El diálogo polémico (Bajtin dixit) con el más reciente trabajo del Dr. Enzo del Búfalo “Adiós al Socialismo”, continua con diversos géneros de discurso (Jesús Puerta, Rigoberto Lanz, Hector Silva Michelena, Eduardo Vásquez, entre otras voces).
En la ciudad de Valencia tuvimos la grata oportunidad de presentar un texto denso, riguroso, polémico, que invita a un debate con implicaciones (aún postergado) sobre cuestiones sustantivas de las izquierdas (Socialismo/Comunismo//Post-capitalismo), que requiere adentrarse en la “enciclopedia” (Eco dixit) utilizada por el profesor del Bufalo: la corriente de interpretación “autonomista” propia de los marxismos del siglo XXI (Negri, Virno, Medrazza, Hardt), la apropiación de la inmanencia de Deleuze, la genealogía de Nietszche/Foucault, la contraposición de la línea materialista: Maquiavelo/Spinoza/Marx a Hobbes/Rousseau/Hegel, cierto núcleo positivo del liberalismo político radical (¿McPherson?), una tendencia crítico-libertaria contra la hegemonía del “bolchevismo doctrinario” (¿Comunismo de Consejos?, Korsch, Rosa Luxemburgo), para salir del impasse de la figura del “movimiento obrero administrado” por el “Socialismo Nacional-Estatal”, lógica que ha confundido deliberadamente la propuesta de Marx con la caricatura despótico-estalinista del siglo XX.
La tesis de Enzo del Búfalo sugiere reabrir debates aparentemente saldados por guiones ideológicos de una izquierda latinoamericana refugiada en mitos consoladores: repetir la corriente jacobina de la revolución francesa (Robespierre/Saint-Just), repetir la Comuna de París (Blanqui), repetir la Revolución Rusa (Lenin), repetir la Revolución China (Mao), repetir la Revolución Cubana (Fidel/Che), cuando no recaer en neo-arcaísmos autoritarios. Repetir como compulsión de “Calco y Copia”, hasta llegar a decir: “seamos como Fidel y como el Che”.
Una suerte de “platonismo inconsciente” se desliza en boca de “revolucionarios”, arquetipos, ideas puras, universales: moral de cuartel, sociedad-fábrica, encarnada por un “Partido-único” conductor de la sociedad (contra la tesis de un “Frente amplio de movimientos revolucionarios”), con comisarios políticos e ideológicos y sus anhelados “comités de salud pública” (Basta leer a Barrington Moore: “Pureza moral y persecución en la historia”).
Lo que sacude el texto “Adiós al Socialismo” es la genealogía de toda esta parafernalia moderna, industrialista, disciplinaria, reproductora de diferentes versiones y prácticas del Uno-despótico, ajena al reconocimiento de diferencias-multiplicidades como potencias que configuran nuevos espacios de libertad.
Basta meditar (sin superficialidades), en la cita introductoria del texto de la Liga de los Comunistas (1847) donde “estos comunistas de la libertad” dejan claro su diferendo frente a comunistas autoritarios que enarbolaron el fetiche del “Socialismo Realmente inexistente”: “Nosotros no somos de esos comunistas que destruyen la libertad personal y pretenden convertir el mundo en un inmenso cuartel o en una inmensa fábrica. Hay, indudablemente, comunistas que se las arreglan muy cómodamente negando y pretendiendo abolir la libertad personal, por entender que es incompatible con la armonía: a nosotros no se nos ha pasado jamás por las mentes comprar la igualdad con el sacrifico de la libertad. Tenemos la convicción, y procuraremos demostrarlo en los siguientes números, que en ninguna sociedad puede la libertad de la persona ser mayor que en la basada sobre un régimen de comunidad”.
Oponerse en todas las relaciones de sumisión despóticas, esa es la pretensión central del texto de Enzo del Búfalo; y desde mi perspectiva no puede comprenderse sin la lectura de: “Notas sobre Babilonia”. ¿Podrá acaso el “movimiento socialista” cumplir la promesa incumplida del primer liberalismo político, concretar la idea moderna de una sociedad de hombres libres e iguales, en la cual no cabe un poder que organiza la sociedad en estratos de sumisión-despotismo o bajo la soberanía de una instancia que monopoliza decisiones fundamentales? ¿O degradará el “movimiento” es una “gobernanza” para la constitución de Estados Nacionales subsumidos al metabolismo del Capital?
El efecto más perverso de la lucha histórica del “movimiento” sería la constitución de una “Lumpem-burguesía de Estado”, administradora de negocios comunes de una “Nueva Clase de privilegiados”. Se liquidaría así, el antídoto para semejante regresión histórica que impide realizar cualquier “Adiós al Capitalismo”: la articulación histórica de prácticas de democracia radical, social y participativa que superen el orden despótico de la Sociedad-fabrica capitalista.
Se trata de una reflexión de Enzo del Bufalo, que más allá de sus posicionamientos en la coyuntura venezolana, invitan a debatir sobre viejas certezas amalgamadas en sentidos comunes que no nos permiten diferenciar y distanciarnos de la entelequia del Socialismo Burocrático del siglo XX. La muerte de la democracia socialista del siglo XXI reside en la incapacidad para superar el bloqueo histórico generado por las sedimentaciones ideo-políticas de las prácticas sociales despóticas que dominaron la escena del siglo XX.
Referencias:
Enzo del Búfalo: Adiós al socialismo.
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