Deslactosando la geopolítica

Los llamados occidentales no dejan de meterse en apretados líos. La mala estampación del término Occidente del cual se han hecho dueños en Europa, EE.UU. y Canadá, ahora se han empeñado en ir deslactosando la geopolítica. Ahora, cada vez menos preocupados por la catástrofe que rodea la presidencia de Joe Biden, donde han impulsado el diseño de su catástrofe e impopularidad en su desastroso y natural escenario como el descrito en la Barca de Caronte con el Perro Cancerbero de tres cabezas.

En medio de esta cambiante dinámica el mercado petrolero regresa como un violento bumerang activado por sus alzas, y va en contra de aquellos que ayer se encargaron de hundir sus precios, los cuales dejaron de ser temporales, siendo ahora su constancia un acelerado crecimiento en sus precios desde la guerra generada por Washington desde febrero del 2022.

Occidente tendrá que entender bajo la fuerza de la geopolítica que ahora el precio barril no bajará tan fácilmente y se mantendrá en el tiempo que le quede al mandatario norteamericano. Washington en su estrategia de andar en su permanente viaje de imprudencias ha activado a la deriva un proceso geopolítico de catástrofes en su famosa economía global, hoy muy grave en el actual teatro humano al cual nos han llevado planificadamente.

Por eso acusan a los países extractores de petróleo de cerrarles la rueda en su desconsiderado ranking de competitividad mundial hacia una mediana paz la cual deja de alimentarse de petróleo barato. Ha llegado la hora que los países extractores de crudo dejen de seguir entregando en cajas de regalos los ceros que se computan a favor de las transnacionales mundiales del poder político. Hay que descubrir la realidad en la cual estos gobiernos corporativos mantienen a la mayoría de las naciones OPET y a los OPEP—PLUS en la actual burbuja de guerra o en camino a la misma. Es decir, el flujo de crudo incluyendo sus rutas marchan amenazadas. La situación de hoy equivale al año 1940.

Obtusamente estamos viviendo un mundo obligado hacia lo post petrolero enfrentado en la pesadilla de las energías alternas que fácilmente no pueden ser alcanzadas en el actual mediano tiempo. Los países productores deben dar el paso y entender que el petróleo es "un arma estratégica", esto es una "alerta geopolítica", la cual temerariamente son exequias empeñadas en llamarlas a un tardío desbordamiento de sus precios.

Hoy las más poderosas naciones de este nuevo orden geopolítico mundial nos llevan a un golpe de Estado en contra del petróleo. Otros, reunidos y contribuyendo a una nueva guerra alrededor de los marcadores de precios están diseñando como no ir a las compras de los precios altos del petróleo.

A aquel presidente que han tratado de senil, inútil e incapaz y el cual es muy fácil identificar: Joe Biden a quien desconsideradamente han tratado de esta manera su mismo lobby. El mismo que aplica la receta de su "enemigo" Donald Trump de quien utiliza su misma política migratoria de "Quédate en Casa".

Por eso vamos a un mundo petrolero que aplastará a los más débiles y solo negociará con los más poderosos. Estamos frente al nacionalismo económico de los blancos. La misma Norteamérica a lo interno con su marcador de Luisiana cotiza el crudo de manera elevada y lo hace sin estupor frente a su reclamo con respecto a otros marcadores de quienes no aceptan sus elevadas proyecciones y precios.

Los marcadores insisten en el vendaval de sus domesticas empresas las cuales han desfigurado sus rostros para no atreverse ni a mirarse, ellos mismos hoy buscan nacionalizarse en medio del actual cambio geopolítico, geoestratégico, geofinanciero y geodemográfico y humano.

Vivimos un incipiente rescate geoenergético de retorno a los nacionalismos donde el territorio juega un papel muy importante. El territorio de estas señales debemos verlas como el campo donde se extrae el petróleo y transportan a través de sus navieras. Sus rutas y distancias, muchas de ellas plagadas de conflictos donde nadie se atreve a preguntarnos cómo será el futuro de la ruta comercial establecida sobre las actuales regiones de conflicto entre Ucrania en contra de Rusia.

Después de la carnicería de este cerramiento donde no hay anticuerpos ante los desconsiderados niveles de sanciones, esto es otra locura como tal traída con innumerables consecuencias. Con esto buscan adormecer, congelar quizás las relaciones de mercado que Rusia, China, Irán, India, Bielorrusia, México y Venezuela se han mantenido como productores de hidrocarburos, tanto en petróleo como en gas y su transformación están en riesgo.

Europa con una economía delicada tiene mercado, confecciona productos con sus principales marcas y servicio, pero Europa no tiene ni autonomía ni liderazgo frente a EE.UU. También ha partido la sencillez la cual no es exactamente el cubrimiento de los recursos energéticos. Esa su vía, brazo comunicante, está auto agredida y no solamente por este momento de guerra, si mañana llegarán a firmar la paz, o saltarán a un acuerdo el cual todo indica que el mismo no esta por darse, toda la agenda de los puntos los seguirá teniendo en la Federación Rusa.

El futuro del mercado de colocación del producto de los derivados del petróleo y de gas, rutas y comercio están muy comprometido a las presiones y de allí a una III Tercera Guerra Mundial como lo ha anunciado el señor Biden, estamos a solo unos pasos.

En esto, también Europa han apostado y lo repiten abiertamente en el Departamento de Estado, pues para esto vienen preparándose desde el año 1945. Las relaciones de Comercio parecen estar dominadas por el "fentanilo" usado en contra de Rusia y por esto las cosas se van a poner mucho más difíciles. Por eso entran a participar otras naciones, otros países como el caso venezolano quien tiene a partir de su vuelo casi la única agenda decisoria con occidente pues tiene el cupo que definirá la necesidad de la demanda actual.

Muchos no pensaban que la decisión del cupo de crudo hoy tan necesario está en la nación que "occidente" se empeñó en destruir, algo así como aquella fórmula matemática que un día me toco aprender: menos más menos les dio más….

Hasta más pronto…

Abril 2022



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Miguel Jaimes

Politólogo. Magister scientiae en ciencias políticas. Doctor en ciencias gerenciales. Posdoctor ontoepistemología en geopolítica de las energías. Cursando doctorado en letras. Cursando Posdoctorado en literatura del petróleo en Venezuela. Libros: El oculto poder petrolero, apertura petrolera, poder de PDVSA vs. poder del estado. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Primera edición. Petrocaribe la geogerencia petrolera. Segunda edición. Director del diplomado internacional en geopolítica del petróleo, gas, petroquímica y energías – Venezuela. Director de la web https://www.geopoliticapetrolera.com

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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