La transición social y política se desplaza victoriosa en toda la patria bolivariana produciendo ensayos y resultados, transformando con su paso y progresividad la mesura que nos permite empujar sin saltos en el vacio, evadiendo la locura vestida con ropaje del neoliberalismo y la resaca del pasado con su actitud desesperada tratando de atravesar palos en las ruedas del tren revolucionario.
La diversidad de los espacios y la versatilidad del desplazamiento de las ideas revolucionarias van solidificando el ejercicio de la democracia plena desde las bases sociales. Los poderes fácticos en los sectores medios y el interés restaurador de las clases altas, el oportunismo, el pragmatismo y el gatopardismo se cuelan en los ambientes pugnando con su protagonismo y descarrilamientos. Toda una escuela de rico aprendizaje, es la fase larga de transición en este proceso revolucionario bolivariano cuyo deslinde son los valores de igualdad, justicia e independencia que consagran la construcción del socialismo en el Siglo XXI. Dos modelos se citan en este combate, el modelo de las clases dominantes aturdidos por los vicios y la inmoralidad del capitalismo con sus valores de sometimientos negadores de derechos que ofenden y acribillan a la humanidad impulsando su autodestrucción y la del planeta tierra con un solo objetivo, ejercer el poder sobre los débiles con el solo fin de acumular riquezas. El modelo socialista todo lo contrario, pone sobre el tapete la salvación de la humanidad y preservar el planeta, organizar a la muchedumbre para que la multitud se transforme en ciudadanía desalambrando las viejas parcelas mentales de la envidia y el egoísmo darnos cuenta colectivamente de nuestra sensibilidad humana cuyo remedio esta en nosotros mismos solo siendo solidarios.
Exige el momento entonces de los cuadros políticos revolucionarios un gran esfuerzo de transformación empinados por encima de dificultades dar ejemplo rayando en la herejía tramotando épicamente sosteniendo las banderas mas preciadas de un revolucionario: los valores y principios, abordando el reto formidable de transformar la cosmovisión del mundo en contexto la cosmovisión del modelo de desarrollo para poder desnudar la trampa ideológica del capitalismo y su espejismo de la tentación, de la utopía concreta dibujada con los dedos de las realidades, es una palanca poderosa sobre el horizonte de necesidades como lo son estudiar y trabajar buscando respuestas a esas realidades, en contexto, estudiar seria encuadrar el desarrollo de la ciencia, el conocimiento y la experiencia de los pueblos en un encuentro de saberes; trabajar para producir bienes que solventen las necesidades de la gente y a lo que el capitalismo define como mercadeo con sus mercaderes persuasivamente multiplicar la eficacia en la productividad mientras pedagogizamos sobre el cambio de uso y costumbre de los bienes como necesidades y no como competencia consumista materialista. Las redes de producción y distribución deben ser alimentadas y promovidas por el Estado y el diseño organizativo para estos logros por la sociedad y la organización popular junto a la organización política revolucionaria, es decir, la revolución en todos los ámbitos combinando destreza, compromiso, flexibilidad social y política de principios.
(*)Legislador
Consejo Legislativo del Estado Trujillo.
Militante Fabricista del Partido Socialista Unido de Venezuela.
luisoscarc55@gmail.com