Vamos con el petróleo. En lo interno, debe revisarse el subsistema organizacional petrolero llevado a cabo desde PDVSA. Las negociaciones, acuerdos, alianzas y estrategias desarrolladas nunca antes vistas por país alguno en torno a un recurso tan importante.
Si tomamos en cuenta los nuevos acuerdos a partir de la diplomacia venezolana del crudo, desde el desarrollo del proyecto Magna Reserva, encargado de descubrir nuevas reservas de crudo. Los acuerdos energéticos de integración: Petroamérica, Petrocaribe, Petroandina, Gran Gasoducto del Sur y Gasoducto Antonio Ricaurte dan cuenta de la petrodiplomacia venezolana.
En el papel desarrollado por la Cancillería Venezolana debe ser más preponderante en la definición y formulación de políticas exteriores en el tema energético petrolero. Debe crearse una Dirección Petrolera en la Cancillería y su incorporación a una suerte de Consejo Nacional Energético. Esta reorganización debe permitir el impulso de una política exterior que sea real expresión de los intereses internos y que implique la coordinación entre los diversos organismos con competencia plena en el área.
Reunir a destacados y nuevos expertos en el área y desde allí dirigir las negociaciones y estrategias por bloques regionales con las diversas alianzas entre los países convocados al resurgimiento petrolero.
Se debe difundir verdaderamente el tema energético, crearse medios de difusión que den a conocer las fortalezas de la región desde el planteamiento venezolano también con una televisora nacional con carácter regional y de integración en los principales proyectos esparcidos por la región a partir de los grandes acuerdos subregionales.
