desempleo. De allí que el discurso político conlleva el desarrollo integral del sujeto y los abastos populares para excursionar en el campo de una economía integral y de estudio para formar a los nuevos ciudadanos con conciencia política.
Las iniciativas laborales deben generar inquietud y promover una mejor calidad de alimentos que determine un precio justo en el registro comercial del consumidor que acude a las áreas públicas y privadas para la condición social del trabajador en todas sus instancias.
Se debe luchar contra el latifundio, cuando se constituye en un acto egoísta y que no flexibiliza el desarrollo gradual del campo y, donde los créditos otorgados constituyen la progresión de un proceso que impacta tanto al sector campesino como ganadero. Es importante mantener una perspectiva fija de inversión para estabilizar los costos de producción.
Nuestro gran problema lo constituye el precio internacional de comestibles que se incrementa por la globalización y una creciente demanda de soya, maíz, trigo y lácteos. Por esto, deben ajustarse las barreras y asumir una decisión económica consona que opere en una fluctuación ajustada que incentive el precio de los productos de una manera moderada y acorde con la legislación pertinente.
El Capitalismo como modelo económico esta reflejando un gran fracaso y los esquemas no reflejan una realidad que ponga en claro la voluntad de cada comunidad y las cooperativas han sacado su ponzoña para herir un sentimiento colectivo. Hay que demostrar responsabilidad laboral y ser competitivos para desarrollar una verdadera estimación de los valores de una mayoría de nuestra población.
La mediana industria necesita apoyo, pero, con gente emergente que sepa capitalizar un nuevo orden económico y garanticen la producción, nada de flojos o perezosos. Es un plan de asistencia para desarrollar un plan de trabajo que sin escollos hará emerger la nueva patria que, en el fondo tendrá un verdadero matiz socialista.
Hay que hacer un giro en la empresa privada y llevarla a una concepción socialista sin un despojo directo de sus bienes, indudablemente la necesidad de un fortalecimiento es necesaria, pero, el Estado debe supervisar los niveles de cargas financieras y plusvalía. Las ganancias de los proveedores y comerciantes no deben excederse de un veinte por ciento de ganancias netas y una manera de controlar la especulación sería enfrentar las roscas y mafias que conviven en las mismas bases internas del financiamiento público.
Necesitas una economía de impacto para moverla y avanzar hacia un punto de vista deseado, que, en cualquier momento nos lleve a la reconstrucción del país para lograr niveles básicos en la producción nacional y evitar las arbitriaredades que denotan la burocratización y el despilfarro de los recursos básicos que denotan una importación a mansalva de productos que promueven el consumo.
Se necesita gerentes para una gestión. Preparar un personal netamente socialista y afín con el Proyecto Simón Bolívar para motivar la concepción de una nueva patria.
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