Veamos lo que dice el historiador Dr. Juan Bautista Fuenmayor en su tomo III de su HISTORIA DE LA VENEZUELA POLÍTICA CONTEMPORANEA 1899 – 1969.
"En 1941 se hablaba, para entonces, de la existencia de un complot reaccionario gomecista contra el Presidente López Contreras que tenía por objeto principalmente, asegurar el triunfo del candidato profascista en las elecciones de 1941. Eran las aspiraciones de la quinta columna italo-germana y falangista española en Venezuela.
Venezuela atravesaba una situación deficitaria en productos de la agricultura. El café, y el cacao se mantenían a un nivel muy bajo de producción. La producción de artículos de consumo humano, que Venezuela importaba en grandes cantidades, no había mejorado en lo más mínimo. En la producción de arroz, por ejemplo después de muchos esfuerzos del gobierno, se logró un aumento de modo que de 15 millones de kilos que se importaba, se llegó, después de tres años de estímulos, a bajar a sólo 10 millones.
En la industria no se apreciaba mejoría alguna. El capitalismo venezolano tenía mucho del sistema de la simple economía mercantil. Los tenedores de dinero no buscaban la inversión industrial, sino el préstamo usurario, que produce mejores ganancias."
En esa época se creó el Banco Central de Venezuela con el objeto de quitarle a los banqueros una de las más fuertes palancas que estos tenían para imponer al gobierno una política que solo los favorecía a ellos.
Continuemos con lo que dice Juan Bautista Fuenmayor en su libro aquí citado:
"Como cuestión negativa, se constató el estado ruinoso del campesinado venezolano".
Cuando el golpe militar que tumba el gobierno a Rómulo Gallegos en 1948, la situación económica era muy parecida a la del año 1941. Faltaban muchos alimentos, la carne se tuvo que importar, venía congelada en bloques de 5 kilos de Argentina.
Ahora hare una comparación de ciertos elementos de la economía del año 41, pasando por la IV República hasta llegar a la que existe hoy en día: El transporte público durante esos años era sumamente deficiente, en los años de mi juventud, durante la post Guerra Mundial, existió un transporte público de autobuses que iban a ciudades del interior desde Caracas, llamado ARC, siglas si no mal recuerdo significaban Aragua y Carabobo, la gente se quejaba de la amortiguación de dichos buses y decían que sus siglas ARC significaban: "Aguante, Resista y Calle". Si fue en Caracas un poco antes del derrocamiento del gobierno de Rómulo Gallegos se llegaron a usar camiones que le colocaban en el centro de los mismos, bancos de madera para que se sentaran las personas, pero como eran camiones de cargas alguno de ellos que transportaban muchachos estudiantes a El Paraíso en Caracas, en las curvas se volcaban. El transporte público mejoró durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez y durante el gobierno del Dr. Luis Herrera Campin que inauguró Metro, pero el que existe a partir del gobierno del comandante presidente Hugo Chávez es incomparable con ese sistema, todas las ciudades importante de la República Bolivariana de Venezuela cuentan con magníficos autobuses, que muchas veces son el pasto del incendios de personas violentas de la oposición. Y en cuanto al sistema del Metro en Caracas hay 4 líneas del Metro, 3 adicionales a la que construyó el presidente Luis Herrera Campin.
Comparadas parte de nuestra historia reciente con la del 41, como dicen en las películas de la M.G.M. : "Cualquier parecido con la de éstos tres últimos años hasta el año 2016, es mera casualidad." Sufría de los mismos defectos aquí señalados. Sin embargo, hoy el presidente Nicolás Maduro y su gabinete han transformado nuestra agricultura para producir en el país alimentos que veníamos importando.
La actual guerra económica aún no la ha ganado el gobierno bolivariano, chavista y socialista. Falta mucho por hacer y hasta no ver todos los anaqueles de los automercados llenos de alimentos, sin colas para comprar y a precios accesibles, esta guerra económica se está perdiendo, porque un país debe producir todos los alimentos que consume.
Gil Ricardo Salamé Ruiz
Economista
