Es asombroso cómo unas cuantas palabras, unas ideas, revuelven nuestras filas buscando argumentos para desvirtuarlas, desacreditar a los propagadores de esas ideas. De todo se dice, pero sin rebatirlas. Y es asombroso también que siempre que las ideas revolucionarias aparecen, contra ellas brotan los mismos argumentos de hace siglos: las califican de precipitadas, de locuras, desacreditan a sus voceros, y mil evasivas a la necesaria discusión.
Entre nosotros hay una dañina tradición desde siglos, se trata de un culto a la ignorancia, ésta se convirtió en virtud. Recordemos al juanbimba, estudiar, leer, separaba a la persona del pueblo y la desacreditaba para opinar, lo que se imponía era la acción sin rumbo. De esta manera, sobre esa ignorancia se aseguraba la clase dominante su dominación, podía manipular a la masa hasta el punto de hacerla condenar a su Libertador.
Esta Revolución, el Comandante, conocedor de la tragedia de Bolívar, lo primero que hizo fue una feroz lucha contra la ignorancia, allí están las Misiones educativas, y su mismo empeño en enseñar, leer, en estimularnos a estudiar.
Es que el conocimiento que se adquiere leyendo a los clásicos de la literatura, del teatro, de la Revolución, esta cultura así adquirida nos coloca en la visión universal, nos saca del mezquino entorno y nos dota de la visión de humanidad indispensable para hacer Revolución, de lo contrario, seguro, se cae víctima de la clase que sí lee, que sí estudia, que prestigia al conocimiento y tiene centros de investigación, es decir, del capitalismo. La ignorancia nos condena a repetir la historia, la dominación.
Es así, ninguna Revolución ha triunfado sin estudio, sin el conocimiento del pensamiento que la antecedió. Bolívar conocía a los clásicos, se nutrió de Simón Rodríguez y de Andrés Bello, hombres sumamente cultos, lectores, pensadores. De Miranda es leyenda su biblioteca. El Che, Fidel, la Revolución Cubana fue, es, una ebullición de cultura.
Leyendo a los clásicos nos podríamos dar cuenta que la idea que hoy justifica el camino emprendido por la Revolución, de elevar las fuerzas productivas apoyados en el capitalismo, no es nueva, es calco y copia de la adoptada por el MAS de teodoro, pero también por Haya de la Torre, y por Kerensky allá en la Rusia de los Soviets... Todos fueron engullidos por el capitalismo.
Aprovechamos para aclarar unas ideas: nosotros, Roberto, no decimos que si no nacionalizamos de un solo golpe somos socialdemócratas, eso sería necio y fácilmente rebatible. Nosotros sostenemos que "estimular", "crear", capitalismo y mostrar eso como un logro "revolucionario" es socialdemocracia, son dos posiciones diferentes. Además sostenemos que pensar posible que el capitalismo se limite a producir y el socialismo a gobernar, es una candidez que conduce a la derrota.
Es así, esto no es una discusión académica, ni de fríos manuales, ni siquiera un simple escarceo político, ni enfrentamiento de egos. Se trata, sin dudas, de una discusión donde se decide el destino de la Revolución y de este Gobierno.