La historia no se explicará cómo fue que no se dieron cuenta, ni las masas, ni los dirigentes, de la operación nefasta que comenzó con el asesinato de Chávez. Pero el tiempo es el mejor detective, siete años fueron suficientes para develar los móviles principales de aquel asesinato: se trataba de conquistar a PDVSA como negocio y eliminarla como soporte de la espiritualidad socialista, dos objetivos y un mismo fin, alinear al país con el capitalismo mundial.
Asesinado el Comandante se presentaron dos opciones de gobierno: maduro, certificado por Chávez; capriles, el hombre declarado de los gringos. Temprano supimos que maduro era un hombre desleal a Chávez y fiel al capitalismo, fiel al Grupo Boston, sumiso a cualquier gobierno capitalista, sea chino, ruso, o los inefables turcos.
Lo demás es historia. La felonía se mostró nítida horas después de capturado el gobierno por la costra lumpen sindical: cisneros y mendoza visitaron al nuevo presidente en miraflores, y entre risas y pellizcos lo certificaron. Y comenzó el desmontaje de la obra y el legado de Chávez. Al final, el madurismo transitando el capitalismo llegó a donde era inevitable que llegara sin ideas y sin dinero, sólo le quedó subastar a la Patria. Los imperios comenzaron la danza de los zamuros, se acercaron, sabían que era cosa de tiempo para apoderarse de los restos putrefactos de pdvsa, y tenían razón: la operación que comenzó con el asesinato de Chávez culminaba con la subasta de la petrolera. Le arrancan el corazón a la Patria. La historia no se puede ocultar, la realidad es inapelable: en estos siete años, el país es más capitalista, la tarea la hizo el madurismo con más eficacia que capriles.
El madurismo y la oposición de derecha, los guaidoses, entraron en una lucha por las indulgencias de los imperios, sobre todo del gringo, ambas pandillas están conscientes de vivir en el área de influencia de los gringos, en su patio trasero. El madurismo llegó más lejos y más rápido.
Con esta entrega del madurismo entramos en una etapa donde el Estado será cada vez más un instrumento administrativo al servicio del capital y un ente represivo de cualquier disidencia. En esta etapa de sumisión del Estado al capital extranjero y a los importadores nacionales, la miseria se profundizará, el sentido de pertenencia a la sociedad desaparecerá, viviremos bajo las leyes morales del capitalismo: egoísmo, el valor del poseer, la idolatría al dios dinero, todo tendrá valor monetario, el lucro será la medida más allá del humano, de la vida. La sociedad será la suma de egoísmos; la fraternidad, el amor serán sentimientos inconvenientes. La Patria será sólo un cascarón.
No obstante, con todo lo rastrero que es el madurismo, los imperios no lo aceptan. No hay quién se restée con el madurismo, los gobiernos, las compañías lo cortejan sólo hasta el límite donde sus negocios empiecen a perder, lo venden si están en juego sus ganancias. Esa es la tragedia de los que se pliegan a los capitalistas, pasan a ser un número, un objeto que si no da ganancia se negocia, se abandona.
Todavía hay tiempo de corregir el rumbo, aún hay esperanzas en las reservas morales. Tiene la palabra el Chavismo auténtico, la Patria espera por su acción.