Pareciera que esta analogía no tuviese asidero cuando hablamos de la ideología como un conjunto de ideas fundamentales que caracterizan una persona, una colectividad, una doctrina o una época, pero al referirme muy especialmente a la ideología aplicada en el campo laboral, en nuestras industrias, instituciones, empresas del estado o comunitarias, el término socialista nos queda muy grande todavía y obliga a esta pequeña reflexión:
A raíz de la llegada del Comandante
Chávez, por no citar a Marx, Lenin, Mao, Fidel, el Che Guevara, Ali
Primera y otros grandes del pensamiento revolucionario y socialista,
a los cuales, confieso como muchos de esta gigantesca oleada de seguidores
del proceso bolivariano venezolano actual, nos eran indiferentes o simplemente
nos gustaba su música, su musa o su visión utópica del mundo, pero
preferíamos el “Ta barato dame dos”, “Ponéme donde hay” o
“con los adecos se vive mejor, porque roban y dejan robar”. Porque
venimos de AD y Copey y no de Marte. Ahora bien, el año 2002 se convirtió
para muchos de los trabajadores en una fuente de luces inimaginable,
a pesar de lo que representó para la contraparte patriota. El choque
de trenes entre los que defendían el modelo capitalista salvaje, con
toda esa vasta burguesía criolla enquistada en nuestras empresas, defensores
a ultranza del imperio y sus trasnacionales y la clase obrera toda,
entusiasmada por el discurso liberador y ese pensamiento socialista
humanista del camarada Hugo Chávez, que nos cautivó al ver que defendíamos
la trinchera correcta al lado de nuestro pueblo, ese mismo pueblo, visto
anteriormente por encima del hombro a través de las grandes cercas
de las compañías transnacionales y que permanecían invisibles
ante la mirada déspota del patrono alienado explotador.
Hoy luego de tantas batallas,
marchas y contramarchas siguiendo al líder, luego de cumplir fielmente
lineamientos de ser empresas para el pueblo y por el pueblo, al trabajar
en reparación de escuelas, refaccionamiento de hospitales, CDI, carreteras,
plazas, caminerias, fachadas en pueblos y ciudades, jornadas sociales,
misiones y cuanto trabajo voluntario se nos ha encomendado en la salud,
en lo cultural, en lo educativo, en lo político, etc. Resulta que muchos
se encuentran decepcionados con la revolución y el proceso bolivariano
que lideriza el Comandante Chávez y estoy casi seguro que llegaron
a votar incluso en contra, en las pasadas elecciones parlamentarias,
porque no les han dotado de un par de zapatos de seguridad nuevo, no
le vino la braga o se les adeuda un pasivo laboral. Esto refuerza mi
convicción de que debemos trabajar mas profundamente sobre la ideología
socialista que necesitamos para avanzar en la construcción de esta
patria nueva que queremos, para que un Julio Flores cualquiera, un Globoterror,
un RCN o CNN actuando como instrumentos potenciales de postración mental,
simplemente se encuentren con una coraza ideológica combatiente en
defensa del hombre nuevo.
Patria Socialista o Muerte….venceremos