Una vez conocidos los resultados electorales, resulta necesario desarrollar procesos reflexivos que permitan desde un análisis profundo vislumbrar lo ocurrido en las elecciones municipales. En principio, porque el Chavismo mantiene su hegemonía local al consolidarse en 255 Alcaldías, obteniendo una mayoría contundente en el voto contrastado con la oposición, ganando en 13 de las 24 capitales, y 30 de las 40 principales ciudades, porque si bien es cierto la contrarrevolución avanza en espacios importantes, apenas donde ganó ocupan el 36% de los electores del País. Adicionalmente surge un estancamiento en el voto opositor, en espacios como la Alcaldía Metropolitana, la de Maracaibo o el Municipio Sucre donde el Chavismo no obtuvo el triunfo pero frenó el crecimiento que se había venido desarrollando en elecciones previas, rompiendo las tendencias hasta el momento.
Se desarrolla esta victoria en un marco anual que contiene elementos históricos relevantes y que hirieron profundamente los sentimientos de los venezolanos, como lo fue la pérdida física del líder de una Revolución y que llenó de esperanza a un mundo entero. Esa pérdida, la del Comandante Chávez nos condicionó los acontecimientos por venir en nuestra patria, y las decisiones políticas en marco de un resultado Presidencial ajustado, desarrolladas ahora bajo la conducción de un nuevo liderazgo con Nicolás Maduro, generaron en principio confusión en las bases sociales que han acompañado el proceso revolucionario.
Las políticas económicas estuvieron al comienzo de este año con un acercamiento hacia la Burguesía, con la disposición del Gobierno de trabajar de forma conjunta en beneficio de la población, los resultados de tales planteamientos, fueron una inflación elevadísima, niveles de escasez que afectaron al pueblo Venezolano, y una guerra económica, ya que no se conformaban con migajas sino que apostaban por el derrocamiento del propio Presidente. Decisiones como la supresión de los requisitos de forma temporal para las importaciones, las declaraciones que proponían la reaparición de las casa de cambio, eran apenas una muestra de las profundas concesiones que se estaban realizando en detrimento de lo esbozado hasta este año para el desarrollo de una verdadera justicia social.
La ofensiva económica que abordó el Presidente Nicolás Maduro, marcan un quiebre importante, y apuntan en la dirección correcta porque asume el conflicto de la lucha de clases ya inevitable y apuesta por retomar la senda de la construcción del Socialismo, elementos que sin duda llenan de esperanza y compromiso a los que hemos decidido acompañar en el marco de un proyecto político socialista, el legado de Chávez. Esto sin duda generó en la Base social que ha acompañado el proceso Bolivariano un nuevo aire que se tradujo en los resultados electorales del pasado 8 de Diciembre. Veamos algunos elementos considerados para el análisis.
El carácter plebiscitario dado por la Burguesía
En el marco conspirativo con el cual se manejaba la Burguesía Nacional, llamar a un plebiscito en estas elecciones municipales, ha recibido una gran derrota, lo cual demuestra el nivel de madurez política y de unidad revolucionaria en la diversidad que ha venido adquiriendo el pueblo Venezolano. Se ha desmontado la tesis de abril, y se ha ganado tiempo para seguir construyendo políticas en la decisión correcta del marco del socialismo.
El contexto de la Guerra Económica
La ofensiva económica desarrollada por la Burguesía en principio por las concesiones otorgadas, produjeron hechos que sin duda marcaron las elecciones municipales, con resultados que permitieron revertir tendencias a razón de la contra-ofensiva con claridad política que vino desarrollando el Presidente Nicolás Maduro en la lucha contra la especulación. En este punto es necesario reflexionar que las políticas aplicadas siguen estando sometidas al carácter de puerto de nuestra economía, es necesario acelerar un desarrollo productivo que apunte hacia la generación de nuevas relaciones de producción, y ser muy cuidadoso en este aspecto, el cual no se conseguirá a razón de acuerdos con industrias Trasnacionales como LG, Samsung o Nestlé, bastaría revisar el Programa de la Patria para darnos cuenta que tales acuerdos pueden terminar constituyendo una involución en el marco de la construcción del socialismo, pensando estratégicamente que ese es el objetivo a alcanzar.
La unidad del Chavismo y el método de elección de los Candidatos
Uno de los elementos más resaltantes en estas elecciones municipales, está enmarcado en la unidad revolucionaria, que ahora más que nunca debe ser capaz de comprenderse en la diversidad de conceptos de forma dialéctica, y con ello revisar en profundidad un método de elección de candidatos que no terminó siendo el más óptimo, y que lejos de sumar terminó restando.
La consolidación del Liderazgo del Presidente Maduro
Si algo ha tenido como característica estas elecciones, es la consolidación del liderazgo del Presidente Nicolás Maduro, quien ahora parece mucho más claro y acompañado de pueblo puede desarrollar las transformaciones profundas que se requieren, porque ha vencido a un enemigo poderoso y ha reavivado la esperanza y el debate en la Base Bolivariana.
La necesidad de renovar el liderazgo, el método político y el Golpe de Timón
Esto que ha ocurrido en las municipales, debe tomarse con mucho sentido crítico y reconocer la necesidad de renovar el liderazgo, a partir de la participación protagónica del pueblo capaz siempre de enfrentar las adversidades, pero requiere también una nueva forma de hacer política que tribute más en un Golpe de Timón como la planteaba Chávez, es decir hacia la izquierda, que en una mala imitación del cuartorepublicanismo.
Una victoria para avanzar hacia el socialismo
Sin duda lo que hay detrás de este resultado es una gran victoria revolucionaria, que permite seguir avanzando hacia el socialismo, partiendo que el mismo es aquel que se construye desde abajo, con el Poder Popular, eso sí teniendo mucho cuidado de no caer en eufemismos reformistas, o pensando que existirá un capitalismo bueno.
“Todo revolucionario debe ser un profundo autocrítico”. Hugo Chávez