Es obvio que las empresas automotrices en el mundo reporten bajas en las proyecciones de sus utilidades, al igual que sucede con las aerolíneas, pero ¿Qué pueden esperar después del terrible panorama vivido hace un par de meses en que el crudo llegó a valer US$ 147 por barril?, la recesión por la situación económica global ha castigado el consumo y las automotrices no se salvaron, las ventas de vehículos también cayeron brutalmente.
El consumo de combustible mermó duramente para esos días. Apenas la semana pasada hubo noticias de que un litro de gasolina ya costaba menos de un euro en Europa, mientras estuvo a poco más de euro y medio hace mes y medio. Es la recesión plena. Las caídas en las bolsas es producto de la recesión, las pérdidas en EEUU están siendo socializadas, repartidas por todo el mundo, el común las paga con inflación.
La caída de Wall Street, registrada el jueves pasado, resulta en la peor desde 1987, genera un espasmo y horror en los inversores, porque cada vez que se registran las bajas se producen días negros que suprimen a los otros días negros recientemente registrados. Sin embargo lo que sucede es una toma de ganancias generalizada, después de las fuertes alzas de la semana pasada, el nerviosismo es muy fuerte.
Preocupa la caída de los precios del crudo, si bien se ha señalado que el crudo tiene muchas probabilidades de mantener el piso sobre los US$ 50 por barril, tal como se dijo anteriormente la rebaja realizada por la OPEP no causó furor para que el precio escalara de nuevo al alza, puesto que los inversores y especuladores están al tanto de los rumbos de la recesión global. El precio del petróleo para estos días es un índice real.
La caída de los precios del crudo, ha sido positivo, porque ha permitido que el BCE pudiera emitir informes de control de la inflación en Europa, por supuesto en detrimento del euro, porque ha tenido que rebajar sus tasas a 3,25% para estimular la inversión, un petróleo más barato permite una mejor maniobra, este estímulo puede echar las bases del deseado equilibrio, porque permitiría mantener un nivel de consumo que no hunda el precio del crudo, debido a la recesión.
Pero tal situación es negativa para EEUU, porque el endurecimiento del dólar, encarece las exportaciones norteamericanas, aunque se motoriza el consumo interno, situación que podría ayudar a que la economía no se trabe más de lo que ya ha sucedido, pero sólo en lo interno.
Sin embargo esa recesión aún no es cuantificable, está allí de manera subyacente, hay que esperar más datos, la llegada del invierno a los países del norte mantendrá la demanda de combustibles, que con el precio actual son accesibles a las mayorías. Todavía no hay que alarmarse, se repite el ciclo, los precios de acciones vuelven a caer, pero siguen siendo atractivos, habrá cacería de oportunidades todavía.
Inflación en Venezuela
La creciente inflación venezolana, ubicada sobre 24% tiene que ver más con la escaza capacidad productiva instalada en el país, que con otro aspecto. En una jornada de Conindustria, empresarios resaltaron que el parque industrial del país se ubica en unas siete mil fábricas, mientras la demanda de toda la población exige un parque de unas 20 mil.
Los empresarios venezolanos han tenido serias diferencias de orden político con el gobierno de Hugo Chávez, lo que ha sido el principal factor de que desde 1999 se redujera el parque industrial desde 16 mil fábricas instaladas, hay que recordar también que en el año 2002 hubo un paro empresarial que produjo miles de millones en pérdidas, lo que incidió en la contracción del sector privado y obligó al gobierno a instaurar políticas cambiarias que evitaran la fuga masiva de dólares.
Esa situación de poca oferta, contra la demanda, se traduce en una alta inflación, ya que el crecimiento económico del país se apuntala por el gasto público y no por la inversión privada. El gasto público tiene que ver con un programa de inversiones sociales y nacionalización de empresas estrategicas por parte del Estado, apoyado en los ingresos petroleros.
Las importaciones a las que se ve obligado tanto el gobierno como actores privados, son afectadas por la crisis económica mundial, la revalorización del dólar en los mercados internacionales, junto al retroceso que ha tenido los precios del crudo, aunados a la demanda indetenible de bienes y servicios en el país, son el cóctel que apunten a que la inflación sea como un brioso desbocado, en los meses venideros.
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