“Pana” malandro: es arrecho construir el socialismo

 Posiblemente no poca gente llega a creer que construir una nueva formación económico-social, para sustituir una vieja, es cosa tan fácil como soplar y hacer botellas. El esclavismo duró siglos e igual aconteció con el feudalismo. El capitalismo sólo lleva gobernando el mundo dos siglos y 22 años. Pero para que el capitalismo derrotase y sustituyera al feudalismo le costó un bolón, más otros bolones y la mitad de otro. Incluso, la Revolución Burguesa Francesa se vio en la necesidad de hacer avanzar sus tropas por múltiples vías de Europa; someter por la fuerza militar a los absolutistas y, además y no se asombren los señores capitalistas, ejecutar ciertos actos de terrorismo para poder defenderse de toda esa jauría contrarrevolucionaria que quería derrotarla y aniquilarla por la violencia. La Iglesia, en nombre de Dios, del señor Jesucristo y de la virgen María, se resistió, junto al absolutismo político, casi hasta lo último oponiéndose al avance de las fuerzas productivas y de las ciencias para que siguiera reinando la teología como expresión de todas las verdades científicas y divinas habidas y por haber. Sólo cuando presenció el velorio de las viejas relaciones de producción feudales, la Iglesia salió despavorida y se aferró al cuello de Descartes (filósofo tres cuarto materialista y un cuarto idealista) para quedar como institución privilegiada en el capitalismo.

 Pero, por ahora, no nos vamos a ocupar de todo ese enorme zaperoco que implica construir una formación económico-social nueva para sustituir una vieja. Dejemos eso al tiempo y, especialmente, al proletariado internacionalista. Entre las cosas más difíciles de este mundo pero que no es una utopía está la batalla de un ideal redentor y justo (como el socialismo), en su tiempo, para abrirse paso entre las realidades ya arraigadas en el corazón y la conciencia de un elevado porcentaje de pueblo, incluso, siendo explotado y oprimido por el capitalismo. Eso ratifica que es la práctica quien conforma la manera de pensar de los seres humanos. Por eso la mejor enseñanza teórica es aquella que se acompaña y se verifica en la práctica social.

 En esta opinión me voy a limitar al problema de la delincuencia que está incrustada en los niveles más bajos de la sociedad; es decir, en los sectores más necesitados, de menos recursos económicos o, más concretamente, donde la pobreza hace en cada mes del año su agosto. La delincuencia anda siempre, por mil factores o razones de la explotación y la opresión de clases que eleva cada día más la pobreza en los muchos, rondando día y noche en los sectores más populares de la sociedad. Y, lo más lamentable, es que se nutre mucho del sector juvenil.

 Ciertamente, existen diversos escalafones en la delincuencia. El socialismo, para acabar con la delincuencia, debe enfrentarse exitosamente a todas las injusticias y desiguales sociales que han sido legadas, de generación en generación, desde un pasado demasiado lejano. Mientras existan, por lo menos, por un lado, muchas necesidades materiales y, por el otro, espirituales, la delincuencia, como otras realidades (drogadicción, prostitución, mendicidad y vagancia) será un hueso duro de roer. En fin, mientras exista capitalismo, la delincuencia seguirá teniendo escenarios ideales para manifestarse. Sólo con el triunfo y desarrollo del socialismo podrá ponérsele fin a todas esas objetividades que degeneran a una buena parte de la sociedad.

 Existen delincuentes que lee e incluso disfrutan de cierto nivel de intelectualidad; existen los que se limitan a leer periódicos buscando datos para acometer sus tropelías; existen los que sólo se conforman con leer las páginas amarillas donde se destacan los hechos diarios de la violencia en sus diversas manifestaciones; existen los que sólo ve programas informativos de televisión para saber si están o no siendo solicitados por los organismos de seguridad del Estado; existen los que por nada del mundo leen y viven al ritmo de sus andanzas delictivas. Lo lamentable, por ejemplo, es que el Estado venezolano, liderado por el camarada Chávez, le ha brindado buenas oportunidades –especialmente- a los jóvenes para que traten de hacer o llevar una vida en mejores condiciones socioeconómicas que las que le brinda el capitalismo pero, aun así, siguen metidos en el bochornoso mundo de la delincuencia.

 Por lo anteriormente dicho, permítanme los malandros, dirigirles una carta que, tal vez, la mayoría no llegue a leer.

“Pana” malandro: sabemos que la delincuencia, como también lo es la prostitución, una vieja “profesión”, hija legítima que se engendró y nació del vientre de la dama injusticia social en promiscuo lesbianismo con la reina propiedad privada, y mama de cualquier teta, atormentándola y calentándola, que encuentra mal ubicada en su andar de atrocidades por sus caminos de la vida sin importar si es riqueza o es manteca.

“Pana” malandro: sabemos que la delincuencia, como la prostitución, no podrá desaparecer de la faz de la tierra mientras reinen la injusticia social y su consorte la propiedad privada. Eso nos obliga, a los que nada tenemos que perder salvo las cadenas que nos oprimen por voluntad de los pocos que mal gobiernan el mundo y lo hacen girar al revés, a luchar y vencer por la justicia social y la propiedad social.

“Pana” malandro: ¿crees que tu hambre y tu rabia social justifican que robes a un humilde trabajador y le despojes del miserable salario por la venta de su mano de obra, olvidándote que para hartarte por un rato tu estómago o meterte un tabaco que te lleva a la tiniebla de la fantasía, alargas y acrecientas el hambre y el sufrimiento de otras familias que necesitan tanto de alimentos como tú y tu familia? Te estás pasando.

“Pana” malandro: ¿cómo pretendes, basándote en tu hambre y tu rabia social, que se te justifique el crimen que cometes al asesinar a una persona, porque nada tiene que le robes salvo su vida que tanta falta hacen a él, su familia y su país, como la tuya a tu familia?. Te pasaste.

“Pana” malandro: ¿crees que tu hambre y tu rabia social son suficientes para respetarte el derecho a la vida, cuando nada te frena en tu alocada carrera delictiva para cometer crímenes abominables creyendo que eres un tribunal supremo terrenal o celestial de justicia para disponer de la vida y de la muerte de las demás personas?. Te sobrepasaste.

“Pana” malandro: ¿crees que tu hambre y tu rabia social justifiquen que entres a la machimberra y aterrorizando en un rancho y le robes el radiecito a una ancianita donde escucha la novela que es la única diversión que le brindan algunos medios de comunicación social para mentirle, desinformarle y alienarla en la ignorancia y la desmemoria de la esclavitud espiritual? Te pasaste demasiado.

“Pana” malandro: ¿crees que tu hambre y tu rabia social justifican que secuestres un niño y le quites la vida, porque su familia no pague por su rescate? ¿Sabes cuánto duele a unos padres y hermanos ese crimen terrible que no debería ser concebido en ninguna mente humana? Te pasaste de la raya.

“Pana” malandro: ¿crees que tu hambre y tu rabia social justifiquen que dejes de pensar en tu madre, esposa o novia, hijas o hermanas, sobrinas o amigas, y cometas el abominable delito de violación sexual aprovechando el terror que generas con tus atrocidades delictivas? Te pasaste de donde jamás debiste llegar.

“Pana” malandro: si te vuelves no regenerable, no le exijas a la sociedad que tenga contemplación contigo.

“Pana” malandro: piensa antes que sea demasiado tarde, trata de reflexionar y no sigas cometiendo crímenes que violen el derecho a la vida de los demás, porque una revolución tiene el derecho y el deber de garantizar la vida y la paz de su pueblo como, también, el derecho y el deber de regenerar lo regenerable pero, igualmente, el derecho y el deber de castigar ejemplarmente al no regenerable para evitar que vuelva a delinquir y cometer crímenes sociales.

“Pana” malandro: después no digas que no te lo dijimos. Quien consejo no escucha a viejo no llega, se pierde en cualquier recodo del camino de la vida en un abismo y tiniebla de la muerte. En vez de delinquir, piensa y reflexiona para que inviertas tu tiempo y tu vida en luchar por la vida y la alegría, la ternura y la solidaridad, la justicia y la libertad de todos los seres humanos. Así sí vale la pena vivir y morir.

“Pana” malandro: es todo cuanto queríamos decirte. Luego no digas que no te lo dijimos.



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Freddy Yépez


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