Realmente no recuerdo ningún presidente en algún país del planeta tierra que haya tenido el apoyo de su pueblo por tanto tiempo seguido en elecciones libres y democráticas como si lo ha tenido nuestro presidente desde aquella madrugada cuando irrumpió como un huracán por la TV dando la cara y asumiendo la responsabilidad de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992; sobre todo porque nunca antes presidente alguno asumió la responsabilidad de lo que pasaba en Venezuela hasta 1998; ya que todo era retorica, demagogia y falacias en todo lo que decían y hacían. Alguien pudiera referir al ex presidente de Sur África Nelson Mandela; pero lo que sucede es que se trata de un caso totalmente diferente y todo se limitó a ese país y el propio Mandela escasamente por su avanzada edad solo pudo completar un solo periodo de gobierno.
Pero lo de Chávez es otra historia, este hombre humilde salido de un pueblo de Barinas, Sabaneta ha sido capaz de revolucionar no solo a la América Latina; sino también al resto del mundo en la búsqueda de un mejor vivir donde reine la paz, la justicia, el amor, la solidaridad, equidad e igualdad de oportunidades para todos. Tanto es así que hoy día el mundo pone su mirada en Venezuela y USA con motivo de sus elecciones presidenciales; donde el pasado 7 de octubre Chávez ganó por nocaut a su contrincante oposito con casi un millón setecientos mil votos de ventaja, equivalente a 12 puntos de diferencia, algo que era esperado por todos los venezolanos; solo que los opositores obtusos y llenos de un odio visceral, lacerante e intestino se niegan a reconocer que Venezuela es otra desde que Chávez llegó a Miraflores para darle poder al pueblo con las misiones, educación, salud, deporte, cultura e igualdad en todo sin ningún tipo de exclusión como sí ocurría hasta 1998.
En lo particular sobre todo como ciudadano y docente por más de 40 años me sentí triste en la campaña al ver que en la oposición se utilizaron a los jóvenes para promocionar al candidato de la derecha; sabiendo que esa candidatura representaba los mismos intereses y condiciones que hicieron posible el famoso caracazo el 27-02-1989 donde el candidato de la oposición era partidario del ex presidente Carlos Andrés Pérez; y luego fue Presidente de la Cámara de Diputados por Copey en 1998; para luego ser protagonista de primer orden en el golpe de 11-04-2002 asaltando la Embajada de Cuba y golpeando salvajemente al Ministro del Interior de la época Ramón Rodríguez Chacin.
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