Revolución en democracia

Si a Lenin, al camarada Mao, al tío Ho, a Fidel, al Che, a Sandino entre tantos revolucionarios de postreras épocas le hubiesen preguntado ¿cómo se hace una revolución? seguramente sus repuestas serían diversas, pero no cabe duda, todos coincidirían que una revolución se hace con las armas y con éstas se conquista el poder. De aquellos azarosos períodos hasta ahora han sucedido muchas cosas y la tierra del errabundo planeta azul está sembrada de millones de víctimas inocentes. En el siglo XXI se plantea una interrogante ¿cómo hacer una revolución en democracia? Lamentablemente el gobierno de Salvador Allende nos dio muestra de lo no se debe hacer. Las razones fueron múltiples, ominosos intereses económicos evitaron con sevicia el desarrollo de un modelo democrático y socialista en Chile, unidos con corporaciones mediáticas, socios de tales emporios financieros, aunados con arteros dirigentes sindicales, quienes junto con otros militares traidores se confabularon para derribar un gobierno respaldado por el voto popular. No podemos olvidar que el presidente Allende no estaba prevenido para la arremetida de la canalla internacional.

De la independencia hasta nuestros días han transcurrido 200 años y veo con sorpresa que la mentalidad de muchos venezolanos no ha cambiado. No cabe duda, nos liberamos del yugo español pero los vicios de las instituciones de la colonia quedaron arraigados en la mentalidad de los nuevos administradores del país. Por tal razón los logros de la independencia nunca llegaron a los más excluidos. Inclusive, en el siglo XXI todavía se habla de alcaldías y alcaldes, vetustas creaciones de la oligarquía, anteriores a la época de Fernando VII. Sólo pocos patriotas de la época sabían de la necesidad de un cambio, hombres como Bolívar, Urdaneta, Sucre, entre pocos conocían de la necesidad de proyecto político que trascendiera en el tiempo y a la geografía. Otros, como Santander, Páez, Piar, Mariño, entre tantos tenía sus propios proyectos individuales alejados del sueño de los grandes. Nunca entendieron que un sólo Sol alumbra el planeta.

Nuevos tiempos, nuevos hombres y nuevos procedimientos. Hoy el presidente Chávez ha ganado varias batallas y ha perdido otras, eso quiere decir que la guerra no se ha ganado en su totalidad y nuestro socialismo se está gestando. se irá corrigiendo y mejorando con el tiempo. Se avanza sobre imperfecciones. El enemigo siempre está al asecho, tanto afuera como adentro. Afuera, aquellos arteros que nunca han dejado de conspirar, aliados con agentes extranjeros a quienes hay que garantizarles un gran pedazo del pastel petrolero y adentro, los vestidos de rojo rojito, quienes poseen manos revolucionarias enfundadas con guantes de sedas confeccionados en la cuarta república.

En esta nueva era es imposible hacer una revolución y llegar al poder con estudiantes, obreros, campesinos...armados con un fusil, entusiasmado con un ideal y una gran voluntad marchando por una montaña. En la época de los guerrilleros, estos hombres enfrentaron a las oligarquías del poder con las mismas armas del capitalismo, es decir escopetas, granadas y cañones, hoy las cosas son diferentes. Hoy por hoy se deben utilizar las nuevas armas de los capitalistas, el voto, la televisión, el Internet, el celular, el twitter y toda aquella tecnología que le permita a la revolución crear y divulgar una conciencia socialista y los peligros a la que está expuesta la revolución.

Lo primero que hay que vencer es la estructura mental de los venezolanos quienes cambiaron la mentalidad del colonialismo español y aceptaron estoicamente, bajo una muy bien programada manipulación mediática, el colonialismo consumista yankee. Se debe convencer a los electores de las bondades del socialismo, erradicar toda aquella cultura foránea que tantos daños están causando a los jóvenes. En tiempos de independencia el sabio maestro Simón Rodriguez afirmó "para tener república hay que formar republicanos", en tiempos recientes debemos concluir "para tener una patria socialista hay que formar hombres socialistas". El socialismo no es una bandera política, mucho menos un eslogan electoral, el socialismo es una manera de comportarse un individuo dentro de una sociedad, ligado al humanismo, a la solidaridad y a la fraternidad entre los hombres. Sólo construyendo una verdadera revolución socialista trascenderemos en el tiempo y la geografía.



enocsa_@hotmail.com


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Enoc Sánchez


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