El 15 de diciembre de 1.999, en un proceso electoral nacional el pueblo por primera vez en su vida republicana revalida directamente el texto de la Constitución de Venezuela, obsérvese que no es una simple ley, no, en este caso se refiere a la ley fundamental de la nación; sin lugar a duda que con ese acto se cumplió el más óptimo significado de lo que quiere decir democracia, puesto que aquí es necesario tomar muy en cuenta que ese evento no se realizó porque la gente de la oposición al gobierno quiso que ello constituyera un obstáculo que debía remontar ese gobierno para la puesta en vigencia de tal Constitución, no, fue el mismo Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, quien lo propuso e impulsó hasta el final. ¿Acaso no fue el espíritu de un verdadero demócrata el que influyó, a pesar de contar a su favor con más de las tres cuartas partes de los votos en la Asamblea Nacional Constituyente, para que fuera el pueblo quien expresara su libre y soberana opinión en pro o en contra de aquel proyecto?
Estimado lector, esté conciente de la extraordinaria ventaja que representa para el pueblo este método de aprobar o negar leyes, pero sin embargo allí no termina el alto beneficio democrático alcanzado por el venezolano, no, esta Constitución establece que todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Detengámonos y pensemos en que los presidentes que ha tenido esta República, partiendo de la Cosiata y llegando al Chiripero, ninguno de ellos tenía el verdadero sentido democrático para haber propiciado un dispositivo legal que en algún momento pudiera serle adverso a ellos mismos, y menos el luchar contra viento y marea para llevar adelante tal mecanismo hasta su inclusión en la Carta Magna. Repacemos mentalmente las gestiones de todos los primeros magistrados de Venezuela, comencemos por la del general José Antonio Páez y terminemos con la del Doctor Rafael Caldera, 169 años de historia patria, y analicemos quien de ellos pudiera habérsele ocurrido alguna idea parecida. No, esto no es posible imaginarlo pues solo bastaría dar un pequeño ejemplo de lo antidemocrático de todos aquellos gobiernos. Recordemos que en la Constitución de 1.961, anterior a la actual, existía un total blindaje que no permitía la posibilidad de que alguien fuera del gobierno o de los partidos firmantes del Pacto de Punto Fijo pudiera intentar alguna modificación de la Constitución.
Vea como fue en el primer gobierno del Doctor Rafael Caldera cuando a la Constitución se le hace la primera enmienda, ésta, dirigida exclusivamente a inhabilitar políticamente y por toda la vida a una única y determinada persona; Marcos Pérez Jiménez. Esta enmienda le negó a Pérez Jiménez pudiera ser elegido a ningún cargo público, sin embargo, en días posteriores de haberse aprobado tal enmienda por los parlamentarios adecos y copeyanos Pérez Jiménez es electo como Senador de la República al Congreso Nacional y en esa época no valió para nada el haber obtenido una inmensa cantidad de votos, más del 65% de la votación total en la circunscripción electoral por la cual iba de candidato; el Distrito Federal. La gente de los dos partidos políticos que se apoderaron del régimen puntofijista aspiraba gobernar el país por centurias y al observar que alguien amenazaba con interponerse en su camino y desbaratar aquella ambición, obliga a sus honorables parlamentarios a tenderle una emboscada cobarde y anti democrática a Pérez Jiménez. Ahora, en esta democracia no le está permitido al gobierno realizar alguna parecida artimaña, ya que cualquiera sea la enmienda o reforma constitucional propuesta por gobierno, ella después de aprobada por la Asamblea Nacional tiene que ir inevitablemente a la consulta del pueblo en un referéndum para que la acoja o la rechace; y solo si su voto es mayoritariamente aprobatorio esa enmienda o reforma podrá incluirse en el texto Constitucional. Es por todo eso, y mucho más, que días después de proclamada la Constitución venezolana por la Asamblea Nacional, 20-12-99, muchos grandes pensadores y respetados líderes políticos nacionales y extranjeros la consideraron como una de la más rica en conceptos de libertad y democracia, es decir, hubo muchas personalidades en el mundo entero que señalaron que en Venezuela el verdadero poder electoral ahora si estaba en manos del pueblo. Así es que no hay duda, Chávez ha enseñado al venezolano a vivir en democracia y esta es la pura verdad, duélale a quien le duela; dentro del país o fuera de él.
joseameliach@hotmail.com