El Dilema Histórico: Socialdemocracia o Socialismo

La socialdemocracia en tiempos de la llamada segunda Internacional implantó acto seguido de la Primera Guerra Mundial, un régimen político que conocemos como la alternabilidad democrática. Este cambio progresivo de actores políticos entre otras “bondades” garantizaba a los estados naciones la paz en los términos y condiciones del nuevo contrato social.

El nuevo contrato; el contrato social debía garantizar la paz de los mercados, la paz de la producción, la paz de la explotación de los recursos naturales, la convivencia fraternal entre los conciudadanos y para ellos estableció como núcleo de las nuevas libertades democráticas: Las elecciones y sus procesos electorales; el modelo electoral representativo se erigió como la viabilidad política de conducir las naciones al cacareado progreso, al desarrollo y al horizonte mercantil de la llamada riqueza de las naciones. ! Oh! Fraternidad.

La Fiesta Electoral y el Ocultamiento de la Lucha de Clases:

La nueva manera de dominación se constituye en un acto en sí mismo de celebración, una fiesta popular. Se acompaña, por cierto, acto seguido de una aclamación. Oda a la Paz.  Todo "ciudadano" se encuentra en un estado de hipnosis colectiva, embriagado se prepara para la toma de posesión. La rumba electoral ha renunciado oficialmente a toda forma de agitación, a toda discusión dirigida a armar teóricamente la lucha de los trabajadores reduciendo las contradicciones de las clases sociales a simple ideología y la simple expresión de corte y contenido democrático burgués: la "lucha se ha reducido a lograr la mayor cantidad posible de bancas, delegados, concejales, diputados, parlamentarios. Paz Social. Viva la Socialdemocracia Internacional. El resto del mundo verá con muy buenos ojos la experiencia y hasta servirá como ejemplo a seguir por el resto de las naciones. Viva la Fraternidad. Viva el estado de concilio.

Citando a Marx Luxemburg, Rosa - La crisis de la socialdemocracia [1916] buscaba los indicios de su capitulación en 191 a la dictadura militar:  “La palabra que respondía a esta imaginaria supresión de las relaciones de clases era fraternidad, la fraternización y fraternidad universal. Esta dulce abstracción de los antagonismos de clase, este equilibrio sentimental de los intereses de clase contradictorios, esta exaltación entusiasta por encima de la lucha de clases, la fraternidad, tal fue la divisa de la revolución de febrero…”  (pag.106).

Se apela entonces a la exaltación del sentido de la patria, su defensa con un marcado énfasis al patriotismo burgués. En medio de la fiesta nacional del llamado "sufragio universal", toda lucha de clases es criminalizada, se acusa de saboteadores o incluso de contra revolucionarios a los propios trabajadores o al pueblo porque en el marco de la paz democrática se estaría atentando contra los intereses de la nación, a la defensa nacional, al orden interno, dirían desde la Escuela de las Américas. Porque según esta teoría, la lucha de clases pone en peligro y debilita en consecuencia al estado nacional. Diría un vehemente adeco en la asamblea nacional: muerte a los facinerosos... Aplausos... Vamos a legitimar  con un chiripero el estado de derecho. Y otro en el contexto institucional, un copeyano o uno de primero justicia de seguro gritaría: te queremos Pedro por aquello de la tolerancia y la conciliación. Es el tiempo de la paz, es el tiempo de votar.

Llevamos 14 años votando, de elección en elección, ganando una jornada tras otra. Pregunto: ¿y la lucha del Pueblo Trabajador? Silenciada por los votos, por la fiesta electoral… la fiesta democrática. Haber ganado tantas elecciones no ha garantizado la profundización de la revolución ni el papel protagónico de los trabajadores, pareciera que se quisiera matar el control social que genera nuestro pueblo en momentos de peligro, no se han ido los enemigos del proceso, están en todos lados, incluso vestidos de rojo,  jefes a todos los niveles de la administración pública,  la idea dominante es el tener para ser, ocupar cualquier cargo es bueno, el aprovecharse de la oportunidad de montarse en un contrato, de volverse rico de la noche a la mañana: una conducta que permea hacia abajo y que pudre todo lo nuevo, principalmente hombres y mujeres del pueblo, que no pueden ocultar sus privilegios al costo de usufructuar la revolución. Hacerse de un capital para salir de abajo. Esa, lamentablemente, es la idea dominante. La lógica del capital está vivita y coleando.

Qué pasaría si Nicolás no vence al majunche en unas elecciones?  Se acaba la revolución? He aquí la contradicción.

Vamos a nuevas jornadas electorales municipales que disiparán la lucha de nuestros trabajadores, invisibilizarán la confrontación contra el capital y la burocracia. Porque el patrón es privado, pero también es público.  Cuánta gente de nuestro pueblo se mantiene a la incertidumbre de la no renovación del contrato de trabajo que en muchos casos ni siquiera firmó.  Debe estar agradecido, los métodos de maquila pública también funcionan: horarios de entrada sin salida, incondicional con el jefe sino el grito de traidor y desleal se hace presente. Y la Lucha de Clases?  Quién es el enemigo histórico?  Cómo es la vaina?

El Papel de los Trabajadores, la Crítica y la  Lucha de Clases:

Citando a Rosa Luxemburgo, los que viven únicamente de su Trabajo, esa forma de proletariado moderno: “No tiene(n) esquema previo, válido una vez para siempre, ni una guía infalible que le muestre el camino a recorrer; no tiene otro maestro que su propia experiencia histórica…  (La crítica dentro del Pueblo Trabajador, agrego) “… la autocrítica, la autocrítica valiente, incluso cruel, que llegue hasta el fondo de las cosas, es el aire y la luz sin los cuales no puede vivir, es un deber supremo...”  (pag.11, Idem).

La Revolución Bolivariana irrumpió contra el régimen democrático representativo cuando apeló al poder originario y abrió un debate, en el marco de la soberanía del pueblo, que parió la Constitución del 99… avances que la socialdemocracia se resiste aceptar. Busca maneras previas de encuentro, concilio para volver al pasado.

Este pueblo dejó de ser un rebaño dócil para avanzar en su toma de conciencia política, de su papel como sujeto histórico, más allá de carnavales y comparsas electorales. Se ha demostrado una y otra vez, hay que repetirlo porque de tanta rumba electoral a la derecha y a la burocracia se le olvida: el 13 de Abril, el Pueblo Trabajador recuperó la gobernabilidad, retomo el poder. Durante el paro petrolero la gente tomó las plantas, los trabajadores y el pueblo las puso en marcha y operaron hasta que llegó la burocracia a ocupar sus cargos. Recientemente, ante un partido maquinaria que no estuvo a la altura de su crecimiento en millones de afiliados: el Pueblo Bolivariano salvó al Comandante y al Proceso el 7 de Octubre y el 16 de Diciembre de 2012.  El 10 de Enero de 2013 se Juramentó como poder, Marchó el 23 de Enero casi que sin convocatoria y el 4 de Febrero celebró la batalla como como un solo pueblo. Un solo pueblo en armas. No podrán mediatizar la disposición de cambio, de lucha, de combate y movilización de esa síntesis, que el que Presidente Chávez denominó: Pueblo Bolivariano.

Las victorias le pertenecen al Pueblo Bolivariano, pero hay que concretarlas en el marco de las tareas transicionales hacia el socialismo… orientaciones que no caerán del cielo y que solo se pueden bajar a tierra en medio el debate y protagonismo de ese actor principalísimo que ha sostenido el proceso.  Proceso que hay que cualificarlo desde abajo, al calor de los acontecimientos que vienen, donde recrudecerán los enfrentamientos entre las viejas y las nuevas fuerzas, donde los trabajadores como parte del Bravo Pueblo tomen en sus manos su propio devenir,  se apoderen del timón del poder y lo ejerzan . Como lo manifestó Rosa Luxemburgo sobre el papel de los explotados en sus innumerables luchas por cambiar el mundo: “Nuestra necesidad está plenamente justificada desde el momento en que la otra, la dominación burguesa de clase, cesa de ser portadora del progreso histórico y se convierte en un freno y en un peligro para la evolución ulterior de la sociedad.” (pag.155 Idem).

El Pueblo debe tomar la Dirección Política de la Revolución:

En medio de la lucha de clases que libran los trabajadores contra el capital y la burocracia se ponen de manifiesto determinantes reivindicativas, económicas, políticas, emocionales, tensiones nuevas e inesperadas.  En eso, nuestra fortaleza reside en el grado de conciencia y de combatividad del Pueblo Bolivariano que no solo ha sabido resolver en momentos urgentes y de contingencia, sino que ha marcado direccionalidad revolucionaria: todas las determinantes incluso las subjetivas no pueden ser producidas ni condicionadas, secuestradas, ni cooptadas por ningún partido y menos pueden producirlas artificialmente.  ¡Solo el Pueblo Salva al Pueblo!

Esta hora histórica exige cada vez más.  La realidad impondrá nuevas formas de lucha que surgirán de la acción del movimiento popular que no van a estar sujetas a las prescripciones de los partidos que no estén a la altura del momento y que pretendan usufructuar el ejercicio del poder protagónico del Pueblo Bolivariano. Una tarea importante de ese ejercicio de dirección colectiva que escapa a los aparatos políticos colocará como siempre las consignas de la lucha, la orientación natural que nace de la capacidad de sobrevivencia, de tal manera que en cada frase y en cada instante del combate se ponga en actividad y se ordene la unidad y la totalidad de la fuerza de los trabajadores y el pueblo. Encontrarnos como Pueblo Bolivariano, es la tarea para empalmar con su genialidad y capacidad de darle direccionalidad política revolucionaria y colectiva al proceso bolivariano. http://www.aporrea.org/trabajadores/n222275.html

Requerimos de una táctica consecuente, resuelta, combativa, que provoque un sentimiento de seguridad y confianza, que derrote las  conductas vacilantes, las debilidades de la burocracia y las posiciones de conciliación de clases.

El enemigo de clases, la burguesía explotadora, las multinacionales, el comercio y sus cadenas de distribución, la burocracia como nueva casta de poder, siempre han subestimado las fuerzas de los trabajadores y despreciado sus luchas. Reflexión Pública para avanzar en Proceso Constituyente

Contra la Socialdemocracia

Más participación, más protagonismo.

¡La Transición es hacia el Socialismo!

¡Todos somos Chávez… Todos Decidimos!

Nota: Todas las citas son del libro: La Crisis de la Socialdemocracia. Rosa Luxemburgo. Editorial Roca,  Méjico, 1972. Colección r. Primera Edición.



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Jairo Hernández


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