Petróleo y Socialismo: Una ecuación para la libertad y la independencia nacional

En estos días de albores electorales, la oposición y toda la contra revolución intensifican sus ataques contra el Gobierno bolivariano y, en especial,  contra la nueva PDVSA. En este orden de ideas, observamos, hoy 10 de septiembre de 2012, en ciertos medios impresos nacionales, matrices de opiniones ya muy bien consolidadas, pero como siempre vacías de contenido y cargadas de las más irracionales y viscerales consideraciones acerca de nuestra política petrolera.

En ese sentido, Pedro A Palma, economista y vocero del programa económico de la oposición, destaca que “a raíz de los trágicos acontecimientos de Amuay y como producto de la campaña electoral en marcha, altos voceros gubernamentales han hecho una serie de comentarios en materia petrolera que sorprenden por lo falaz y desorientadores que son”. (Diario: El Nacional, Caracas, 10 /0/12, p 8).

Seguidamente, arguye Palma que  “… el saqueo de recursos al que ha sido sometida nuestra principal industria con el fin de financiar programas ajenos a su negocio medular ha desquiciado sus finanzas”. (Ídem). Olvidando que el verdadero y terrorífico saqueo de PDVSA se realizó en la postrimería del siglo XX bajos los esquemas apátridas de la apertura petrolera cuando los gobierno de la Cuarta República, en correspondencia con los pautados de la globalización neoliberal, se montaron en la atomización del Estado y en la transferencia de actividades medulares al capital transnacional, tal como ocurrió a lo largo de la década de los años 90 del pasado siglo cuando, en orden cronológico, Carlos Andrés Pérez (1989-1992) eliminó las regulaciones bancarias, levantó la mayor parte de los controles de precios, privatizó la compañía nacional de teléfonos (CANTV), el sistema de puertos y una importante línea aérea (Viasa), y abrió la industria petrolera y otros sectores estratégicos al capital privado de tipo transnacional.  Seguidamente,  en el quinquenio de Caldera (1994-1998), especialmente, en 1996 con la puesta en marcha de la Agenda Venezuela, Caldera, no solamente continuó el programa de privatizaciones de Pérez, sino que lo intensificó, al vender la compañía nacional siderúrgica (Sidor) y al reformar el sistema de seguros sociales, permitiendo la participación privada en los subsistemas de salud y pensiones, e incluso con Luis Giusti a la cabeza de la política de PDVSA manejaron la privatización parcial de la industria petrolera nacional, al proponer la venta y colocación del 20 % de las acciones de PDVSA en la bolsa de valores.  

En este mismo orden de ideas, no  hay que perder de vista que se privatizaron activos adquiridos de empresas financieras en 1994, y ya para 1997 intereses financieros foráneos controlaban 41% de los bancos venezolanos.  Por cierto, que por esos días el señor Palma era unos de los lacayos que glorificaba las políticas desnacionalizadoras de Giusti y Arrieta en PDVSA y el entonces Ministerio de Energía y Minas, respectivamente. Tal cual, el Sr. Pedro Palma se regocija con aquellas políticas que tienen entre su haber el descuento desproporcionado sobre el precio del petróleo venezolano que se vendía a Citgo y a Estados Unidos. Además, por toda la aberrante disminución de la fiscalidad petrolera que situó la tasa de Impuesto Sobre La Renta (ISLR) en 34% y no en 67,7% como lo establecía la Ley. La misma suerte corrió la tasa de regalía que en lugar de 16 2/3 se ubicó en un mísero 1% para la producción en la Faja Petróleifera, estamos hablando para la época de aproximadamente 600 mil b/d que quedaban fuera de la cuota OPEP al ser negociado a precios de carbón bajo la figura de la Orimulsión. Obviamente, estos son los “atractivos negocios” que el economista Palma y, más ampliamente, la Mesa de La Unidad (MUD) reclaman en su programa neoliberal de gobierno.

Del mismo modo, José Moreno León, director del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Piertri (CELAUP) en su artículo: “Amuay, meritocracia y miserias del populismo”, (publicado hoy 10 de septiembre en el diario El Mundo de la Economía & Negocios, p 4), afirma que “en PDVSA la gestión del capital humano solo responde a los patrones de militancia socialista”. Debería saber el Sr. León que, el Socialismo no está reñido con la eficiencia y la productividad. De  hecho, la nueva PDVSA ha logrado avances y conquistas que jamás se hubiesen logrado bajo las políticas y visión de la vieja PDVSA. Por ejemplo, ahora no sólo la OPEP, sino la misma British Petroleum (BP) y hasta el United States Geological Survery (USGS), conocido como Departamento de Estudios Geológicos de los Estados Unidos, reconocen en Venezuela Bolivariana, el país con las mayores reservas petroleras a escala mundial, 297 mil 500 millones de barriles de reservas probadas y aproximadamente 196,3 trillones de pies cúbico de gas. Este último hidrocarburo –gas- estuvo siempre en un plano relegado, dentro de los planes de la vieja PDVSA.

Sin embargo, el Sr. Moreno León se empeña en afirmar que “las miserias del populismo y su rechazo a la excelencia y la meritocracia nos acaban de demostrar su dramático fracaso, expresado en el fatal accidente de Amuay, el más grave de la historia de nuestra industria petrolera,  que se agrega a las secuelas de otros recurrentes accidentes que ha venido acumulando Pdvsa,  desde que a partir de 2002 se cambiaron su misión y visión fundacionales como corporación energética de excelencia y la política meritocrática que orientaba la gestión de sus recursos humanos”. (Ídem)

Cuando leía esto último, inmediatamente recordé que la pasada semana el otrora Santos Yorme, el ahora diminuto y anticomunista Pompeyo Márquez, en el diario Tal Cual, en una columna titulada: “PDVSA y Amuay” (Caracas, 07/09/12, p 20), bajo el mayor cinismo, pretendió incluir en el historial de huelga petroleras en Venezuela, nada más y nada menos que el criminal y sabotaje petrolero que originó pérdida económica por encima de los 18 mil millones de dólares. Sin contabilizar los daños morales, humanos y sociales causados a nuestra sociedad. Amén de llevar nuestra producción petrolera a escasos 25 mil b/d. Sépase que, ni con la invasión a Irak en marzo de 2003, su industria petrolera sufrió tan aciagas consecuencias en sus actividades medulares.

Este deplorable acontecimiento jamás fue realizado por trabajadores exigiendo mejoras salariales y laborales como en 1936 y 1949. En efecto, se trató de algo atípico, puesto que la alta gerencia de PDVSA con sus cuadros medios intentaron bajo una denominada organización “Gente del Petróleo” destruir la empresa petrolera,  y, por tanto, la economía del país con la intención final de sacar al presidente constitucional Hugo Chávez Frías del poder, pensando que volvería a repetirse la situación del 11 de abril. Al respecto, Pompeyo Márquez, considera de autócrata a Chávez por no ceder ante la Gente del Petróleo, acusándolo igualmente de genocidio laboral al cambiar por completo las características de la empresa. Al punto que ahora, sostiene él, que el presidente Chávez “la diversificó, la puso a vender pollos, construir viviendas, adelantar programas sociales, todas competencias de otros ministerios. La empresa dejó de ser exclusivamente de hidrocarburos y su principal responsabilidad pasó a un segundo plano, al igual que sus inversiones en exploración y mantenimiento”. (Tal Cual, Caracas, 07/09/12, p 20)

Ahora bien, tanto José Moreno León, como Pompeyo Márquez, pretenden hacer creer que lo de Amuay es la resultante de todos estos cambios que se han suscitado tras la derrota al sabotaje petrolero, perpetrado entre diciembre de 2002 y febrero de 2003. Una vez más acuden al cinismo y a  la politiquera más baja para intentar sacar plusvalía política de un hecho que, hasta donde se ha investigado, no habría respondido a una mala pericia en las actividades que llevan a cabo los técnicos y trabajadores de primera línea con que cuenta el Centro Refinador Paraguaná. El  segundo centro refinador más grande del mundo con una capacidad de 955 mil b/d, al mismo tiempo el más grande de Venezuela y el activo de refinación más importante de nuestra PDVSA.

En este sentido, es oportuno destacar que ante un accidente en la industria petrolera, por primera vez, un presidente de la República, e igualmente un presidente de PDVSA se han hecho presentes compenetrándose con los trabajadores y vecinos en la lucha contra la tragedia. En verdad, en los tiempos de la vieja PDVSA se suscitaron muchos accidentes y tragedias laborales  y, sin embargo, jamás la gerencia de PDVSA y, menos aún, ningún vocero del Ejecutivo Nacional se hizo presente al lado de los trabajadores afectados para brindarles el apoyo.

Desde luego, la presencia de nuestro Comandante presidente Hugo Chávez Frías y de nuestro ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez en la refinería de Amuay, al lado de los trabajadores petroleros y bomberos combatiendo el fuego de la aciaga explosión, es un hecho demostrativo de la calidad humana y digna de nuestra nueva gerencia petrolera y del liderazgo revolucionario que gobierna nuestro país. Todo ello solo es posible en Socialismo.

Por otra parte, José Suárez Núñez, columnista de Tal Cual, vocero teodorista de la oposición, a fin de restar mérito a los esfuerzos del Gobierno bolivariano, en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo  (OPEP), en su lucha por  desmontar las políticas de expansión volumétrica y de violación de las cuotas OPEP en detrimento de los precios, señala en su columna que Chávez no subió los precios del petróleo, puesto que “es una fabula, o una mentira, decir que el gobierno del presidente Chávez al asumir el poder "puso orden en la OPEP". Es una vanidosa declaración imposible de repetir en las reuniones internas de la OPEP, porque saben que no es cierta”. (Diario Tal Cual, Caracas, 10/09/2012, p 11)

Nada distinto podíamos esperar de él y de tantos otros que a diario estigmatizan nuestra política petrolera. Bastaría recordarle al Sr José Suárez Núñez y a todos los que piensan similar que, durante el segundo gobierno de Caldera (1994-1999), su ministro de Energía y Minas, Edwin Arrieta, señalaba que:  

 “Venezuela, que desde 1986, se habría incorporado al ‘club de pinocho’ no solamente para participar también de las ventajas comerciales que estaba teniendo los que ya venían desconociendo las citadas cuotas, sino por el mismo sistema lleno de imperfecciones y la falta de equidad con la que ella se asignaban”. (En entrevista con Malavé Mata, 2000, en El petróleo, el bolívar y el fisco: 159, citado en Mujica Sánchez, 2003: 165). 

Estas apreciaciones, por supuesto, eran igualmente compartidas por Luís Giusti en su condición de presidente, para entonces, de PDVSA, al proponer que:  

“Venezuela debe ir hacia una más estrecha asociación con sus clientes desarrollados y abandonar asociaciones tercermundistas, de subdesarrollados y de perdedores, como la OPEP. La OPEP  no ha beneficiado mucho a Venezuela y le impone trabas a su desarrollo  que la llevaría  a convertirse en una de las primeras  potencias petroleras del mundo” (Mendoza Potellá, 2010:87) (Subrayado nuestro). 

De manera que, durante el gobierno de Caldera la visión petrolera venezolana jugó a la privatización de PDVSA y al saboteo de la OPEP, a tal punto que después del primer triunfo electoral del presidente Hugo Chávez, en diciembre de 1998, los representantes del gobierno saliente continuaban dando muestra de aquella política en contra de la OPEP.

En fin, la Mesa de la Unidad (MUD) sueña con volver a implantar todas las políticas económicas y petroleras que aquí  han sido desmontadas en provecho del pueblo venezolano. Todo lo cual puede visualizarse, entre otras cosas, en el diseño y ejecución de numerosas Misiones Sociales, cuyo espíritu, aclaremos no responde a los otrora programas asistencialistas, sino que por el contrario forman parte de la nueva instrumentación y metodología para la construcción del socialismo en el siglo XXI. Por eso las Misiones Sociales son productivas y, por tanto, contribuirán a garantizar la sostenibilidad del nuevo modelo económico y social que aspiramos construir. Huelga decir el modelo socio productivo socialista bolivariano en el siglo XXI. De allí las significativas conquistas que hemos venido logrando como haber sido declarado territorio libre de analfabetismo por parte de la UNESCO. Igualmente,  es importante destacar que la pobreza extrema bajo a 6%, igual suerte ha corrido la mortalidad infantil y materna, en tanto que la escolaridad ha subido y desde el año pasado -2011-, la Gran Misión Vivienda Venezuela está empujando la economía de una manera impresionante. También ha sido notorio el incremento en el índice de Desarrollo Humano (IDH) y una mejoría en el Índice de Gini, lo cual habla de una distribución más justa de las riquezas en el seno de nuestra sociedad.

En consecuencia, la nueva PDVSA y más ampliamente el Gobierno bolivariano  no solamente ha mejorado la contribución fiscal petrolera, sino que ahora está imbricada en los grandes problemas del pueblo y da un importante apoyo social. Ciertamente, la contribución fiscal petrolera, PDVSA ha destinado ya 123.696 millones de dólares a un conjunto de proyectos sociales como aportes a comunidades, Misión Ribas, Misión Barrio Adentro, Misión Agro Venezuela.

Fuentes bibliográficas 

Mujica S, Eleazar (2003a): Las clases medias en Venezuela: un Producto político estratégico del rentismo petrolero y del modelo populista ¿hoy en plena confrontación con el Chavismo?, FACES-UCV.  Caracas. 

Mujica S, Eleazar (2003b): La Política Petrolera de Chávez: Un freno a los esquemas aperturistas y planes privatizadores de PDVSA, FACES-UCV. Caracas. 

Mujica S, Eleazar (2004): La Política Petrolera en la Venezuela Bolivariana, Ponencia presentada con motivo del Primer  Foro Nacional Sobre Desarrollo Endógeno, Celebrado en Parque la Isla, Mérida 16 y 17 de julio . Organizado por Corpoandes y PDVSA. 

Mujica S, Eleazar  (2005a): De la Privatización a la Soberanía petrolera, Ponencia presentada en el marco del II Ciclo de Seminario sobre Nacionalismo Petrolero, Auditórium de Ingeniería de LUZ, Cabimas-, estado Zulia, 21 de junio de 2005. Organizado por el Centro de Estudios Petroleros y Carboníferos, Cátedra Petrolera, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Universidad del Zulia.

Mujica S, Eleazar (2012a): La Política Petrolera en la Venezuela Bolivariana, en www.aporrea.org/energia/n137962.html, publicado el 04/02/2012.

Mujica S, Eleazar (2012b): La propuesta de Capriles Randoski a los empleados públicos: una oferta engañosa que reivindica el Estado corporativista, en www.aporrea.org/actualidad/n148291.html, publicado el 13/08/12.

Mujica S, Eleazar (2012c): La nueva PDVSA: vanguardia de la revolución bolivariana, en www.aporrea.org/energia/n149427.html  publicado el 01/09/2012.

*Sociólogo Summa Cum laude (UCV)

Especialista en Economía y Política Petrolea Internacional

Curso Avanzado en Economía Marxista. 

Prof. Universitario.

Militante político revolucionario. 

Autor de los libros Petróleo y Socialismo en el Siglo XXI y Los Retos de la OPEP en el siglo XXI –Un análisis al calor de la política petrolera venezolana

eleazarmujica14@yahoo.com



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Eleazar Mujica Sánchez


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