En lo personal creo que nunca se será suficientemente enfático al afirmar que actualmente en Venezuela no estamos en el socialismo, y a pesar de que el propio líder del proceso lo ha dicho muchas veces (y otras tantas se contradice), se ha convertido como en una moda, muy dañina por cierto, aquello de decir “esto es socialismo”.
El socialismo es un modo de producción, que concretamente corresponde a la etapa de transición entre el capitalismo y el comunismo y los modos de producción cambian cuando efectivamente cambia el carácter de la propiedad sobre los medios de producción (fábricas, tierra, etc), es decir, cuando la propiedad sobre estos medios pasa de privada a social y por lo tanto cambian las relaciones de producción. En este sentido es importante el avance que viene teniendo el gobierno bolivariano en recuperar importantes y estratégicas áreas de nuestra economía dominadas por la burguesía, pero mientras en esos escenarios no se induzcan cambios verdaderos en las relaciones de producción, no se rompa con la división social del trabajo, se le pongan trabas al control obrero y se siga pensando más en el beneficio personal o grupal que en el social el socialismo solo estará en la pancarta de la entrada a las empresas recuperadas.
Tal y como lo señalaron los fundadores del comunismo científico, todo modo de producción engendra su tipo de sociedad, más comúnmente decimos que la estructura económica engendra la superestructura política-cultural, de allí que las leyes, la educación, la religión, las tradiciones y lo comunicacional, obedezca siempre y en última instancia al sistema económico imperante.
No hay que ser un erudito en marxismo para precisar que en Venezuela actualmente nuestras relaciones de producción, y por ende nuestro modo de producción, es capitalista; eso sí, con un proceso político que en medio del avance en los beneficios sociales, la recuperación de la soberanía, la denuncia del imperialismo norteamericano como el más pesado lastre a nuestro desarrollo viene abriendo importantes cauces subjetivos en beneficio del planteamiento socialista que debemos aprovechar para convertirlo en hechos concretos, y como hasta ahora lo que existe es una “subjetividad” favorable al socialismo es importante en esta etapa la aprobación de leyes, como la Ley Orgánica del Trabajo, que generen la posibilidad de trascender el capitalismo.
Entendemos que hay suficientes esfuerzos por parte del presidente Chávez para ir perfilando un sistema socialista en nuestro país, algunos los compartimos y otros no, pero entendemos también que toda construcción social, y mucho más sí es revolucionaria, es muy compleja.
Hasta ahora el proceso bolivariano carece de cosas importantes para decir que se está construyendo el socialismo: las relaciones de producción (en las empresas públicas y privadas) siguen siendo capitalistas, no existe una planificación centralizada de la economía, no se ha roto con el basamento jurídico en el cual descansan esas relaciones de producción capitalistas, no se han hecho esfuerzos importantes para el fortalecimiento de la clase obrera “sepulturera del capitalismo”, no se ha avanzado en la industrialización de la producción agrícola, seguimos siendo fundamentalmente un país monoproductor exportador de materias primas, hay constantes violaciones a los derechos laborales y por último no hay visos de dirección colectiva del actual proceso revolucionario de liberación nacional.
Serán los cambios en la forma como producimos lo que determinará definitivamente el cambio en la superestructura, será el cambio en el modo de producción lo que “engendrará” valores sociales nuevos, por eso decir “esto es socialismo” cuando aun existe corrupción, burocracia, indolencia y trabas al Poder Popular es un error. En Venezuela el capitalismo está “vivito y coleando” es urgente trascenderlo.
Militante del PCV
www.twitter.com/edgarmelendez79