Mientras el gobierno venezolano analiza con sus expertos la posibilidad de decretar un aumento en el precio de la gasolina y del diesel para el transporte terrestre en nuestro país, los contrabandistas y pimpineros de Colombia se frotan las manos y hacen sus cálculos de las nuevas ganancias que obtendrán por su negocio en la frontera.
El debate de incrementar los precios del combustible han sido un tema de vieja data en Venezuela y los estudios realizados, encuestas, análisis y estadísticas que se han pagado por parte del Ministerio del Poder Popular del Petróleo y Minería y de Pdvsa, son cifras respetables que muy bien pudieran haber tenido otro destino.
Si un combustible ha demostrado que es inflamable en el campo político y social en Venezuela han sido la gasolina y el gasoil porque a la hora de aplicarse nuevas tarifas, su efecto ha sido históricamente el de crear turbulencia y manifestaciones populares en la población.
En los actuales momentos el gobierno del Presidente Nicolás Maduro se pasea por esta posibilidad, justamente cuando las condiciones económicas del país se muestran impactadas por la guerra económica y la baja de los precios del barril petrolero.
Esta situación se refleja directamente en la economía y el bolsillo de los venezolanos, unido a una alta inflación inducida y a una escasez in creciendo de productos alimenticios y de primera necesidad.
Paralelamente a esta situación, la cual ha estado presente en la sociedad venezolana desde los gobiernos de la cuarta y de la quinta, incluso con el Comandante Chávez, el subsidio al precio de la gasolina se había justificado como una retribución.
Es decir como un aporte que el Estado ha brindado a los venezolanos gracias a su estable y rebosante política del mercado petrolero, situación que cambió radicalmente en los últimos años debido al alza y a la nueva cotización de los precios del barril.
El dilema de aumentar o no la gasolina ha sido una papa caliente que se pasaban del uno al otro los gobiernos adeco-copeyanos, corriendo la arruga y el cual heredó el gobierno bolivariano desde la llegada al poder del Comandante Chávez en 1998, quien tampoco se pronunció por aumentar el precio de la gasolina; uno de los detonantes del 27 de febrero de 1989.
En relación al tema se ha asomado en los últimos meses una campaña publicitaria, en la cual se han quemado los sesos unos eruditos publicistas, al recoger lo que es voz populi entre la gente, al comparar los precios de nuestros combustible con el mercado internacional.
No obstante aunque la ecuación pareciera de fácil solución, siempre la dedición encuentra en el momento cumbre de tomarse una situación que le hace dar vuelta atrás, por la presión del entorno y las variables que le brindan su perfil definitivo.
Actualmente, cuando está a punto de tomarse la medida del aumento de la gasolina, sería bueno analizar la actual producción en las refinerías del país y precisar el costo de refinación de Amuay, El Palito y Puerto La Cruz.
Igualmente también se debe precisar oficialmente, por parte de Pdvsa Refinación, la garantía de un suministro permanente de combustible ante una medida de aumento de los precios por parte del Gobierno Revolucionario.
Por ejemplo, algunas versiones periodísticas revelan casos reiterados de fallas que son de interés estratégico fundamental:
"Una falla eléctrica detuvo el miércoles las operaciones de las mayores refinerías de Venezuela, Amuay y Cardón, dijeron a Reuters trabajadores de las unidades y un líder sindical.
Las refinerías son parte del Centro de Refinación de Paraguaná (CRP), el más grande del país, que a principios de enero estaba trabajando a la mitad de su capacidad instalada de 955.000 barriles por día (bpd) de crudo, según el líder sindical.
"Hubo un blackout (apagón) de nuevo por problemas con la planta de electricidad que está en la refinería Cardón", dijo el líder sindical Iván Freites, refiriéndose a la refinería de 310.000 bpd.
Una portavoz de Petróleos de Venezuela (PDVSA) dijo que la estatal enviaría un comunicado sobre lo ocurrido.
"Las dos refinerías se paralizan, aún no sabemos exactamente cuál es la falla", agregó el sindicalista crítico de PDVSA, explicando que el corte eléctrico se produjo la mañana del miércoles.
Los trabajadores dijeron que el personal de las unidades tenía "las plantas controladas" y se seguían los protocolos para asegurar las instalaciones.
En octubre, otro apagón en Cardón dejó sin suministro eléctrico a su vecina Amuay de 645.000 bpd.
Venezuela, que cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo, suele atribuir los apagones a sabotajes y hace hincapié en que está trabajando para modernizar sus refinerías.
El circuito venezolano de refinación y mejoramiento de crudo sufre constantes incidentes y paradas no programadas". (http://informe21.com/economia/falla-electrica-paraliza-las-refinerias-de-amuay-y-de-cardon)
Adicional al incremento que debería tener una estructura de costos y una infraestructura de control de precios en el mercado interno (Comercio y Suministro de Pdvsa) surge el desaguadero de gasolina que se va por la frontera de Colombia (no sólo por vía terrestre, sino por ríos y también en alta mar)
En el vecino país donde el gobierno colombiano ha legalizado a las cooperativas de pimpineros y operan también mafias organizadas con tráfico a gran escala de gasolina y gasoil (gandolas y buques tanqueros de medio calado) ya presionan para los nuevos precios (actualmente venden el litro entre 35 y 50 bolívares, estos los convierten en dólares que después venden a precio de mercado negro en Venezuela- negocio redondo).
A pesar del cierre de frontera decretado por el Presidente Maduro los medios colombianos revelan que el contrabando de combustible se mantiene, aunque ellos se empeñen de hablar de que es "legal":
"La comercialización de combustible legal en Norte de Santander alcanzó los 12 millones de galones en noviembre y diciembre del año pasado, pero en enero de 2016 la cifra empezó a caer y al final se espera estar en un promedio de 10 millones de galones (5 litros c/u).
La razón es sencilla: el contrabando. Mario Arévalo, presidente de la Cooperativa Multiactiva de Pimpineros de Norte de Santander (Coomulpinort)- que junto a Terpel son los mayoristas del sector en el departamento- explicó que desde hace unas semanas se detectó el ingreso de combustible venezolano por Puerto Santander y Guaramito".( http://www.laopinion.com.co/economia/contrabando-de-combustible-continua-desde-venezuela-106086)
"Por su parte, el vocero de la cooperativa aseguró que están trabajando en conseguir la financiación para la construcción de una planta de almacenamiento, que tendría una capacidad de un millón 200 mil barriles de combustible y costaría $16.000 millones"
El negocio no para y desde ya se hacen los cálculos para aumentar los depósitos de combustible con el apoyo del Gobierno de Juan Manuel Santos en Colombia ¿de dónde vendría ese combustible?
La papa caliente sigue en manos del Presidente Nicolás Maduro. Aunque se hagan cuñas infantiles y se cobre un dineral por ellas, lo que el mismo pueblo venezolano reconoce como un precio regalado de la gasolina venezolana, ignora que el destino final de un incremento pareciera estar calculado y sólo estaríamos arrimando dólares a la mafia colombiana del combustible y a quienes destrozan nuestro país con la guerra económica de dólar today. ¡Amanecerá y veremos!