La gran mayoría de la población no entendemos pero si padecemos las medidas económicas tomadas por tecnócratas de distintos épocas y gobiernos. No las entendemos, pero quisiéramos hacerlo. Evidencia de ello son la cantidad de personas que han leído y rebotan los artículos dedicados a la reciente devaluación, publicados en Aporrea y otros portales digitales y las conversaciones sobre el tema en distintos ambientes.
He leído y escuchado todo lo que he podido y sigo sin bases científicas para afirmar si la reciente devaluación está justificada o no, por lo que mis interrogantes al respecto son las de cualquier ciudadana de a pie que cree en este proceso, afectada por el acaparamiento, la inflación y la especulación.
Lo primero que llama la atención es que la mayoría de los articulistas y opinadores que cuestionan la medida presentan argumentos claros y convincentes, mientras que los que están a favor de la decisión tomada por el Gobierno están a la defensiva y dan explicaciones tan inverosímiles como que no existe necesariamente una relación entre la devaluación y la inflación. Eso será en teoría económica liberal pues cualquiera que haya ido a comprar algo el lunes pudo constatar un descarado aumento de los precios, incluso de los productos más sencillos.
Creo que lo mínimo que los integrantes del gabinete económico le deben al pueblo que apoya este Gobierno es una explicación clara sin palabrerío técnico sobre los siguientes aspectos :
¿Por qué se siguen rigiendo por criterios e indicadores convencionales, propios de la teoría económica desarrollada por el sistema capitalista? ¿A quién favorece la devaluación? ¿A los capitalistas o al pueblo trabajador? ¿En qué favorece la reducción del poder adquisitivo del salario, al pago de la deuda social? ¿Qué tiene que ver la devaluación con la nueva etapa de profundización del avance hacia el socialismo? ¿Por qué la oposición pedía a gritos la devaluación? ¿Por qué la considera aún insuficiente?
Además de la devaluación, sería bueno que explicaran todas las medidas y decisiones económicas que han favorecido a los grupos más ricos del país o han enriquecido a nuevos grupos asociados con personeros del Gobierno. Y sería bueno que explicaran cómo van a cumplir con los dos primeros objetivos del Plan de la Patria y por cómo pretenden llegar al socialismo.
Si mi profesora tenía razón cuando decía “Real trae real”, mientras se permita que el sector privado controle variables vitales de la economía no hay ninguna posibilidad de construir el socialismo bolivariano, del Siglo XXI o del tipo que sea. Resulta increíble que un Estado que obtiene la ingente cantidad de ingresos que obtiene el venezolana se deje chantajear por uno capitalistas prepotentes y de pacotilla que desde que llegó el Presidente Chávez al Gobierno están en un estado permanente de desobediencia civil.
Con negociaciones y controles no se puede llegar a nada pues el capital no tiene palabra ni moral y está claro que a pesar del esfuerzo que realizan autoridades y funcionarios, los grandes empresarios del país hacen lo que les da la gana. Lo cual es gravísimo no sólo porque afecta la economía y el nivel de vida de la inmensa mayoría de los venezolanos sino porque su impacto político, social y cultural, erosiona las base del proceso que se viene desarrollando en el país.
No dudo que muchas de las medidas hayan sido tomadas con buenas intenciones y no soy quien para juzgar a nadie, pero pienso que ya es hora de poner en práctica aquello de que “al enemigo ni agua”. Venezuela tiene más que suficientes recursos para expropiar a los poseedores del gran capital, paso absolutamente indispensable para poder instrumentar el adecuadamente el Plan de la Patria y ni qué decir, para poder avanzar en la construcción del socialismo.
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