Estimamos, que los recientes cambios ministeriales realizados por el camarada Presidente Maduro se orientan en el camino de la rectificación necesaria, aunque se quedó corto. A la luz de las grandes conclusiones extraídas de sus análisis de la situación española, que se tradujo en una guerra civil y el surgimiento del franquismo, el revolucionario Trotsky concluía que: “el exceso de prudencia es la más funesta de las imprudencias”.
Si bien, la salida de Pérez Abad, envía un mensaje contundente al pueblo chavista que el camino de las políticas neoliberales tipo Macri-FMI, no son la vía correcta para reparar los graves daños causados a nuestra sociedad por la guerra no convencional, encauzada por el imperialismo, contra nuestra pueblo, en procura de su levantamiento contra su Gobierno y los grandes logros de la Revolución Bolivariana; pues sencillamente, al camarada Abad, le ocurrió como el cuento aquel del escorpión y la rana, que por más que le prometió el escorpión a la generosa rana no envenenar su cuerpo con su picada, a mitad de camino en pleno rio lo hizo y, pidiéndole disculpas se limitó a decirle: “No puedo evitarlo, es mi naturaleza”.
Siendo Pérez Abad, un camarada proveniente de la clase de la burguesía, era como inevitable que se arrojara en los brazos del Dios mercado, “es su naturaleza”, mientras nosotros como pueblo, padecíamos ese intragable shock contenido en su política de precios y ganancias, muy poco diferenciado del que hoy vive el pueblo Argentino desde la llegada de Mauricio Macri y el FMI. Y con Abad, el Dios mercado poco a poco fue ganando adeptos en filas del gabinete del camarada Maduro. La picada y su veneno, fue abarcando poco a poco el cuerpo ministerial que creyó llegada la hora, para revertir las políticas de Bienestar y Buen Vivir del pueblo venezolano que caracterizaron la gestión de nuestro Comandante Hugo Chávez Frías, poco faltó que en filas nuestras, comenzaran a secundar el sátrapa de la Asamblea Nacional, y las fotos y retratos de nuestro Comandante Chávez, comenzaran a salir por los aires de las oficinas ministeriales.
Lo que sí estamos claros, es que este primer mensaje enviado por el camarada Maduro a su equipo ministerial caló hondo, vistas las reciente declaraciones del presidente de PDVA, Eulogio Delpino, quien este jueves 4, en visita realizada a las instalaciones de la Industria China-Venezolana de Taladros (ICVT), ubicada en el Estado Anzoátegui, dio un viraje de 180 grados y manifestó de manera contundente (según la nota periodística): “nunca se va a devolver nada que hayamos logrado para beneficio de nuestro pueblo. Aquí no hay marcha atrás, ténganlo muy claro. Una cosa es invitar al sector empresarial que nos acompañe en los motores productivos a instalar sus fábricas aquí, y otra cosa es decir que vamos a entregar estas operaciones y riquezas que son de las venezolanas y los venezolanos”.
Desde este jueves que aparecieron esas declaraciones, leemos y releemos sus palabras, y nos preguntamos: ¿Serán verdad?, ¿Serán mentiras? Y concluimos: “Por más que te tongonees, Delpino, ya te vimos el bojote…” ¡Fuera de PDVSA!